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¿Avanza la extrema derecha en el país?
Julio Pulido / Martes 8 de julio de 2014
 

En su última edición la Revista Semana hace un análisis sobre el avance de la derecha en el panorama político actual del país. Plantea como novedad que mientras en procesos electorales pasados la derecha se disfrazaba de centro para buscar adeptos, este año se destapó logrando casi 7 millones de votos y convirtiéndose así en la segunda fuerza política del país.

Luego de las tres últimas jornadas electorales de este año –las parlamentarias y las dos vueltas presidenciales- la extrema derecha, asociada comúnmente con el paramilitarismo y las facciones más extremas del estamento militar, pasó a ser la oposición en un país donde ésta se asocia más con la izquierda que con la derecha.

La agenda parlamentaria, acostumbrada a una oposición alrededor de temas de derechos humanos, apertura en la participación política, defensa de derechos básicos y solución dialogada al conflicto interno armado, pasará a tener como eje permanente la discusión y freno del actual proceso de paz con la guerrilla de las Farc y el eventual proceso con el Eln.

La pregunta que hace la Revista Semana es si este fenómeno, donde el principal protagonista es el expresidente Álvaro Uribe, constituye una irrupción duradera de la extrema derecha o simplemente una moda pasajera que se diluirá en pocos años.

La respuesta empezará a tomar cuerpo el próximo 20 de julio cuando se posesionen los 20 senadores y 16 representantes del Centro Democrático que en cabeza de Uribe se posesionaran como bancada opositora.

Frenar el avance de la derecha

Para el representante a la cámara Iván Cepeda es muy preocupante que de una manera tan articulada aparezca hoy en el panorama político un grupo que “reivindica ideas que son ultraconservadoras y tremendamente regresivas para el país”.

Sin embargo, para Cepeda el Centro Democrático no tiene el poder que se le está atribuyendo, “No considero que los 7 millones de votos que obtuvo el candidato Zuluaga compartan de manera homogénea esas convicciones, yo creo que es necesario diferenciar en ese espectro de la extrema derecha que hay quienes sí quieren el avance de un proceso de paz y quieren que desde su perspectiva y con condicionamientos muy prácticos se llegue al final de la guerra en Colombia” plantea.

Desde esa perspectiva el futuro del Centro Democrático va a estar muy ligado a la suerte de su caudillo. Desde el 20 de julio, y aunque no perdería el fuero presidencial, Uribe quedaría como aforado de la Corte Suprema de Justicia en lo penal, y del Consejo de Estado en lo disciplinario, así como de la Procuraduría, la Contraloría General de la República y en la mira de la Corte Penal Internacional. Una posible condena impediría la cohesión y organización de la bancada uribista y un primer freno en el avance de la extrema derecha en la política colombiana.

Otro escenario que jugara como contendor será el fortalecimiento de lo que se ha denominado Frente Amplio por la Paz.

“El frente amplio va a dar la posibilidad de atajar al uribismo tanto en los poderes regionales como locales. La oposición de Uribe es una oposición al proceso de La Habana y la principal tarea del frente es develar los intereses del uribismo en la guerra y abrirle campo a la paz (…) en la actualidad se requiere de una fuerza política, de un sujeto político que no puede ser otro que una izquierda unida en un amplio espectro con sectores democráticos y movimientos sociales” plantea David Flórez, uno de los voceros nacionales de la Marcha Patriótica.

“El frente amplio tiene que ser una propuesta hacia el país. Ese frente amplio tiene que ser capaz de superar vanidades personales, egos personales, tiene que ser capaz de confiar en la gente que está en la lideranza, ese frente amplio debe ser capaz de recuperar los liderazgos de ustedes en las regiones” dijo la defensora de derechos humanos Piedad Córdoba refiriéndose a esta convergencia que avanza con fuerza en las organizaciones y movimientos de izquierdas.

Para Iván Cepeda, el asunto de las convergencias de las izquierdas, de los sectores democráticos y de los movimientos sociales tiene el carácter de un imperativo histórico. “Estamos ante un gran desafío que es culminar exitosamente un proceso o dos procesos de paz y comenzar la construcción e instauración de un nuevo orden democrático en Colombia. En ese panorama el Frente por la paz es urgente” comenta cepeda.

Una posible condena a Uribe en organismos internacionales y el avance de la unidad de las izquierdas está reconfigurando el mapa político nacional. La mayor lucha se va a batir en lo regional y local, las elecciones regionales del 2015 serán un gran medidor.