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Huila: Dos días de paro
Coordinación Política y Social Marcha Patriótica / Miércoles 21 de agosto de 2013
 

El día tiene un nuevo color, pareciera que el sol salió desde otro lado, el aire es aún más fresco, la tierra huele diferente, las huellas que dejan mis botas de trocha las veo más grandes. La leña, los racimos de plátano, las arrobas de arroz… todo parece liviano, no veo ningún esfuerzo, son hombres y mujeres fuertes es cierto, pero parecen que llevaran viento.

Somos apenas un puñado, 350 personas más o menos, sus caras son tan limpias y sus sonrisas tan amplias que se hace difícil contarlas uno por uno. Vienen de distintas regiones, son los primeros que salen: Tello, Baraya, El Pato, Algeciras; el oriente del Huila, tierra devastada por el olvido y la sequía de años que deja la crisis agraria.

Partimos hacia el primer punto de concentración en el único transporte que soporta las deterioradas vías de acceso en nuestra tierra: Las chivas. Parecíamos un arco iris sobre caucho andando en tierra, gritos, sonrisas estruendosas retumbaban por todos lados. La alegría era evidente, la esperanza inquebrantable.

Nuestro recorrido era tranquilo, queríamos juntar nuestras manos con los hermanos de otras regiones del Huila, pero nuestra calma fue robada descaradamente. Con justificaciones descabelladas la Policía y el Ejército Nacional retuvieron nuestra caravana y hostigándonos como si fuéramos criminales nos impidieron continuar.

Nuestro legítimo derecho a la protesta y la locomoción quedó en las manos de los promotores de la injusticia y el desarraigo.

A nuestra detención se unieron más campesinos y campesinas que dejaron sus pequeñas fincas después que nosotros. Nos mantuvimos dignos y convencidos de lo justo de nuestro paro a pesar de las falsas noticias que escuchábamos en la radio, decían que el Paro Nacional no había cuajado en el Huila, que se había aplazado.

Nosotros no éramos los únicos retenidos, en el resto del Huila se vivía la misma situación: En zona de Vegalarga, La Plata, Palermo y Aipecito cientos de campesinos se les impidió continuar su marcha hacia los puntos de concentración. Aumentaban, además, las persecuciones y las declaraciones irresponsables de la fuerza pública: “El paro es promovido por los universitarios, la protesta campesina esta infiltrada por las Farc, recompensas a los que tomen fotografías y videos denunciando a los manifestantes”.

Satisfechos, recibimos la noticia que en Neiva se movilizarían los maestros, estudiantes de secundaria, sindicatos de la salud y campesinos que lograron llegar a la ciudad para decirle al Huila y a Colombia que nosotros sí estamos en Paro, que resistimos, que reconocemos las reivindicaciones del sector de la salud en nuestra región, que los estudiantes y los maestros también cuentan con nosotros para batallar juntos por el mejoramiento de la educación en nuestro departamento, y contamos con ellos para defender nuestro Pliego Nacional de Peticiones.

Desenfundamos la peinilla como forma de sostener nuestro más preciado objeto de trabajo, nuestra pala como la esperanza de cavar los sueños y la pica siendo el instrumento de confrontar las situaciones duras que se nos presente.

En el Huila si hay paro y es de los pobres del campo.