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El 20 de julio, comunidad de Sumapaz derrotó y expulsó a multinacionar Vector
El 20 de julio de 2014 mientras se instalaba un congreso nefasto y los militares hacían alarde de su despliegue militar.
Carlos Alberto Jiménez / Jueves 24 de julio de 2014
 

En San Bernardo del Sumapaz, gracias a la decisión popular y la acción conjunta de diferentes organizaciones en defensa de la reserva de agua dulce más importante del mundo, como lo es el Páramo del Sumapaz, la empresa VECTOR encargada de realizar la exploración sísmica en dicho paramo cedió a la presión y a las justas demandas de los habitantes de la región en cuanto a frenar dicha exploración en el páramo más grande del mundo.

No es que la empresa haya decidido de manera altruista o por responsabilidad social y ambiental frenar dicha exploración que, dicho sea de paso, además de drenar y secar las fuentes hídricas causa también graves deslizamientos de tierra en carreteras, fincas y cascos urbanos; sino que esto obedece a la organización, movilización y férrea resistencia de las comunidades en defensa de su territorio y de sus fuentes de agua que en ultimas es la defensa de la vida y de la soberanía de los pueblos en su territorio y muy por encima de políticas económicas y desarrollistas que desde escritorios en Bogotá mandan algunos hombres de negocios en algún cargo de administración pública que ponen al servicio del capital extranjero.

Ya para nadie es un secreto el terrible e irreparable daño ecológico que significa la exploración sísmica en las fuentes hídricas de cualquier parte donde se realice dicha exploración.

Tampoco es un secreto que las multinacionales petroleras tienen las miras de sus afanes neoliberales puestas en los recursos naturales de los colombianos y tampoco es un secreto lo acontecido en el departamento del Casanare gracias a esta técnica de exploración que en Colombia no cuenta con ninguna reglamentación.

Es de destacar que la unidad de las organizaciones populares fue determinante de esta lucha que al parecer apenas comienza en defensa del agua.

Desde partidos políticos de izquierda, pasando por organizaciones estudiantiles, sociales, barriales, sectoriales, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, hasta funcionarios de algunas administraciones municipales de la región, así como también organizaciones ecologistas desde el Piedemonte Llanero, hicieron sentir su voz en defensa de la reserva de agua dulce más importante del planeta.

Así las cosas, los pasos gigantes y devastadores del modelo neoliberal y extractivista de explotación a ultranza de los recursos naturales de los colombianos, sí se puede frenar. Sí es posible que la voluntad popular y la defensa de la vida se ponga por encima del dinero y los negocios de los poderosos que ostentan cargos ministeriales.

La reflexión final que nos puede quedar de este largo proceso es una: Solo la unidad de todos los colombianos en defensa de la vida podrá frenar el avance de las políticas neoliberales y ultra capitalistas que avanzan de manera despiadada por los territorios colombianos.