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Humberto de la Calle: Quemando el proceso de paz desde adentro
Agencia Prensa Rural / Miércoles 30 de enero de 2013
 

Esta misma mañana en rueda de prensa, el número uno de la delegación de paz por parte del gobierno afirmaba que “si las FARC no van a terminar el conflicto que no hagan perder el tiempo”.

Conociendo la posición de Humberto de la Calle y atendiendo al momento de las conversaciones y la delicadeza del mismo, parecería que el gobierno quiere quemar el proceso a base de afán, medias verdades y mentiras. Debería haber sido más prudente.

En lo que llevamos de proceso ya son varios los “spoilers” o saboteadores, los que han aparecido. No son pocos y además son muy poderosos. A la cabeza Álvaro Uribe Vélez y José Félix Lafaurie, de quien mucho se habla estos días. A la sombra, paramilitares, narcotraficantes, estómagos agradecidos e importantes sectores de la oligarquía . Se suponía que el gobierno tenía un real interés en la mesa, para adelantar el proceso y para imponer su criterio con grandes beneficios y réditos políticos, económicos y, claro, electorales, pero parece que la situación se le complica y se podría estar pensando si le resulta rentable electoralmente continuar. Lo de hoy es un mero aviso.

El afán es mal consejero, pero aún así, ambas partes reconocen que hay que mantener un buen ritmo para no acabar embolatados.

Insinuar que las FARC-EP no quieren solucionar el conflicto, cuando precisamente en estos días han presentado un decálogo programático concreto para superar con éxito el primer y fundamental punto de la mesa de paz sobre desarrollo agrario, es por lo menos precipitado.

Pareciera que la delegación gubernamental se esté viendo acorralada, habiendo previsto un escenario donde la insurgencia se mantuviera mucho más rígida y donde ellos mismos llevarían la iniciativa.

Los hechos ocurridos en el Valle, con 2 policías que estarían en poder de las FARC-EP, le ha venido como agua de abril al gobierno y a los enemigos del proceso, que han entrado en el campo de la confusión de la opinión pública colombiana. Hay notables diferencias entre un secuestrado y un prisionero de guerra y también hay grandes diferencias entre los prisioneros de guerra resultado de la confrontación y el secuestro extorsivo al que renunciaron públicamente las Farc precisamente para allegarse al proceso de paz.

Humberto de la Calle afirmaba, también, que “el (sic) secuestro de policías "atenta" contra el proceso”, y poco después que “no vamos a entrar en conversaciones para regularizar el conflicto, como dicen las Farc”, porque esta “es su vieja pretensión de institucionalizarlo y prolongarlo indefinidamente”. Como afirmaba El Tiempo y RCN, las declaraciones más contundentes de los delegados gubernamentales desde que empazaron las conversaciones.

El pasado mes de Febrero de 2012 la prensa nacional e internacional se hacía eco de un comunicado de las FARC, donde a partir del intercambio de misivas, principalmente con Colombianos y colombianas por la paz y antes de dejar en libertad, unilateralmente, a los últimos miembros de la fuerza pública que continuaban como prisioneros de guerra, anunciaba que renunciaba al secuestro extorsivo como método de financiamiento. También renunciaban a privar de la libertad a civiles.

Según la definición de la real academia española de la lengua secuestrar significa “retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines”.

En el caso de los secuestrados, esta definición afectaría principalmente a civiles que no participan en la contienda, ya que en Colombia, como afirmó el presidente Santos, existe un conflicto interno, por supuesto, armado.

En el caso de la confrontación entre la fuerza pública y la guerrilla, teniendo en cuenta la convención de Ginebra, en el marco del DIH, la acción de privar de la libertad a combatientes de las partes se entiende dentro del conflicto y, por lo tanto, hablar de secuestro de policías o soldados es erróneo. No solo es erróneo, si no que podría entenderse como una estrategia de desinformación malintencionada.

Ingrid Betancur fue una secuestrada con fines políticos, los policías y soldados en poder de las FARC durante largos años, y los que hoy se encuentran por desgracia privados de libertad, fueron y son prisioneros de guerra.

Usar los resultados desgraciados de la guerra de manera planificada para poner a la sociedad colombiana contra la paz, es grotesco y atenta contra la salud del proceso y el anhelo de paz de los y las colombianas.

Fuentes:

http://www.eltiempo.com/politica/de-la-calle-le-dice-a-farc-que-si-no-van-a-firmar-el-fin-del-conflicto-no-haga-perder-el-tiempo_12565053-4

http://www.eltiempo.com/blogs/el_analisis_de_emma/2012/05/romeo-langlois-prisionero-de-g.php

http://www2.ohchr.org/spanish/law/convenio_ginebra.htm

http://www.semana.com/nacion/articulo/farc-anuncian-abandonan-secuestro-extorsivo-liberaran-10-uniformados/254058-3