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Una respuesta a Salud Hernández Mora
Heridos de amor por esta tierra
El IV Encuentro Nacional de Zonas de Reserva Campesina ¡Va!
 

Que los voceros del narco-latifundio nos ataquen no es una novedad, como tampoco es una novedad que los que entregan la tierra y los territorios de nuestro país al capital foráneo quieran destruirnos. Estamos acostumbrados a los y las “calumnistas” y al señalamiento, a la amenaza, a la intoxicación y a la manipulación informativa, que no deja de ser una parte, tal vez la más visible y desvergonzada, de la estrategia política contra el campesinado y los pueblos organizados.

No nos extraña que se nos diga lo que no somos sin dejarnos si quiera expresar, ni tampoco es una novedad que nos vengan a difamar. Para nosotros, que luchamos por nuestros derechos, es común el asedio, las amenazas y la persecución, porque creemos firmemente y exigimos sin descanso que los derechos sean para todos. Para todos y todas y sin excepción.

Es frecuente que los editores y los calumniadores nos disparen desde las páginas de los periódicos, desde radios y revistas y desde los estudios de las televisión, sin argumento ni contenido más allá de la mentira filtrada por el departamento de la “inteligente desinformación” de la fuerza pública de turno, que manda más que los civiles y que tuerce voluntades y morales a su voluntad desde hace décadas en este país. La guerra total es así, todo vale.

Casi nadie de los medios oficiales nos visita nunca en nuestros territorios, a pesar de que a veces “investigan” y hablan de nosotros, y cuando lo hacen es desde dentro de un helicóptero de guerra, desde donde ni siquiera alcanzan a saludar, pero eso sí, bien cerca tienen siempre a un mayor o a un coronel que les habla al oído. Si hablan con alguien de nuestras regiones es por teléfono celular, siempre con los “desmovilizados” o informantes a sueldo, ávidos y dispuestos para recibir sus 600 mil pesos por cualquier información que llene de lodo la boca o la pluma del siguiente eslabón de la infame cadena. El periodista de subasta que por dinero, por autocensura, por censura editorial o por convicción trabaja para el periodismo basura de nuestro país.

El desafortunado caso de doña Salud Hernández Mora, es solo uno de los tantos casos de corifeos del odio y de la guerra contra el campesinado, en ese rol de filtradores ilegales de información de “inteligencia” contra nosotros han actuado la Revista Semana, El Tiempo, Blu Radio, Caracol TV y personajes como José Obdulio Gaviria, Plinio Apuleyo, José F. Lafaurie, María Fernanda Cabal, Jaime Restrepo, Jeans Mesa, Fernando Londoño y Andrómeda, todos de una larga lista de destiladores de veneno contra los derechos campesinos.

No esperamos que ninguna persona con semejante desconocimiento, parcialidad y sesgo hable bien de nosotros ni de nuestros campesinos organizados, mucho menos de nuestro proyecto para acceder a la tierra, ordenar el territorio, generar desarrollo rural y crear condiciones para la paz en el campo. Si señora Salud, las Zonas de Reserva Campesina son
un pilar básico para poder superar la violencia partiendo de la solución a la cuestión agraria y territorial en Colombia.

Estamos cansados de que en el Catatumbo, nuestra condición de frontera con la República Bolivariana de Venezuela, de abandono estatal, de los cultivos de coca como única alternativa, de la presencia guerrillera en nuestro territorio, sean utilizados como argumentos para destruir las iniciativas de los campesinos organizados, sobre todo, para negarnos el derecho a la alimentación, a la reunión, a la manifestación y a la participación política. Nos niegan la paz porque el estado nos convoca cada día a sembrar la mata de coca con su abandono, su negligencia, su exclusión y su violencia.

Sí, claro que somos opositores políticos, al igual que los republicanos, comunistas y anarquistas que los franquistas exterminaron hace 70 años en el estado español, su país, señora Hernández. ¿Se acuerda de ellos o participa de la impunidad, también en su natal España? Todavía hoy permanecen en fosas comunes García Lorca y otros miles, como acá, por el simple hecho de pedir tierra, pan y un estado que los protegiera y los respetara.

No está bien que los amigos de la dictadura franquista vengan a dar lecciones de moral, organización y democracia, ni siquiera usted señora Hernández. ¿Acaso no le suena el todo es ETA? tan falso y demagogo como el todo es FARC de este país, utilizado por los de su clase para destruir.

Esta lección le costó poco aprenderla porque ya se la sabía, sobre todo cuando se utiliza contra las iniciativas civiles que incomodan, estorban y/o hay que eliminar, como la nuestra.

Lo que sí vamos a decirle a usted, a sus amigos de la oligarquía rancia, a los narco-latifundistas, a los rentistas de la tierra, a los señores de la guerra, es que el IV Encuentro de Zonas de Reserva Campesina va!

Es lo mejor que podemos hacer por la paz de Colombia y, sin duda, lo vamos a hacer.

¿Quería herirnos? No, no nos hiere usted. Si estamos, en cambio, heridos de amor por esta tierra desde hace décadas, una herida que sanará cuando se solucionen los conflictos de esta tierra y cese la guerra. El amor, señora, finalmente, es más grande que el odio y que la muerte.

¡Somos Zonas de Reserva Campesina, somos una iniciativa agraria de paz!