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TLC+ESMAD o El cartel de los vándalos
Macario Martínez / Viernes 30 de agosto de 2013
 

El día de hoy 30 de agosto el presidente Santos, renunciando al ejercicio de la política, ha entregado el control del país a los militares. Dos acontecimientos de la tarde de ayer lo hacían presagiar, uno, el sorpresivo desplazamiento del presidente a las instalaciones de la Policía Nacional y dos, el agresivo e intimidante discurso del Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón contra los manifestantes y el movimiento social.

Los anuncios presidenciales sobre el énfasis militarista que toma el gobierno son más que elocuentes: se retirarán los voceros oficiales de la mesa de negociación instalada en Tunja (a última hora se informa que serán devueltos), se incrementará con 50.000 soldados más la militarización del país, se entregará el control de las ciudades al ejército, se ofrecerán respuestas a los informantes y quienes hagan las veces de policías tomando fotos de quienes protestan.

Ratificando la constante histórica fundamental de las clases dominantes en este país, el gobierno impone el dominio de la fuerza al tratamiento de un conflicto que es esencialmente social y político. Si las masas campesinas y populares salen hoy a las carreteras y a las calles a expresar su inconformidad no lo hacen por deporte, lo hacen porque ya no soportan la miseria que traen las políticas del Estado.

Al optar por el cierre del diálogo y la enfatización de la militarización el gobierno recalca en el uso del formato que hunde al país en la pauperización, el desempleo y la sinsalida. ¿Cuánto cuesta cada día de represión y de guerra contra el pueblo? y ¿qué vale la sangre derramada y la vida truncada del pueblo?

El gobierno acusa a Marcha Patriótica del llamado vandalismo con el que han finalizado los disturbios en ciertas ciudades, cuando tales hechos son en gran medida el resultado de las provocaciones policiales, y en últimas son una expresión más de la furia popular ante la situación de no futuro que enfrentan amplias capas sociales. Si hay que hablar de hechos de vandalismo, estos son el TLC, que ha intensificado la destrucción económica y social del país, y la labor del ESMAD, que opera como violencia pura y cruda que silencia el grito de los excluidos.