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¿Quién va a vender los caminos?
La explotación de oro en Marmato está a punto de quedar bajo el control de una multinacional canadiense. Los mineros locales serán forzados a vender sus terrenos para dar paso a un megaproyecto con sólo capital extranjero.
Lorena Hoyos / Viernes 4 de julio de 2008
 

Parece mentira pero es la verdad. Nadie creería que un pequeño pueblo construido sobre toneladas de oro esté condenado a la ruina. Marmato es un afortunado y desventurado municipio de Caldas, donde el oro literalmente brota del suelo. Sin embargo, nunca fue tan acertado el popular dicho de que “no todo lo que brilla es oro”. Eso fue lo que vislumbró Luis Gonzaga Díaz, un minero caldense que hace 15 años imaginó súbitamente lo que le iba a pasar a su pueblo.

Desde cuando compuso la canción que se ha convertido en el designio de Marmato, sus paisanos lo acusan de haberle traído la maldición al pueblo. Sus coplas hicieron el desafortunado tránsito de pasar de la imaginación a la realidad, y desde entonces se escucha su voz en la mina, saliendo, como el oro, de cada túnel: “¡Marmato se está acabado, Marmato ya quiere hundirse, porque le están desquiciando la parte que tiene firme!”.

Viaje al corazón del oro

Marmato debe su nombre a una piedra de mineral amarillo común en la zona. Está ubicado en la parte occidental de Caldas, muy cerca de la ribera del río Cauca y enclavado en una montaña que, según los pobladores, posee una de las mayores reservas de oro del mundo. Para llegar al casco urbano, si no se tiene la suerte de coincidir con los dos servicios de transporte diarios, hay que hacerlo a pie por una loma que parece insinuar que el camino del oro es cuesta arriba.

Con una población de ocho mil habitantes, en Marmato la sencillez de la vida de sus gente contrasta con el ostentoso tesoro que esconde. Al recorrer sus calles y, sin pretenderlo, se puede ir a parar a la entrada de alguno de los túneles explotados de manera artesanal, aunque no por ello carentes de encanto.

En la boca de un inmenso túnel, retumban las poleas de un mecanismo vetusto que lacera la tierra, pacientemente esperada por hombres con rostros opacos que, como alquimistas, la zarandean por puñados hasta que queda el brillante oro puro.

Oro, ese que despierta no sólo el interés de los pobladores sino también el de multinacionales como la canadiense Colombia Goldfield, que por concesión explora la mina, como paso previo a la explotación a cielo abierto. Sin embargo, algo se lo impido por el momento: el Código de Minas -que sería reformado para dar paso a la multinacional-, y claro, la dignidad de los marmateños.

No sólo el oro resiste

Fernando Bolaños, miembro del comité civico en defensa de Marmato, sabe que es un pigmeo frente a la multinacional en su lucha por impedir que los sigan desplazando legalmente. En el año 2006 vio cómo parte de la montaña se fue encima del antiguo casco urbano, lo que obligó a los pobladores a asentarse unos metros más abajo, donde corren el riesgo de ser desplazados nuevamente, por ser supuestamente una zona de riesgo. Pero para él, lo que quieren las autoridades es alejarlos de la mina.

A Fernando, cada paso le trae un nuevo recuerdo. Levanta el índice y dice que por allí el colegio, que más allá el hospital, “mire que están enteritos, no sé por qué nos están trasladando para la vereda El Llano. Aquí no va a pasar nada”. De pronto, se torna reflexivo, convencido de que no sólo la nostalgia lo lleva a resistir.

Deja salir de su boca una tras otra, sin pausa, las razones que lo inquietan: “Ni los españoles nos desplazaron. Tenemos más de 500 años explotando la mina. Ahora es una multinacional canadiense la que ha venido por el oro. De nuevo la Colonia. Quieren desplazarnos de nuestra tierra. Vamos a perder nuestra identidad, nuestro hábitat natural. Seremos judíos errantes, sin tierra dónde volver. Yo me pregunto: ¿Cuál es la autoridad que tiene la potestad de vender la institucionalidad de nuestro municipio? ¿Quién va a vender los caminos? Lo material es muy fácil de negociare, pero, ¿a lo inmaterial quién le pone precio?”