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POT de Medellín: un acuerdo para que seamos más obedientes
El Plan de Ordenamiento Territorial: un acuerdo entre tres poderosos para que seamos más resistentes y más obedientes. Pronunciamiento de Marcha Patriótica Antioquia sobre la aprobación del POT en el Concejo de Medellín
Marcha Patriótica Antioquia / Domingo 26 de octubre de 2014
 
Foto: TALLER SINTESIS via photopin cc

Nos convocan a participar en los debates sobre el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), pero inmediatamente después se apropian de nuestros aportes, nos desconocen y otros toman las decisiones desconociendo nuestro carácter de constituyente primario. Por eso es que insistimos en la necesidad de crear las condiciones para que debatamos y deliberemos en el contexto de una asamblea nacional constituyente que abra el camino a los cambios democráticos y a los mandatos populares por una paz con justicia social en nuestras ciudades y campos, para que urbanicemos la paz.

El POT que se debate hoy en las sesiones del Concejo de Medellín ya está definido. El POT es la planeación estratégica, urbanística y de desarrollo de la ciudad hasta el 2030. Pero hagamos una protesta aquí ahora, antes de que se abalancen sobre nosotros los buitres del poder, contra los miembros de Marcha Patriótica, sus simpatizantes, sus amigos. Los poderosos nos ven como una amenaza porque Marcha Patriótica tiene aspiración de poder y lo será con el apoyo del pueblo.

Medellín no es la excepción al modelo de acumulación por desposesión que describe con contundentes argumentos el geógrafo y sociólogo David Harvey. Es decir: las ciudades se convirtieron hace tiempos en los espacios donde el capitalismo busca superar su crisis, acumulando capital a partir de intervenir e invertir en el espacio territorial de millones de seres de todas las especies, humana, animal, vegetal y natural. Eso define hoy la urbe.

Medellín es un laboratorio excepcional para la capacidad de aguante y resiliencia (resistencia) de sus comunidades. Estas son un vivo ejemplo de aguante, soporte y resistencia contra un Estado y sus autoridades municipales que las han perseguido, estigmatizado, expulsado y reprimido por décadas. Y allí están, aquí están, aquí estamos. No hay mayor capacidad de resistencia que la de las comunidades urbanas y rurales no solo de Medellín, sino en todo el país.

Lo que buscan las políticas y estrategias gubernamentales y sus planificadores urbanos es la paciencia y obediencia de los millones de seres que la viven, construyen y resisten.

Que seamos capaces de adaptarnos y soportar permanentemente las tragedias, crisis social, ambiental, de movilidad, de hambruna, de pobreza, exclusión, de desconexión de servicios básicos domiciliarios, de la expulsión de nuestras viviendas, de la amenaza constante de los grupos paramilitares que hoy se expresan a través de las bandas criminales que pululan como hongos en la ciudad, y de paso que bendigamos este modelo híbrido de ciudad que crece como un monstruo de dos cabezas, entre la modernidad y la barbarie, entre la innovación y la miseria social aberrante, entre el turismo y la prostitución infantil.

En materia de seguridad, Medellín ha crecido exponencialmente en dos frentes: el de la violencia y el del pie de fuerza, es decir, un crecimiento exorbitado de la visión securitaria. Seguramente, y con tristeza hay que decirlo, en este mismo instante deben estar asesinando a alguien en un barrio, en una esquina, o en una de las acostumbradas balaceras cae otro u otra inocente en medio de una violencia que parece no tener fin y tampoco una estrategia clara y contundente que no sea la retórica y buenas intenciones acompañadas de más policías, motos y armas.

Y poco o casi nada se hace para depurar las autoridades de policía y otras instancias encargadas de velar por la seguridad ciudadana y romper sus vínculos con las llamadas “plazas” y bandas paramilitares que controlan la ciudad.

Durante las miles de páginas que definen lo que será nuestra futura forma de vivir, comer, dormir, soñar, trabajar, procrear, amar, sufrir, escribir, leer, caminar, vivir la cultura metro de esta ciudad, que de culta no le queda sino la congestión y el fracaso como empresa metro, el bolillo del policía y nada de aquella idea de formar en cultura ciudadana en el mito de la antioqueñidad, que no es más que una doble moral que desde el poder se practica.

