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Acerca del paro rural impulsado por los terratenientes en Argentina
Campo transgénico
Carlos A. Vicente / Lunes 31 de marzo de 2008
 

Desde la creación de los organismos genéticamente modificados o transgénicos [1] (OGM), una de las grandes preocupaciones de los ecologistas y campesinos ha sido la contaminación con los mismos del resto de los cultivos y la imposibilidad de cultivar otras semillas convencionales ante el riesgo de que las características de los OGM pasaran a las mismas.

Estos temores se han visto ampliamente corroborados con cientos de casos en que cultivos convencionales u orgánicos se han contaminado con los genes de los cultivos transgénicos en distintas partes del planeta amenazando la biodiversidad, la agricultura campesina y haciendo imposible la producción orgánica.

Sin embargo, en ninguna otra parte de la tierra ha ocurrido el fenómeno que está ocurriendo en Argentina en el que los transgénicos no sólo han contaminado buena parte de los cultivos, sino que han llegado a contaminar a buena parte de los productores rurales que los siembran transformándolos definitivamente de manera rápida.

El “paro rural” de las últimas semanas demostró la eclosión de estos cambios poniendo en alerta a toda la comunidad científica preocupada por la bioseguridad.

Describamos científicamente el fenómeno:

Las primeras sospechas sobre la contaminación transgénica aparecieron cuando, hace unos años, la transferencia hizo que la resistencia al glifosato pasara de la soya RR a los mismos productores rurales que afirmaron a lo largo y a lo ancho del país que el glifosato era absolutamente inocuo y que incluso podía beberse sin problemas. La demostración científica de la resistencia la dio el entonces presidente de Aapresid ingiriendo un sorbo de glifosato y demostrando así la resistencia adquirida.

Pero luego, confirmando el hecho de que las modificaciones genéticas implican reacciones dentro de los cromosomas que pueden dar resultados imprevisibles, comenzaron a aparecer conductas extrañas que están alterando el orden institucional en Argentina:

- La realización de piquetes, hasta entonces condenada por alterar “el orden y la tranquilidad de los ciudadanos” pasó de golpe a ser un método válido de protesta sin importar las consecuencias sobre la alimentación de millones de argentinos ni las pérdidas millonarias en productos perecederos. Esto en el contexto de un país en el que más del 30 % de la población permanece bajo la línea de pobreza.

- La situación de los productores de soya, de plena prosperidad hasta el 11 de marzo (día en que se anunció el aumento de las retenciones) pasó a ser catastrófica estando casi todos ellos al borde la quiebra y la imposibilidad de seguir alimentando... cerdos en la Unión Europea.

- Los productores de soya -a pesar de vivir la mayor parte de ellos en las zonas “norte” de las grandes ciudades- de repente se vieron convertidos en “campesinos”, término hasta entonces despreciado e incluso considerado por muchos de ellos extinguido.

La gravedad de estos cambios hace necesaria una profunda reflexión sobre los futuros impactos que pueda tener en la sociedad la extensión de la contaminación transgénica que ya vislumbra su impacto en los periodistas de los grandes medios masivos de comunicación y en amplios sectores de la clase media.

Algunos científicos afirman que en realidad esta movilización no es de ninguna manera una contaminación genética sino la más pura expresión de los genes que habitan en la gente del campo expresándose con absoluta dominancia los genes de derecha y golpistas. Esperamos que nuevos estudios puedan afirmar o desmentir estas sospechas.

Nota del autor: la ironía entre las conductas ideológico-políticas y orgánico-fisiológicas intentan trazar un paralelo al mismo tiempo que abordar con algo de humor esta nueva reacción de sectores pudientes y reaccionarios del país que se han caracterizado, sobre todo en los últimos años, por demonizar y criminalizar a los sectores populares que utilizaron siempre los cortes de ruta como método de lucha.

[1Entendemos por transgénicos a aquellos organismos vivos a los que se les ha introducido genes de una especie diferente para modificar algunas de sus propiedades o conductas.