Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
:: Magdalena Medio, Colombia ::
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Entrevista en audio
Agresiones del Esmad a comunidad de Cantagallo
Noticia en desarrollo
Agencia Prensa Rural / Sábado 7 de marzo de 2015
 

En la siguiente entrevista, desde el lugar de los hechos, Yenidia Cuellar de la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra relata los atropellos y el abuso de autoridad por parte de miembros de la policía.

Médicos y personal de salud del centro hospitalario de Cantagallo, sur de Bolívar, decidieron no regresar a sus puestos de trabajo ya que les adeudan siete meses de salarios, esto profundiza la crisis humanitaria del lugar en donde estalló un paro cívico. Cantagallo bien puede ser el retrato viviente de toda la desgracia colectiva en que se debaten las comunidades más vulnerables de Colombia, desde el momento en que comenzó el desmonte de la salud pública bajo la Ley 100 impulsada por Álvaro Uribe quien privatizó la atención en salud y entregó la red hospitalaria al paramilitarismo como uno de los mas suculentos negocios de este siglo.

Además de la ausencia de médicos, en Cantagallo desaparecieron los pocos medicamentos con que se podían brindar los primeros auxilios a los numerosos enfermos, más que todo población infantil de veredas que llegaban en chalupas o en bestia desde lejanas zonas rurales. En casos extremos los pacientes deben ser trasladados hasta Barrancabermeja, pero se trata de un viaje costoso y riesgoso que deben asumir los familiares y que no todos pueden pagar. La ambulancia que estaba asignada a Cantagallo también desapareció y ni la alcaldía ni la dirección del centro de salud explican lo que pasa con ese y otros bienes públicos. Las contradicciones entre esos funcionarios son permanentes.

El paro en Cantagallo afecta la conexión por agua con el resto del departamento de Bolívar y los transportadores terrestres decidieron apoyar la protesta. Los pocos programas de salud preventiva, que una vez existieron en esta población, hoy son sólo un recuerdo. Pero en Cartagena, donde se supone que la atención de la salud puede ser mejor que la de un pueblo remoto, rodeado de lagunas y esteros del Magdalena y sus afluentes, el ideal de un servicio eficaz y oportuno vive su peor momento.

La cacareada Ley estatutaria 1751 anunciada por Santos en febrero pasado como el final de los tormentos del pueblo enfermo, se hunde en el mar de burocracia y corrupción en que naufraga Cartagena, donde sólo se habla de construir rascacielos y hoteles para millonarios. Una consulta médica privada en Cartagena nunca cuesta menos de 100000 pesos y a esto debe añadirse la inversión en medicinas en el desbordado comercio de las farmacias, con precios a los que el enfermo se somete resignado si no quiere empeorar. Además de los elevados costos en transporte por los elevados impuestos a la gasolina.

La situación empeoró, hoy 7 de marzo, por la militarización del municipio. Desde tempranas horas de la madrugada agentes del Esmad hicieron presencia en diferentes puntos de la población y con gases lacrimógenos agredieron a la comunidad generando una situación de zozobra y temor entre los habitantes del municipio.