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Santos presidente y ¿ahora qué?
Andrea Ríos , Julio Pulido / Martes 17 de junio de 2014
 

on un 50.90% contra un 45.04%, Juan Manuel Santos fue reelegido Presidente de la República para el periodo 2014-2018. Un estrecho margen le dio la victoria. Ahora tiene el reto de asegurar su gobernabilidad y de reconciliar un país polarizado. 

Santos logró posicionar el tema de la paz como eje central de la segunda vuelta. La continuación de los diálogos con las Farc y el inicio de una fase exploratoria con el ELN le valieron un gran número de adhesiones: movimientos progresistas y de izquierda convencidos de que salvar el proceso de paz es una obligación moral se inclinaron por el candidato-presidente.

Artistas, intelectuales y columnistas hicieron propia la paloma de la paz; Indígenas, campesinos y sindicatos como Fecode, la CUT y la CGT pasaron de las arengas contra el gobierno a apoyarlo en las urnas; movimientos políticos como la UP y sociales como el de los indígenas y afrodescendientes llamaron a votar por Santos; organizaciones de derechos humanos, feministas, defensores de los derechos de los gays, ambientalistas, víctimas del conflicto, y grandes personalidades de la vida política como Piedad Córdoba fueron montándose al tren de la paz creando una coalición política que le valió la victoria a Santos. La bandera de la paz y la izquierda permitieron su reelección.

El resultado en las urnas es un voto a favor de la búsqueda de la paz por el camino del diálogo, la negociación y la vía política. La coalición, donde la izquierda es mayoría, conformada para sacar adelante la reelección de Santos se lo exige así.

Los resultados electorales obligan al mandatario a hacer varios ajustes en su gabinete. Configurar una nueva gobernabilidad es el reto que tiene por delante. Desde hoy la política colombiana estará signada por un gobierno con una tendencia de “unidad” en torno a la paz pero en oposición frente a otros temas de Estado y una férrea oposición del Centro Democrático que liderará el expresidente Uribe, quien cuenta con el 20 por ciento de las bancas en el Senado.

Frente por la Paz, unidad de izquierdas

El jueves 5 de junio fue lanzado en Bogotá el Frente Amplio por la Paz bajo la consigna “Solo por la paz, voto Santos”. La iniciativa, que congregó a diversas fuerzas y personalidades de izquierda, “representa a diversos sectores sociales que se han comprometido a defender los diálogos con las FARC y una eventual mesa de negociación con el ELN”, así lo señala un comunicado oficial dado a conocer ese día.

Al evento asistieron Piedad Córdoba, Iván Cepeda, Ángela Robledo, Luis Carlos Avellaneda, Aída Abella, Jaime Caicedo, Inti Asprilla, Yesid García, Gloria Flórez, Jorge Rojas, el exministro de Trabajo Rafael Pardo, John Sudarsky, Guillermo Alfonso Jaramillo, entre otros representantes de la oposición en el país. Todos bajo la misma consigna: el apoyo a la paz, a la continuación de los diálogos en La Habana con las Farc y el inicio de un proceso similar con el ELN.

Ahora que la continuación del proceso de paz está asegurada, es necesario preguntar por el futuro de esta coalición que sin duda permitió la victoria de Santos.

El representante a la cámara Iván Cepeda ve en el Frente por la Paz un escenario desde el cual “vamos a exigirle al presidente que cumpla con la afirmación que ha hecho de hacer reformas sociales para que la paz sea posible (…) Las exigencias se harán en las calles y también en el control político parlamentario y en la acción política en general. Si el gobierno llega a faltar a los procesos hechos durante la campaña, nosotros vamos a hacer lo que sabemos que es movilizar a la gente y trabajar en eso”.

Al respecto, David Flórez uno de los voceros más jóvenes del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica ve en esta variopinta coalición por la paz un espacio que le puede permitir a la izquierda hacer una mejor pedagogía de paz. “A Santos le corresponde ser consecuente con el anhelo de paz y dejar de hacer la guerra. A la izquierda nos corresponde hacer que la gente entienda que la paz es con justicia social. Debemos ser más creativos en el mensaje” dice Flórez.

La posibilidad de un ascenso del uribismo a la presidencia y el retroceso que eso significaría logró que la izquierda se uniera más allá de discursos. Es un avance enorme si se tiene en cuenta que la unidad en la izquierda siempre se frustra y empantana en el salpicón de intereses y egos que la atraviesan. La convergencia de izquierdas y movimientos sociales que representa el Frente por la Paz trasciende las elecciones y el triunfo del presidente santos y abre las posibilidades de crear esa gran concertación que Colombia necesita para pasar del conflicto al postconflicto.

El Frente por la Paz es una oportunidad para avanzar si mantiene una posición firme para vencer el sectarismo y las discusiones de purismo ideológico. Sin dudas Jugará un papel indispensable hacia el fin del conflicto y será un contendor de posturas como la expuesta en la noche de este domingo por el expresidente Álvaro Uribe al cuestionar la victoria del Juan Manuel Santos.

Y ¿Ahora qué? “Continuar tejiendo la paz, porque esto es un sueño de largo tiempo” manifestó Piedad Córdoba durante el lanzamiento del Frente por la Paz.

Mandato vigilante por la paz

Jorge Rojas, exsecretario de Integración de Bogotá, vocero oficial de los petristas y uno de los más fervientes defensores del Frente por la Paz le da a este un carácter de mandato vigilante. “La izquierda le aseguró el triunfo a Santos ayer y esperamos que el presidente le cumpla a Colombia (…) el cumplimiento básicamente es avanzar en el proceso de paz con las FARC en La Habana y en el proceso que se inicia con el ELN. El Frente Amplio por la Paz apenas empieza a construirse, no era una intensión electoral”, y añade: “Creo que por necesidad el presidente Santos logró aglutinar un gran movimiento por la paz que no existía en el país. Ahora, para que el proceso tenga presencia real de todos los sectores en la vida nacional, necesitamos darle una legitimidad social a ese proceso en las calles, en la ciudades en la zona rural” aseguró Rojas.

Se cierra una de las contiendas electorales más reñidas de la historia reciente en el país y las posibilidades que se han abierto deberán ser aprovechadas. De la contundencia de la izquierda y los movimientos sociales, de la seguridad en sus abrazos de unidad se debatirá gran parte del paso del conflicto al postconflicto.