Sea amable, sea culto, sea disciplinado, compórtese bien aquí arriba en estas maravillosas escaleras y brillantes baldosas de la exitosa cultura metro, pero cuídese de que lo roben o atraquen, córrale a los ladrones, drogadictos y bandas de criminales que asedian parques, vías públicas, plazas y de paso aguante el olor y pestilencia que hay debajo del Metro. Esta es la ciudad que tenemos, ¿cuál será la que tendremos? ¿Cual soñamos?

Las constructoras de Medellín y Antioquia, la banca financiadora de proyectos urbanísticos e hipotecas de vivienda y las empresas inmobiliarias deben estar haciendo fiesta a partir de la aprobación del POT para Medellín. El negocio es redondo y jugoso. Medellín solo puede crecer y masificarse hacia el eje del río, hacia el centro y no hacia la periferia como argumentan los gurúes de la planificación y aplauden la banca y compañía. Tienen un buen amigo y gestor, al fin de cuentas es parte de la familia que hay entre banca, inmobiliarias y constructoras, la alcaldía de Medellín.

No le hacemos tributo a la Carta Medellín que suscribe la ciudad, ahora que hizo de anfitriona del VII Foro Urbano Mundial ONU Hábitat. Quienes crean y clamen porque se aplique y cumpla esa carta allá ellos. Nosotros en conjunto con diversas organizaciones sociales y movimientos y plataformas políticas también realizamos en la ciudad un Foro Social Urbano Alternativo y Popular.

El Foro Social Urbano Alternativo y Popular que hicimos en Medellín el pasado 6 al 9 de abril, se trazó como objetivo general lo siguiente:

“Generar escenarios de encuentro y participación de experiencias locales, nacionales e internacionales que nos permitan avanzar en la construcción de una propuesta de ciudad, que confronte el modelo de ciudad del gran capital; y que además nos permita fortalecer y avanzar en la construcción del movimiento social urbano que necesita Colombia”. Y Medellín sí que lo necesita, como se demuestra aquí mismo.

El Foro Alternativo mostró que existen iniciativas y expresiones organizativas urbanas que están dando la batalla frente a las políticas neoliberales, que actúan contra los modelos de ciudad que se vienen imponiendo, que buscan mejorar las condiciones de vida de las comunidades, por abrir espacios culturales, de debate y deliberación, recreativos, que están convocando a acciones de resistencia y otras actividades como esta misma que llevamos a cabo hoy.

Somos conscientes de lo que significan para las comunidades de estratos bajos los proyectos urbanísticos de la ciudad que vienen siendo impulsados por una Alcaldía de espaldas a la gente que sufre realmente las consecuencias, el desalojo y la violencia, tal y como lo vimos recientemente con más de 40 familias desalojadas por una de las bandas criminales que actúan en la Comuna 13, adonde ejército y policía llegaron pero a ayudar a trastear las familias amenazadas, contribuyendo a que se cumpliera la orden de desalojo, más no el deber constitucional de proteger los derechos y las vidas de las familias.

Sin duda ésta es una Alcaldía que no reconoce las verdaderas causas de los problemas. La inseguridad originada por la “donbernabilidad” que se heredó del gobierno de Sergio Fajardo cuando compró la “seguridad” negociando con Don Berna el control social y territorial de los barrios y comunas; la pobreza extrema en que viven miles de familias en las laderas que van a ser intervenidas para embellecer la ciudad, el alto costo de vida, la falta de empleo digno, el precario servicio de salud, etc. Y esta Administración municipal de Aníbal Gaviria no cambia tampoco la fallida y repetida estrategia de seguridad con más policías con que ha pretendido resolver la angustiante problemática que vive la mayoría de la ciudad más “innovadora”.

Marcha Patriótica le ha propuesto a la sociedad colombiana la solución política del conflicto social y armado y paz con justicia social. Y esa es la razón principal por la que estamos aquí. Una ciudad que se planee y piense democráticamente con la participación directa y efectiva de las comunidades para las futuras generaciones, es lo primero que deberíamos hacer. Y el POT que hoy se aprueba de manera olímpica y siguiendo los intereses del gran capital, sobre la violencia e inseguridad que azota la ciudad no dedica ni una coma de los millones de palabras que se gastó en diseñar la ciudad del futuro. Por eso decimos que hay que urbanizar la paz si queremos que las ciudades sean territorios para la vida.

