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La dignidad de la Revolución Cubana derrotó al imperio
Jhon Jairo Salinas / Viernes 19 de diciembre de 2014
 

Cincuenta cinco años fueron suficientes para que el imperio de los Estados Unidos reconociera su fracaso de derrotar a la revolución Cubana. El triunfo de dicha revolución marcó la historia en este continente. Recordar lo que era Cuba antes de la revolución, en el gobierno lacayo de los Estados Unidos, Fulgencio Bautista, gobierno sátrapa que lo único que hacía era ofrecerle a los gringos placer y diversión, convirtiendo a la isla del encanto en una especie de Sodoma Y Gomorra.

Pero la conciencia revolucionaria de hombres como Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz, Camilo Cienfuegos y el rosarino Ernesto Guevara, elevaron la conciencia de dignidad a todo un pueblo, de levantarse en una rebelión armada para extirpar las plagas de la miseria en que estaba sumido el pueblo cubano. Fue el primero de enero de 1959 que se cristaliza la conciencia de erigirse como pueblo soberano dando ejemplo de valentía. Si esa misma revolución la que nos enseñó a muchos hombres y mujeres del continente latinoamericano, que es preferible ser rebeldes con justa causa, a ser sumisos y esclavos.

Como decía José Martí “La libertad es la tiranía del deber”, ese deber fue el que se materializó en la magna obra ¡la revolución!

Desde la invasión a Bahía Cochinos se preveía el fracaso de los Estados Unidos de adueñarse de Cuba. Hagamos un pequeño recordéis de lo que fue esta invasión:

“Una operación militar que modificó para siempre las relaciones entre EE.UU. y el resto de América; incubó en parte y sin proponérselo, la violencia guerrillera que sacudió al continente en los años 70; metió de lleno a la entonces URSS en el escenario político al sur del Río Grande; puso al mundo al borde de una guerra nuclear e inspiró, sin que fuera su propósito, la doctrina de la seguridad nacional que provocó en cinco décadas decenas de miles de muertes y que arrasó en ese lapso con buena parte de las democracias continentales.

Y todo lo logró sin haber alcanzado ni uno solo de los objetivos militares y políticos que la vieron nacer. El 16 de abril de 1961, hace 53 años, un pequeño ejército de exiliados cubanos, mercenarios para todo servicio, entusiastas centroamericanos, agentes de la CIA y asesores norteamericanos invadieron Cuba con la intención de derrocar a Fidel Castro, asesinarlo junto a todos los jefes militares que dos años antes habían derrocado al dictador Fulgencio Batista, e instaurar en la isla un gobierno afín a los intereses económicos y políticos de Estados Unidos.

La operación, conocida como Invasión a Bahía de Cochinos o a Playa Girón o a Bay of Pigs, según quién la nombre, fue un estruendoso fracaso , una gigantesca chapucería que terminó con parte de los invasores muertos y el resto en manos de Castro, con la revolución cubana más afianzada y con el prestigio del entonces flamante presidente estadounidense John Kennedy, que había asumido apenas tres meses antes de la invasión y compró el paquete de la invasión a Cuba que le vendieron la agencia de inteligencia y el poder militar heredados de la anterior administración de Dwight Eisenhower.

La invasión estuvo en manos de la CIA, que entrenó a los miembros de la “Brigada 2506”, unos mil doscientos hombres identificados con el número de un joven miembro muerto en un entrenamiento. La Casa Blanca de Eisenhower dispuso de un “Grupo Especial” de seguimiento formado por funcionarios del gobierno y militares, según consta en un libro imprescindible, “Bay of Pigs Declassified – The Secret CIA Report on the Invasión of Cuba”, editado hace una década por New York Press.

Bahía de Cochinos es un desastre para los invasores: una cantidad nunca revelada de entre 100 y 400 mueren en los combates, 1.189 son apresados, Castro, que se puso al frente de las fuerzas defensoras, se muestra al mundo como un triunfador y Estados Unidos no puede ocultar el rol decisivo y trágico que tuvo en esa catástrofe.”
(Fuente cita Pagina web El Clarín)

No cabe duda que el 17 de diciembre del 2014, fue un hecho histórico para el mundo político, que en cabeza de Barck Obama, presidente de los Estados Unidos, exclamó la siguiente frase: “el embargo económico fue un total fracaso”, como un total fracaso la invasión a Bahia Cochinos. Con esta decisión histórica se reconoce implícitamente el triunfo de la revolución cubana. Y el comandante Fidel puede morir en paz.

Cuba perdurará en la historia como un gigante de la dignidad de los pueblos oprimidos, su bandera se plantará en la patria de un continente que le rinde culto a su gallardía revolucionaria.

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste... !

(Bonifacio Byrne.)