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Pertinencia del software libre como herramienta de liberación
Leonardo León / Viernes 25 de abril de 2014
 

¿Para qué el software libre?

La liberación de Colombia también pasa por la ruptura de la dominación en todos los aspectos: el político, el militar, el económico y el cultural. En este último el consumo juega un papel fundamental por lo que hay que buscar alternativas a los productos de las multinacionales que se compran y se usan de manera frecuente que ayudan a reproducir el sistema actual sin que se tome conciencia de que para hacer la revolución también hay que cambiar en este aspecto. De nada sirve cambiar el gobierno si se siguen manteniendo las prácticas capitalistas que impiden avanzar a la construcción del hombre nuevo y la mujer nueva.

Uno de los productos que se consumen todo el tiempo es el software. La mayoría de jóvenes usan programas de Microsoft y una minoría pero cada vez más creciente, de Apple.

Rápidamente los dos casos principales: Apple tiene el esquema de propiedad más restrictivo y violatorio que puede existir, llegando incluso al extremo de poder eliminar programas instalados a larga distancia en los equipos que, se supone, son de los usuarios que pagaron por el hardware pero que realmente le pertenece a la empresa; mientras tanto Microsoft, además de las restricciones crecientes de Windows como las de Macintosh, es una de las multinacionales cómplices de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para poder invadir países y tener mayor nivel de control sobre los ciudadanos, esto a partir del fraude electoral en el 2000 hecho por esta multinacional para favorecer a George Bush al tener el control del programa de conteo de votos (De ahí que haya que oponerse al voto electrónico sin respaldo físico).

Dado el creciente avance, utilización y masificación de la tecnología, el uso de software resulta ser un ítem importante y necesario en aspectos de desarrollo informático o de utilización personal, tal y como se evidencia en las comunicaciones, la industria, el entretenimiento, la academia, la investigación y desarrollo, la medicina, etc., y en general en casi todos los aspectos del actual vivir del ser humano. Sin embargo, aunque ha existido un gran avance en la relación de las personas con éste, muchas desconocen el concepto de software libre, lo que conlleva en ciertas circunstancias a que quienes no tienen los recursos para suplir una necesidad con software privado opten por el uso de copias piratas antes de evaluar una opción de software libre que muy posiblemente supla cierta necesidad especifica.

Hay una gran variedad de software libre de todos los tipos y de varios alcances y una comunidad en torno a este software dispuesta a compartir y desarrollar colectivamente todo tipo de aplicaciones. Aunque debe admitirse que en varios casos el software privativo es más poderoso para algunas aplicaciones particulares, también es cierto que existe un gran número de aplicaciones sencillas, generales y especializadas que son de gran utilidad en la vida cotidiana y pueden ser usadas y compartidas libremente o con bajo costo y que además muchas de ellas tienen la posibilidad de ser modificas, adaptadas y mejoradas para el bien de la comunidad, a diferencia de programas privativos cuyos códigos son cerrados.

En la actualidad, la gran mayoría de personas usan software privativo, pues desde que inició la era de la computación, las empresas privadas dominaban el mercado por lo que los usuarios se acostumbraron a su uso. En los colegios y las universidades, de manera generalizada se enseña ese tipo de programas, por falta de conocimiento, por costumbre, porque no hay equivalentes, por presión de las compañías o por intereses particulares, entonces los estudiantes recurren a usarlo de forma ilegal por no tener la capacidad y/o el interés de comprarlos.

Algunas ventajas del software libre:

Tanto para aquellas personas que adquieren el software de manera ilegal, como para aquellas que lo obtienen legalmente y consideran excesivo los montos que hay que pagar para obtenerlo, es conveniente conocer otras alternativas. A manera de ejemplo, cuando se quiere comprar un producto nuevo, ya sea una bicicleta, una guitarra, un carro, o cualquier tipo de producto, nos agrada que se nos presenten varias alternativas en el almacén, y que se nos den a conocer las características de cada una, para hacernos una idea de cual nos conviene más, y no que nos digan “únicamente puede comprar este, sólo le vendemos esta marca”, que es lo que sucede actualmente en muchas aplicaciones de software. Las técnicas de mercadeo y la publicidad hacen que las personas sólo conozcan una determinada marca de software para alguna aplicación, esto les genera dependencia, al punto de que si en algún momento deben usar otra opción (por ejemplo para fines laborales) se les va a dificultar, ya que están acostumbradas a utilizar una aplicación particular.

