Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

El Plan Colombia esta lejos de llegar a su fin
Mónica Orjuela / Lunes 31 de marzo de 2014
 

El Plan Colombia acordado en 1999 entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia para combatir narcotráfico sigue su curso, pero sufrirá un recorte de presupuesto. El país suramericano solicitó ayuda por 142 millones de dólares y recibirá 117, una reducción de 24 millones de dólares para 2014.

El ministro de defensa Juan Carlos Pinzón en una entrevista con Reuters sostuvo que “ajustar el cinturón de las Fuerzas Armadas sería un gran error”. Argumenta que mantener al ejército y modernizarlo sigue siendo prioridad para combatir además de los carteles de la droga a las guerrillas, presupuesto de defensa que se eleva al 3,5% del PIB. A pesar de estos dieciséis años de ayuda entre los dos países, no han podido acabar con la guerrilla, el conflicto, los cultivos de coca, el narcotráfico y el paramilitarismo.

La reducción se debe a que EUA tiene planes de inversión para Centroamérica con cerca de 162 millones de dólares, pero continúan su apuesta en Colombia y México en materia de seguridad. “Este nuevo presupuesto no es sólo una colección de números, es una ilustración de nuestros valores y prioridades”, explicó el secretario de Estado, John Kerry.

La estrategia armamentista con el supuesto objetivo de finalizar con la coca parece que no ha dado sus frutos, al menos en lo que respecta al tráfico de drogas. El economista de la Universidad de los Andes Daniel Mejía señala “El presupuesto gastado en la guerra contra en narcotráfico que se enfoca principalmente en ataque a los productores y arremetida a los traficantes, asciende a los 1.200 millones de dólares anuales, desde el año 2000 y sin embargo, el potencial de producción de cocaína se mantuvo relativamente estable”.

Un estudio de la Defensoría del Pueblo de Ecuador halló que las fumigaciones aéreas con el herbicida glifosato han generado lesiones genéticas que pueden causar cáncer, provoca el desplazamiento forzado y amenaza la seguridad alimentaria de la población rural.

Luis Saavedra, responsable de la investigación, precisó que “El Plan Colombia es una estrategia de limpieza social, no existe una voluntad política real para la erradicación de la coca y detrás de eso está el dominio sobre los recursos y el control geoestratégico de los movimientos sociales que están en Latinoamérica”.

Los movimientos sociales como la Marcha patriótica y el Congreso de los pueblos han rechazado el Plan Colombia. En el paro agrario del 2013, uno de los sectores que participó activamente en las protestas fue el de los cultivadores de coca. Exigían al gobierno políticas de sustitución gradual de cultivos, implementar proyectos productivos y finalizar las aspersiones aéreas. El líder de Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, César Jerez afirma “Lamentablemente el gobierno, a pesar de que los campesinos han desarrollado propuestas con el fin de que no se siembren más coca, lo que hace es continuar con las fumigaciones de forma indiscriminada”.

Si las aspersiones aéreas continúan, el presupuesto de las Fuerzas Armadas se mantiene pese a la reducción del 20% de la financiación estadounidense. Evidencia que el Plan Colombia no ha llegado a su fin, como bien lo dijo el ministro de Defensa Pinzón “el presupuesto militar para este año asciende a 25,5 billones de pesos, se necesita aún más dinero para invertir en tecnología militar, comprar aviones de transporte, helicópteros, lanchas y vehículos”. Queda claro que la apuesta sigue siendo la guerra y poco quedará para la inversión social.