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Marcha elige el cambio para las próximas generaciones
 

La decisión de Juan Manuel Santos de presentarse para la reelección no es nueva en el mapa político, esto se sabe desde el mismo 7 de agosto del 2010. El discurso de reelección que ha mostrado se mueve entre forzar a mostrar resultados y que él es la única garantía de la paz. Ubicó a su contradictor en el otro sector de la elite económica y política, el uribismo, pero no da señales de abandonar el neoliberalismo y la política de paz rápida y sin costo fiscal.

Las cifras presentadas por Santos en materia social no corresponden con la realidad misma; ni este gobierno ni los anteriores han podido resolver el problema de la desigualdad social, por el contrario la profundización del modelo neoliberal ha llevado al traste los pocos derechos sociales que ha conquistado el pueblo colombiano; por todos lados se exigen reformas agrarias, a la salud, a la educación, a la justicia, entre otras: estas exigencias tienen como fondo común la lucha contra la privatización de los derechos y democratización de la vida social y política de la sociedad colombiana.

El discurso de Santos considera que las opciones aun están entre las elites, por lo que asistimos a la prolongación del Frente Nacional. Los colombianos pueden escoger, según él, entre la elite que representa Uribe y la que representa Santos. Magna equivocación: precisamente esa estrechez del sistema político es la que genera la confrontación. La paz requiere que Colombia transite hacia la democratización, esto quiere decir que la elitización y personificación del sistema político sea superada por fuertes y nutridos escenarios de participación y definición popular en distintos órdenes; estos son los vientos que recorren el mundo y Latinoamérica, y los retos de la democracia y la paz en Colombia.

En el orden del día está entonces trabajar porque Colombia transite de la actual democracia restringida y represiva hacia una verdadera democracia popular y profunda, consagrada en una Nueva Constitución Política que surja de una Asamblea Nacional Constituyente con participación de todos los sectores sociales hasta ahora apartados violentamente de la posibilidad de decidir el rumbo nacional. Sea quien sea el o la próximo/a presidente/a, se requiere compromiso por mantener el proceso de paz, dado que la superación de la actual situación pasa necesariamente por repactar, reconciliar y reparar integralmente al país. Para ello damos prioridad a la participación directa en la política a través de la movilización social y popular y en los escenarios de deliberación y decisión de los movimientos sociales.

La falta de garantías reales salpica el escenario electoral, no sólo por la amenaza latente de la eliminación física de la oposición, sino además por las talanqueras técnicas que, como el umbral, y los topes de pólizas y depósitos en dinero en efectivo para las inscripciones por firmas, lo que impiden la participación de movimientos alternativos y de representación popular, por lo que hemos dicho que no hay condiciones para participar en la próxima contienda electoral, siendo esta una lectura que compartimos con todas las expresiones de izquierda y alternativas; sin embargo, no desechamos las elecciones, entendemos que hacen parte de la coyuntura y en ella vamos a incidir, poniendo para el debate las iniciativas políticas, insistiendo en la unidad y participación de las mayorías excluidas para redireccionar la Patria, en la movilización y en la acción política conjunta.

En este contexto Marcha ha rechazado la reelección de políticas neoliberales, de paz rápida y sin costo fiscal, de represión y criminalización de la protesta social. A su vez, ha llamado a no escatimar esfuerzos en la construcción de una candidatura que represente autenticas alternativas. Ha manifestado la disposición de contribuir a una alternativa popular.

La prioridad en Colombia es superar la confrontación mediante la solución política que casi cumple cinco décadas arrasando la esperanza de generaciones enteras. La pregunta que hoy enfrentamos no puede ser cuál será el destino de Colombia para los próximos 4 años, sino cuál será el destino de Colombia para las próximas generaciones. La Colombia en Marcha va por esta última, bajo esta premisa hay que avanzar.

Junta Patriótica Nacional

Movimiento Político y Social Marcha Patriótica

2 de diciembre 2013