Para el caso de las instituciones educativas, el uso de software propietario, en su gran mayoría, exige el pago de licencia para su uso, lo que genera gastos en recursos, que en muchos casos se pueden evitar con el conocimiento y manejo de herramientas libres equivalentes. Este ahorro de dinero no sólo beneficiaría a la comunidad a nivel personal, sino también a nivel educativo, permitiendo que el dinero ahorrado en licencias se invierta en otros aspectos como equipos de laboratorio, infraestructura, bibliotecas, oficinas.

Como tercera ventaja y no menos importante que las dos anteriores, se tiene el tema de la libertad de acceso al conocimiento y la posibilidad de modificación y mejora en comunidad. Se han visto excelentes ejemplos de software desarrollado de forma comunitaria bajo las condiciones de software libre, es decir, el hecho de que se puede acceder al código fuente de un programa y poder modificarlo con el fin de corregir errores, mejorar aspectos y adaptarlo a las necesidades del usuario, lo que representa una ventaja excepcional del software libre, que se puede explotar una vez se tenga la cultura del uso de estas herramientas y la disposición a trabajar en comunidad.

Sobre la comunidad de software libre:

El software libre, a pesar de sus múltiples ventajas y la ruptura con la lógica de que el conocimiento es una mercancía, es usado muchas veces de forma que reproduce los antivalores de esta sociedad capitalista, excluyente y egoísta de tal manera que la comunidad de Software Libre es vista por lo general como una secta, en la que su militancia es una élite del conocimiento con acceso a información privilegiada y con destrezas en el uso de la tecnología que los demás no son capaces de desarrollar. En gran medida se ha perdido el horizonte de la razón de ser del software libre: la liberación del conocimiento y por ende, la liberación del ser humano.
Actualmente en esta sociedad cualquier forma de acceso a la educación, a la ciencia y al conocimiento es vista como un logro individual o privilegio de quien llega a estos niveles de academia, pues el sistema se ha encargado de que tanto este aspecto de la vida como al igual que los demás (salud, trabajo, vivienda..) se alcancen con una lucha diaria en la que sólo importa el “salir adelante” como persona, como individuo, pues de eso se trata el capitalismo. La ley del más fuerte.

Consideramos que el software libre se presenta como una alternativa diferente a dicha lógica, planteando entonces otros valores, como el de la solidaridad. El valor de compartir, que es inherente a la filosofía del software libre, no debe restringirse al hecho de hacerlo internamente en las comunidades especializadas y en el tema meramente técnico. Compartir debe llevarse a otros planos; al pedagógico, al político, al social. Compartir la experiencia de trabajar con libres distribuciones a las comunidades que se verían beneficiadas con ellas. Compartir el conocimiento sobre las implicaciones sociales para contribuir a la profunda transformación del país. Compartir el conocimiento de sus implicaciones económicas a los que consideran que el software privativo es la opción natural para poder acceder a la tecnología. Compartir con las personas que no han tenido experiencias con el software libre de tal forma que permita contribuir al desarrollo colectivo y de forma solidaria.

Para difundir el uso de software libre se debe comenzar por generar la cultura, enseñando a los jóvenes qué programas existen y su aplicación, además de explicarles la filosofía que comprende el software libre, para que así las personas se interesen en la búsqueda de alternativas a sus programas privativos.

Finalmente, hacemos la invitación para que el uso del software libre se convierta en una práctica masiva y popular, de tal modo que en el futuro próximo sea enseñado y utilizado en las instituciones del Estado y se haga de dicho software el común denominador.

Ingenio Sin Fronteras

@ingcritica