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Debate
A propósito del escrito de Frank Molano sobre Diomedes Díaz
Gabriel Ángel / Viernes 24 de enero de 2014
 

El día de la muerte de Diomedez Díaz fue publicado un artículo del docente marxista Frank Molano en nuestro portal sobre la vida y contexto del cantante vallenato. El guerrillero y escritor de las Farc-ep, Gabriel Ángel, escribió una réplica, la cual publicamos a continuación por hacer referencia directa tanto al documento en cuestión como a la Agencia Prensa Rural por haber sido el medio que reprodujo el escrito y para ver otra opinión sobre la figura polémica del llamado Cacique de la Junta.

A propósito del escrito de Frank Molano sobre Diomedes Díaz

El académico Frank Molano, quien añade a su nombre en la página de Prensa Rural los títulos de Investigador Social, Historiador y Docente Universitario, escribió el mismo día de la muerte del canta autor vallenato Diomedes Díaz un artículo a propósito de él, que contrasta profundamente con el publicado por mí en la web de las FARC para la misma fecha.

No sé cuánta será la erudición del Profesor Molano en materia del folclor de la costa norte de Colombia, pero lo que sí salta a la vista es el veneno con que asume su sesgada versión del artista. En su nota deja patente la rasquiña o piquiña que suscita entre el mundo académico que presume de vanguardia, el éxito de los de abajo, aplaudido por los de abajo, sin el permiso del mundo ligth.

Quien quiera que lea la nota verá de entrada que está escrita con un enorme desprecio hacia la masa humilde campesina que padece hambre y desnutrición desde su infancia. Buen espacio dedica el profesor Molano a destacar esos orígenes en Diomedes Díaz, en los cuales se basa para construir de entrada la imagen de un personaje vil y siniestro.

Debiera saber el Profesor Molano, porque se define como Historiador, que la canción que según él identifica más a Diomedes Díaz, una de cuyas estrofas usa a manera de epígrafe en su artículo, no pertenece a él, que simplemente la grabó, sino que es composición del maestro Gustavo Gutiérrez Cabello, quizás el más querido y respetado cantautor de la música pura de Valledupar.

Usar una letra de Gustavo Gutiérrez para desprestigiara Diomedes Díaz revela el grado de desconocimiento del Profesor sobre la realidad cultural del Magdalena Grande, cuna de una de las manifestaciones más bellas y poéticas de la música colombiana, a no ser que como uno de esos petulantes cachacos del interior, el Profesor considere que sólo es colombiana la música andina.

Haber perdido la vista por uno de sus ojos, o un diente como consecuencia de las duras condiciones de vida en que creció, le sucede a miles o millones de colombianos pobres. Para el Profesor, sesudo Investigador Social, eso es motivo de burla y de ridiculez, más por aparecer así en la carátula del primer LP que grabó siendo un humilde muchacho.

Es inevitable percibir el sesgo de clase, de superior familia, con el que el Profesor Molano escribe sobre Diomedes Díaz. Y por eso mi juicio acerca de la ligereza con la que se decidió publicar ese artículo, que sólo hasta ahora, por vivir en medio de la selva puedo conocer y de algún modo intentar responder. Una página dedicada al pueblo raso no puede hacer eso.

La relación de la vida del artista que realiza el Profesor no es ajustada a la verdad, así se pretenda con ella mostrar un conocimiento amplio sobre su recorrido. Otros biógrafos pueden probarlo fácilmente,empezando porque nació en La Junta y no en Las Juntas. Pero si algo llama la atención sobre la óptica del Investigador Social es atribuir el ascenso de Diomedes a la cultura mafiosa.

Y no es que yo tenga el menor interés en defender las mafias y su tenebroso mundo, como de pronto se podría argüir. En todo caso, es evidente que la realidad mafiosa en Colombia no sólo tiene relación con Diomedes Díaz, sino con todos y cada uno de los elementos de la vida económica, social y cultural de las últimas cuatro décadas en el país.

Según el Docente Universitario, Diomedes Díaz es el artista arquetipo de la cultura mafiosa y machista que reina en Colombia, como si la mafia narcotraficante o el machismo no fueran más bien expresiones concretas de la naturaleza del sistema capitalista que impera no sólo en el país sino en casi todo el orbe, por desgracia. Y de la cual los menos culpables son los pueblos.

Ensombrecer la brillante calidad artística de Diomedes Díaz, su genio como compositor e intérprete, su carisma y las cualidades personales que lo convirtieron en un verdadero ídolo del pueblo, no sólo en la costa atlántica, sino en todo el país, e incluso en el exterior, de lo que es ejemplo Venezuela, es obrar influenciado por una maligna prevención nada objetiva o seria.

Casos dolorosos en los que geniales artistas de origen popular se fueron consumiendo en la vida bohemia y viciosa son muchos. El mismo Profesor pone el ejemplo del promotor que ganó un millón de dólares con un concierto de Diomedes, lo cual basta para darnos una luz acerca de los intereses y presiones que pesan sobre una estrella así desde cuando comienza a destellar.

Héctor Lavoe no tuvo una vida santa, pero sólo un atorrante podría emprenderla contra él porque terminó como lo hizo, por encima de sus condiciones y calidades artísticas. No sé si el Docente Universitario haya pensado en que Edith Piaf es comparable a una basura desechable, porque su desgraciada y miserable infancia y su afición a la droga hubieran marcado su vida y su final.

El Investigador Social que comentamos, bien podría escribir con igual desprecio contra los campesinos cultivadores de coca y amapola, o los simples recolectores, que incluso elaboran la pasta en sus cambuches para entregársela finalmente a las mafias que la compran. Por eso los condenan las clases dominantes, untadas de narco dineros más que cualquiera en este país.

Estoy seguro de que el Historiador Molano no conoce las canciones de Diomedes Díaz más que por dudosas prevenciones. Como compositor, sobre todo en sus primeros tiempos, Diomedes escribió verdaderas obras de arte dedicadas al amor, las costumbres y la vida de la gente humilde de la costa. El Profesor debería oírlas con cuidado un día antes de escribir.

Por otra parte, Diomedes interpretó magistralmente las canciones de los más grandes cultores del folclor de la costa norte de Colombia: Rafael Escalona, Leandro Díaz, Calixto Ochoa, Gustavo Gutiérrez, Alejandro Durán, Hernando Marín, etc. Atacar y desvalorizar su obra artística es una afrenta al folclor vallenato, a la música del pueblo de Colombia y a su misma gente.

Quisiera , con el mayor respeto y consideración, invitar al Profesor Molano a reflexionar en torno a la culpa que cabe a nuestro pueblo, a nuestro folclor, a nuestros artistas porque la descomposición del capitalismo en Colombia se roce con ellos y los afecte en distinto grado. Un tema para investigar, la mentalidad popular colombiana en medio de semejante realidad que afronta.

El Presidente Uribe no salía de Valledupar en su gobierno. Toda la alta casta interiorana descubrió de repente las delicias del Cesar y la Guajira, y en bloque asistía al Festival Vallenato cada año. Cuando se entregó Jorge 40, sonaba Canta Conmigo en su equipo, una bellísima canción rebelde de Hernando Marín que grabó Diomedes en elaño 90. ¿Culpa del pueblo, o de su cultura?

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