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Protestas en varias poblaciones son reprimidas por el gobierno
Hernán Durango / Lunes 9 de marzo de 2015
 

El uso desmedido de la fuerza –léase represión y paliza oficial- es la respuesta del Gobierno nacional a los manifestantes que reclaman atención a sus necesidades en varias regiones colombianas. Son un llamado nacional e internacional a la solidaridad y el acompañamiento a las luchas del pueblo colombiano que enfrenta el abandono y la miseria, fruto de políticas neoliberales.


Cauca, represión contra indígenas

En el Norte del Cauca las comunidades indígenas convocaron a los pobladores a dar libertad a la Madre Tierra. En el resguardo indígena de Corinto cumplen ya tres meses en acciones pacíficas ocupando desde el pasado 14 de diciembre de 2014 siete haciendas de la parte plana de este municipio, las cuales se encuentran cultivadas de caña de azúcar y en posesión de Ardila Lule, uno de los más grandes empresarios del país, también poseedor de ingenios azucareros como Incauca y la Cabaña.

Otros hechos donde imperó la violencia y el terror de los agentes del Estado se registraron en inmediaciones al municipio de Caloto en momentos en que la fuerza pública procedía a desalojar la hacienda La Emperatriz, ocupada por indígenas que reclaman del Gobierno Nacional la entrega de las tierras que les viene prometiendo desde años atrás. Tanquetas, helicópteros artillados, el plomo, el bolillo y los gases lacrimógenos han sido la única solución que ejecutan las autoridades. Hay decenas de heridos y detenidos.


Elementos de guerra lanzados por la Policía

De igual manera los cabildos indígenas del plan de vida “Sat Fiñxi Kiwe”, territorio de los caciques del norte del Cauca, han iniciado acciones en la vía panamericana en apoyo a las comunidades de Corinto y en exigencia al cumplimiento de los acuerdos territoriales pactados con el gobierno nacional.


Protestas por la salud en Cantagallo, sur de Bolívar

Por su parte, en el departamento de Bolívar los habitantes del municipio Cantagallo se levantaron y protestaron frente a la vivienda de la alcaldesa local para exigir soluciones en los servicios de salud. En esa región los médicos y personal de salud del centro hospitalario decidieron no regresar a sus puestos de trabajo ya que les adeudan siete meses de salarios, esto profundiza la crisis humanitaria del lugar en donde estalló un paro cívico que afecta la conexión por agua con el resto del departamento de Bolívar y los transportadores terrestres decidieron apoyar la protesta. La Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra denunció atropellos y el abuso de autoridad por parte de miembros de la policía.

Entre tanto, en el corregimiento Altavista de Medellín centenares de personas sin vivienda, que ocupaban un lote en el sector conocido como Mano de Dios, bloquearon una de las vías de acceso al corregimiento para evitar el desalojo del terreno por agentes del cuerpo represivo Esmad de la Policía Nacional. Los manifestantes exigían la presencia de la alcaldía para que diera solución a los problemas de vivienda de miles de familias desplazadas por el paramilitarismo.


Cortero de caña herido por la Policía

La semana anterior los trabajadores del Ingenio Risaralda denunciaron que la Policía los atacó con machetes. Varios obreros resultaron heridos. En esa empresa en el municipio La Virginia desde el pasado dos de marzo los corteros de caña iniciaron una huelga a las afueras de la compañía exigiendo el mejoramiento de sus condiciones laborales, sin embargo según denuncian los corteros en la madrugada llegaron varios agentes del Esmad para agredirlos brutalmente. Gracias a la resistencia, combatividad y solidaridad, lograron un acuerdo favorable que busca solucionar sus reclamos de trabajo digno y estable, salarios justos y demás derechos sociales y económicos.

En Colombia existen deplorables condiciones sociales y económicas que afectan a millones de habitantes. Las autoridades no atienden las exigencias de las comunidades, pero desde la Casa de Nariño son muy ágiles en aplicar la respuesta represiva. ¿Esa es la paz del Dr. Juan Manuel Santos?

Los colombianos anhelan una paz con justicia social en la cual se resuelvan las principales necesidades de los pobladores. Por esa consigna se movilizan y llaman al movimiento sindical, campesino y popular a construir la unidad y preparar las condiciones para una gran protesta nacional. Uno de esos pasos será la movilización del próximo 9 de abril en varias ciudades colombianas por paz con justicia social y por cese bilateral de fuego.