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La güevonada
Alberto Pinzón Sánchez / Martes 25 de febrero de 2014
 

“Pero lo más grave es que nadie sabe (hasta ahora) quien es el beneficiario de esta información” (la interceptación del correo de Santos).

Esta “inapropiada” palabra (según la calificara el presidente de los colombianos) significa en gran parte de nuestramérica y en nuestra útil lengua, “situación complicada, difícil o inextricable”. En el Cono Sur, especialmente en Chile la usan como “güevada”, en el Perú su sinónimo podría ser “cojudéz” y en España “gilipolléz”. Todas hacen alusión a los testículos humanos, del latín “coleo”, que desde la más remota antigüedad, son un asunto serio y complicado.

Esta palabra, y no la criminalidad internacional de la frase para crear una mafia contra los fiscales colombianos, dicha por general Barrero comandante general del de todas las Fuerza Militares de Colombia (500 mil hombres) ordenándole al detenido coronel Robinson del Río, un asesino comprobado de haber dado muerte a varios campesinos inermes y luego disfrazarlos, armarlos y presentarlos como guerrilleros (lo que en nuestra útil lengua el presidente JM Santos cuando era ministro de defensa de Uribe Vélez dio en llamar eufemísticamente Falsos Positivos), le costó la baja. A la vez que le permitió a Santos purgar la cúpula militar de cuatro elementos pro-Uribistas y hacer la gambeta política para dejar en su puesto al ministro Pinzón, responsable político y civil ante el país de las FFMM.

El 23 de febrero, el “carrusel militar” descubierto hace una semanas por la revista Semana ha seguido girando y ha sacado a flote en el agua negra de ese manzanal, un nuevo escándalo que no pudo ser tapado por el nuevo impase creado por las declaraciones de Santos contra el gobierno venezolano: Las comunicaciones privadas del presidente Santos también han sido interceptadas o espiadas (lo que también en nuestra útil lengua ha sido llamado con el eufemismo de chuzadas)

Según las informaciones de prensa le espiaron al presidente de los colombianos, algunas comunicaciones relacionadas con “transacciones financieras” destinadas a comprarle obras de arte al exministro liberal de defensa del gobierno Samper; un experto delincuente y lavador de dinero de la mafia del cartel de Cali, hoy prófugo de la justicia colombiana e impune en México, y, algunos giros al exterior de “gastos estudiantiles” de una de sus hijas. Pero lo más grave es que nadie sabe (hasta ahora) quien es el beneficiario de esta información.

A raíz del escándalo del espionaje militar cibernético, hecho posible por la ley de inteligencia militar presentada por el Liberal hijo de Galán; yo preguntaba ¿quién gobierna a Colombia? , haciendo énfasis en la preposición “a” dando a entender distancia, y no en la preposición local “en”, y contando conque que en el territorio de la democracia genocida de Colombia gobiernan “realmente” los poderes fácticos militares y paramilitares, y que el presidente de la república es una mera formalidad.

Bueno, pues hoy la impotencia del presidente Santos (acompañado de su ministro Pinzón) reconociendo que no sabe quién y por qué le espían sus movidas financieras, y pidiendo ayuda a Israel, Inglaterra y Corea del Sur (no a los EEUU) para que le ayuden en el desgobierno, demuestra que lo anterior no es una suposición sino un hecho palmario.

Al asunto Militar que le corresponde a la CIA, ahora hay que agregar el asunto financiero que le corresponde a la sección de lavado de dinero de la DEA y al FBI. ¡Esto sí que es una verdadera güevonada! Inextricable, confusa y sobre todo incierta ante lo cual solo cabe la pregunta: ¿cuándo convocará Santos la Asamblea Nacional Constituyente que nos saque de toda esta güevonada?