Asociación Campesina del Catatumbo
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Guardia campesina del Catatumbo protege sus tierras y costumbres
Con mandatos populares y la consulta desde y para el pueblo, en el Catatumbo ya está consolidada la guardia campesina
La Opinión / Martes 10 de febrero de 2015
 

La policía rural, equivalente a lo que en Europa es la gendarmería francesa, es una hipótesis del presidente Juan Manuel Santos con la que se podría tener una amplia cobertura de seguridad en las zonas rurales que, a la fecha, han enfrentado el conflicto armado.

Pese a que dicha idea es justamente eso, una apuesta no oficial para dar continuidad a la ruta del Gobierno hacia la paz y la consolidación de la posguerra, para algunos sectores el tema debe ser analizado desde las comunidades, sobre todo en los lugares que poco a poco han legitimado sus propias maneras de salvaguardar los territorios.

Catatumbo es uno. Esta región, en la que el liderazgo y la potestad del territorio son controversia para las fuerzas militares, los habitantes de, las guerrillas, los indígenas, y quienes conforman la Zona de Reserva Campesina (ZRC), hoy tiene establecida una guardia que celosamente protege las tierras y las costumbres de los habitantes del sector.

Si bien no se asumen como gendarmería, y aunque su constitución formal aún no se ha dado, la ratificación de su existencia es mandato popular, según se registró en la Constituyente Regional del Catatumbo, un congreso campesino efectuado en diciembre.

Dicen ser un grupo de líderes comunitarios que bastón en mano cuidan el sector, casi a la manera de la guardia indígena.

Lo importante es la posguerra

En diálogo con La Opinión, Juan Carlos Quintero, vocero de la Asociación Campesina del Catatumbo, señaló que la creación de una policía rural, como la gendarmería francesa, no es un asunto que pueda ser ejecutado en el país, debido a que no todos los ejemplos internacionales son aplicables en Colombia.

Para Quintero es preocupante que se estén impulsando temas no acordados en la mesa de negociación del Catatumbo y que además deben resolverse primero en La Habana.

“Después de la posguerra, ojalá el gran protagonista de los territorios —más que un cuerpo policial— sea el movimiento social, que debe ser veedor y ejecutor de los acuerdos”, dijo. “Además, aquí solo se superará el conflicto armado, porque el conflicto social y político continuará mientras no se solucionen las necesidades del pueblo”.

¿Habría algún tipo de choque?

La posibilidad de algún tipo de enfrentamiento entre una eventual policía rural y la guardia campesina es inexistente, según Quintero, pues se desconocen los detalles de la primera, y su estructura, objetivos y forma de actuar son inciertos.

Sin embargo, lo que sí piden los campesinos es poner por encima de cualquier acción el cumplimiento de los acuerdos que deben tener tres ejes: el gobierno, la guerrilla y el movimiento social.

Para Quintero, ni el gobierno, ni la guerrilla representa los intereses del Catatumbo, pero los integrantes de Ascamcat consideran esta participación como indiscutible.

La creación

La guardia campesina comenzó su creación en 2008 y aunque su oficialización no está lista aún, ha tenido algún reconocimiento social desde las fuerzas armadas y el gobierno nacional.

La prueba de ello, según Quintero, comenzó el 3 de agosto de 2013, cuando se levantó el paro del Catatumbo.

En un caserío abandonado, cerca de Tibú, fueron los integrantes de esa guardia quienes garantizaron la seguridad de personajes como el expresidente Ernesto Samper, el gobernador Édgar Díaz, el senador Iván Cepeda, y una gran delegación que buscaba acuerdos para conjurar la protesta.

Luego, en el IV Encuentro de Zonas de Reserva Campesina fueron los encargados de la seguridad también en Tibú, sin ningún percance ni enfrentamiento con la fuerza pública.

El último ejemplo ocurrió el pasado 3 de octubre, cuando se instaló la mesa única nacional de la cumbre agraria en Bogotá, en la que participaron unos 600 dirigentes campesinos que esperaban al presidente Juan Manuel Santos también ‘custodiado’ por esta guardia civil.

Luego de que el 5 y 6 de diciembre del año anterior, se ratificara que los habitantes de la zona de reserva campesina del Catatumbo necesitaban un mecanismo de autoprotección con una guardia especial, también quedó claro que dicha autoprotección no implica ninguna acción violenta.