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Líder guerrillero puntualiza sobre desenlace del capital en Colombia
Prensa Latina / Sábado 24 de agosto de 2013
 

El máximo líder de la guerrilla de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, (Timochenko) afirmó hoy que ahora más que nunca está claro que han sido los designios del gran capital para Colombia, los que han exigido poner fin al conflicto definitivamente.
En un comunicado difundido en la página de internet de esa fuerza insurgente, subrayó que para la ejecución de eso planes en el país y el resto del continente resulta imperativo remover del camino "esa mula muerta" de la que habla el presidente, Juan Manuel Santos.

"Este ha asumido juicioso su tarea, terminar con el conflicto por las buenas o las malas. Allí entra a jugar su papel la vía del diálogo y las conversaciones. Como a la gente, a la guerrilla también habrá que darle la oportunidad de llorar sus penas", dijo en el texto.

Por eso la mesa de conversaciones de paz. "Para que reclamen (los guerrilleros) en voz baja y mansamente cuanto quieran aunque no se les acepte ni conceda nada de lo que planteen", expresó.

"La comunidad internacional, es decir los Estados Unidos y la Europa Occidental, están dispuestos a aceptar que la guerrilla desmovilizada sea beneficiaria de una justicia transicional, que la deje finalmente en una libertad precaria, pero anulada en materia política", refiere en el comunicado.

En eso consistiría el Acuerdo de paz, un perdón relativo a cambio del espaldarazo guerrillero a la globalización neoliberal para Colombia, agregó el insurgente,.

Al referirse al primer punto de la agenda, la política agraria integral, firmado en mayo pasado, dijo que aparece con algunas salvedades que se definirán más adelante.

Esas salvedades, señaló, son todas las objeciones que las FARC han puesto a los planes del gran capital para convertir el territorio colombiano en su gran dispensador de recursos mineros, biológicos, agroindustriales y alimentarios, a costa de la propiedad y tranquilidad de los pequeños y medianos productores así como de las comunidades negras e indígenas.

Timochenko subrayó que el presidente colombiano tampoco piensa ceder un milímetro en materia de democratización de la vida nacional, el segundo punto (la participación política), que debaten en Cuba, sede permanente de los diálogos.

Cuando dice que no está negociando el Estado, ni el modelo económico, ni el sistema político, ni el sector privado, lo hace para tranquilizar al gran capital expectante por cualquier debilidad en la mesa de conversaciones, remarcó.

En su texto, titulado Lo que Santos no quería, el máximo líder de las FARC-EP se refiere a los actuales momentos que atraviesa el país por el paro nacional agrario y popular.

"Mientras Santos, como un generoso Rey Midas que transforma en oro todo cuanto toca, habla de que sus políticas han sacado a millones de colombianos de la miseria y la pobreza, además de llevarles alimentos, educación, salud, vivienda, empleo formal y jugosas oportunidades de prosperidad, la gente de carne y hueso toma las carreteras en reclamo de atención y justicia". Jiménez apuntó que desde que el mandatario fue ministro de comercio exterior bajo la presidencia de César Gaviria (1991-1994), como el mismo reconoció, le fue ordenado abrir la economía.

Desde entonces, dijo, su empeño ha sido materializar el designio globalizador neoliberal: libre comercio total, apertura plena a la inversión extranjera, privatización de las entidades públicas, entrega de las riquezas naturales al gran capital transnacional, desmejoramiento de las condiciones laborales y endeudamiento creciente con la banca internacional.

El recurso presidencial consiste en señalar que no hay reales razones para que la gente proteste, agregó. El Gobierno no descarta que las protestas sean en realidad artimañas usadas por gentes interesadas en sembrar el caos, como ocurre con las guerrillas o algunos personajes de la oposición. "Aunque el Presidente cree jugar con cartas marcadas y seguro de ganar, está nervioso. Promete y miente, amenaza y miente. Mientras tanto, un país, que no se parece al Londres que sueña, sale a las calles a exigir cambios, a enfrentar la autoridad, a reclamar por políticas distintas. Las mismas por las que las FARC llevamos meses discutiendo en la mesa", expresó.