Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Situación de la cárcel de mujeres de Bucaramanga
 

La situación que padecen miles de prisioneros políticos en los reclusorios del país obedece principalmente a la ineficacia del gobierno nacional en la implementación de un nuevo sistema penal, judicial y carcelario que atienda de manera integral las necesidades que tienen los reclusos. Por ende se hace necesario una reforma judicial que busque garantizar el desarrollo del debido proceso, acabar con la corrupción, el maltrato, la represión y la desigualdad existente al interior de las cárceles del país, así como de manera urgente poner en acción todo el aparato gubernamental que dé solución real a la crisis humanitaria en la que se encuentran los prisioneros políticos y de guerra en Colombia.

Es imperante que se dé una transformación al interior de las instancias judiciales donde por encima de cualquier interés prevalezca la dignidad humana y la garantía plena del respeto por los derechos humanos, el respeto por la vida y las condiciones dignas que se deben garantizar a los prisioneros y prisioneras del país.

Por lo anterior llamamos la atención y hacemos énfasis en las condiciones en la que se encuentran las mujeres prisioneras que representan un 12% de la población carcelaria y que son doblemente víctimas por su condición de mujeres que tienen que afrontar el mantener a sus hijos menores de tres años y someterles a las condiciones infrahumanas de las cárceles mientras purgan sus condenas.

Otras de la situaciones de estas mujeres tienen que ver con la mala o poca atención médica que se les presta y por las negligencias de las entidades encargadas de ser las prestadoras de salud, a sabiendas de que muchas de estas prisioneras deben continuar con tratamientos especiales y urgentes por el estado de salud grave en el que se encuentran. Tal es el caso de la situación que sufren alrededor de 500 internas de la reclusión de mujeres de Bucaramanga, cifra elevada de mujeres las cuales son atendidas por un solo médico que unicamente las recibe en la mañana y por el número de pacientes debe ser una cantidad determinada, negándose el derecho al acceso a la salud al total de las mujeres. Por otro lado, el INPEC y CAPRECOM, entidades que debe ser las responsable de garantizar el acceso a los medicamentos y a exámenes urgentes, asumen su posición negligente frente al padecimiento y quebrantos de salud de las prisioneras.

En el tema de alimentación, las mujeres se ven obligadas a consumir alimentos en mal estado, con altos contenidos de harinas, sin que se garantice una variedad de alimentos de consumo y mucho menos poder acceder a dietas reglamentadas por orden médica. Otro factor que han puesto en conocimiento las prisioneras de la cárcel de Bucaramanga, tiene que ver con el hacinamiento en el que se encuentran, pues en tramos pequeños que han sido diseñados para 5 internas, los han destinado para albergar a más de 13 y en los tramos con más capacidad que son de 16 muejeres, los han dispuesto para alojar a más de 30. Producto de este hacinamiento, la higiene, la salubridad y la convivencia para mujeres de la tercera edad presentan grandes dificultades.

Respecto al acceso a productos al interior de la cárcel, el único lugar es una pequeña tienda la cual permanece prácticamente vacía, pero que se convierte en la única forma de acceso a productos de aseo personal, útiles, así como de acceso a algunos alimentos para aquellas prisioneras que no cuentan con una visita permanente.

En la cárcel de mujeres de Bucaramanga no se cuenta con áreas designadas para las visitas de los familiares, áreas como baños para hombres y mujeres son inexistentes lo que las somete a interminables filas, reduciendo el tiempo de compartir con sus familiares. Aparte de esto, a las reclusas se les vulneran sus derechos a la libre expresión y al acceso a la información, sobre todo aquellas prisioneras políticas que por su condición reclaman poder mantener su educación política, documentos que a la final no representan peligro alguno para la población carcelaria.

Se hace necesario implementar un sistema educativo y formativo a las prisioneras políticas que busque potencializar las capacidades de estas mujeres, y que contribuyan a la construcción de un país en igualdad de condiciones, que vele por garantizar los derechos, la prevalencia y preservación de la mujer.

Son innumerables las situaciones que padecen miles de prisioneras políticas y de guerra en el país, y en general la población carcelaria, lo que ha hecho que se desarrollen las protestas y el levantamiento en las cárceles desde el Movimiento Nacional Carcelario como mecanismo de exigencia y visbilizacion. Por lo tanto, nos sumamos a las exigencias plenas que llevan a cabo las penitenciarías de país, nos identificamos con el trabajo carcelario de las internas de Cúcuta, Palo Gordo, Bucaramanga y la cárcel Modelo.