Para Marcha Patriótica, la paz no es el silencio de las armas y la desmovilización de combatientes guerrilleros, sino un proceso incluyente que busque superar las causas y factores históricos, económicos, políticos y sociales que dieron origen al conflicto, que explican su existencia y han hecho que este se prolongue hasta nuestros días. La paz con justicia social la entendemos como el deber supremo, ético y fundamental de toda sociedad, de toda democracia legítima y verdadera. Esa paz es la que hoy nos tiene reunidos aquí, y aunque no es la única bandera por la que luchamos, hoy es la principal condición para avanzar hacia la apertura democrática y las garantías de participación política, y Medellín no puede quedar por fuera de este propósito nacional.

Invitamos a todas y todos para que nos acompañen en la conformación del Frente Amplio por la Paz y la Democracia en Antioquia, como una de las alternativas que tenemos para inclinar definitivamente la balanza hacia la construcción de la paz duradera entre las insurgencias y el Estado colombiano. Sin embargo, consideramos que hasta que no se realice el desmonte real y efectivo de las estructuras paramilitares en el país y en las ciudades, el sueño de alcanzar la paz será una quimera.

Medellín tampoco es esa visión idílica de arquitectura pública y cohesión social, como sueñan en Estados Unidos en artículos que difunden por revistas de circulación mundial como la Forbes. Afirma la revista Forbes: “Un ejemplo de ello se observa en Medellín, Colombia, donde una alianza única entre la empresa de servicios públicos, Empresas Públicas de Medellín (EPM), y la ciudad ha brindado oportunidades económicas en barrios marginados, promovido la inclusión de comunidades, y atraído reconocimiento internacional e inversión”.

EPM no pude seguir dándose el lujo de venderse como una gran empresa internacional manejada con enfoque social y humano cuando tiene miles de familias sin acceso a servicios públicos domiciliarios, un derecho que no deben mendigarle los legítimos dueños de EPM, la ciudadanía.

Para MPA el Foro Social Urbano Alternativo y Popular no sólo fue cifras de participación, sino el espíritu juvenil que lo caracterizó y la alegría y entusiasmo que mostraron los participantes de volverse a encontrar alrededor los asuntos fundamentales que tienen que ver con la vida digna en las urbes. De hecho el lema del Foro, Construyamos ciudades para la vida digna, se mantendrá como uno de los retos que tenemos quienes participamos de este histórico encuentro, junto a la agenda mínima:

· Por una verdadera democracia, que implique la participación directa de las comunidades en la toma de decisiones, con énfasis en el ordenamiento territorial.

· Por un hábitat y vivienda digna, en contra de los desalojos y la especulación sobre el suelo urbano. Por la mitigación del riesgo y el mejoramiento integral de barrios.

· Por mínimos vitales de servicios públicos, de agua y energía.

· Por la defensa de lo público, principalmente salud y educación, y la recuperación popular de espacios públicos.

· Por el 50% de reducción en el precio de los combustibles, rebaja en el precio del transporte público y tarifas diferenciales.

· Por un trabajo digno, la formalización del trabajo informal y el impulso a un nuevo estatuto del trabajo.

· Por la desmilitarización de los territorios y de la vida, y la construcción de paz con justicia social y vida digna.

· Por la inclusión efectiva de las mujeres en los asuntos públicos y la toma de decisiones en torno al ordenamiento territorial y la generación de políticas públicas contundentes que protejan la vida de las mujeres en Medellín. ¡Basta ya de feminicidios!

· Por la defensa de los barrios populares que fueron construidos por las comunidades desplazadas. Por el derecho de los barrios a ser declarados Zonas de Hábitat Popular.

· Por el derecho a vivir en nuestros barrios y en la ciudad en paz y sin miedo a la violencia del paramilitarismo.

· Rechazamos el modelo de ciudad para el turismo sexual y la prostitución infantil.

Marcha Patriótica Antioquia

¡Por la segunda y definitiva Independencia!
¡Porque somos más ahora sí la paz!
¡Por una Asamblea Nacional Constituyente que refrende los cambios que anhela el pueblo colombiano!