Acto de solidaridad con prisioneros politicos de Colombia y el País Vasco
Bruselas, Bélgica
/ Lunes 16 de marzo de 2015
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Exiliado político colombiano, corresponsal del semanario Voz en Bélgica.
Marcha Patriótica, capítulo Bélgica, y la Asociación Etxerat, que agrupa a familiares de los prisioneros políticos del país vasco, realizaron el pasado tres de marzo un importante acto en solidaridad con los prisioneros políticos de Colombia y del país vasco, como apoyo al segundo encuentro "Larga Vida a las mariposas" por el trato digno y la libertad de las y los prisioneros políticos en Colombia que se realizará en Bogotá el 20, 21 y 22 de Marzo de 2015.
El acto, que se realizó en la sede Casa de América Latina con el auspicio de su junta directiva, contó con el apoyo de la campaña "Yo te nombro Libertad" y la ASBL Taller de Comunicación Popular Simón Bolívar.
En el acto participarion los eurodiputados Euskal Herria Bildu (EH Bildu) y Josu Juaristi, e intervinieron los dirigentes Urtzi Errazkin (Etxerrat), en representación de los familiares de los presos políticos Vascos; Pedro Nolasco Présiga, miembro del Equipo Internacional de Fensuagro y Daniel López, dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia -FEU-
Se recibieron además a través de videos los saludos del abogado defensor de presos políticos y directivo de la brigada jurídica, Eduardo Umaña Mendoza; de Uldarico Flores y de la prisionera política y defensora de derechos humanos, Liliany Obando Villota.
Nolasco présiga mencionó en algunos apartes de su intervención que la oligarquía colombiana, utilizando como método fundamental la dominación política violenta, a través de una democracia de caricatura, vienen criminalizando y judicializando hace muchos años a la oposición, a la verdadera oposición. Porque ahora resulta ser que Álvaro Uribe Vélez, uno de los hombres más sanguinarios y represivos cuyos dos gobiernos fueron los más violentos y de mayor responsabilidad en el exterminio, desapariciones, asesinatos y masacres y en el desarrollo, crecimiento y accionar de los grupos paramilitares; se presenta como oposición política en Colombia a través de su partido político Centro Democrático y de su bancada parlamentaria en el Congreso de la República.
“Nosotros somos la verdadera oposición política y revolucionaria” dijo Nolasco Présiga para luego detenerse en la semblanza, trayectoria y lucha de Húber Ballesteros, miembro del comité ejecutivo de Fensuagro, dirigente nacional de Marcha Patriótica y miembro del comité ejecutivo nacional de la Central Unitaria de Trabajadores -CUT-, quien fue detenido en Bogotá el 25 de Agosto de 2013 cuando, haciendo parte de la dirección del paro nacional agrario y popular, se aprestaba a participar en nombre del campesinado en la mesa nacional de negociación entre los campesinos y el gobierno.
Hubert Ballesteros ha concitado un movimiento nacional e internacional de solidaridad que lo ha llevado a recibir el premio de la solidaridad, la dignidad y la resistencia que entregan varias organizaciones sindicales, sociales y de defensa de los derechos humanos y las libertades. Se ha convertido en el preso símbolo de la denuncia, la solidaridad, resistencia y la lucha por la libertad de todas y todos los prisioneros políticos en Colombia, entre los que se cuentan además David Ravelo, defensor de derechos humanos; Carlos Lugo, dirigente estudiantil universitario; Liliany Obando Villota, defensora de derechos humanos; el profesor y académico Miguel Ángel Beltrán y muchos otros, que en condiciones infrahumanas, de hacinamiento, aislamiento de sus familiares y allegados, insalubridad, duras y difíciles condiciones climáticas, soportan días, noches, meses y años las duras condiciones de las prisiones y cárceles colombianas.
Urtzi Errazkin se refirió también en su intervención a las duras condiciones infrahumanas que soportan los presos políticos del país vasco, alejados de sus familias, sin alimentación adecuada, con pésimos servicios de salud o ausencia total de atención médica, la dificultad para que los abogados lleven la defensa jurídica, las difíciles condiciones económicas para que los familiares puedan suplir las necesidades mínimas de los prisioneros en las cárceles. La dificultad que supone para familiares y amigos visitar a estos prisioneros cuando algunos de ellos, o la mayoría, no se encuentran el país vasco, sino que están en prisiones de Francia, Alemania, Inglaterra y otros países.
Urtzi Errazkin pidió además la solidaridad, la difusión y la denuncia para que en otros países en el mundo se conozca la existencia de los prisioneros políticos del país vasco y sus duras condiciones de existencia.
Por su parte Daniel López, dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia -FEU-, leyó la siguiente ponencia de Marcha Patriótica capítulo Bélgica elaborada para el evento.
Libertad ya para los prisioneros políticos del País Vasco y Colombia
Para los convocantes al II Encuentro Nacional “Larga Vida A Las Mariposas” por el trato digno y la libertad de los prisioneros políticos en Colombia es de gran significado poder compartir y expresar nuestra más amplia solidaridad con Etxerat, Asociación de familiares y allegados de presos, exiliados y deportados políticos vascos. Nos une la lucha por la libertad de nuestros familiares, amigos y compañeros, por dignificar su nombre y al ser humano que se ha atrevido a pensar diferente, a conquistar unos sueños, propósitos e ideales altruistas, los cuales tienen un alto precio: “la prisión”. La solidaridad es un aliciente, un bálsamo que llena nuestro ser y levanta nuestra moral; una fuerza incontenible que más temprano que tarde traerá de regreso a sus hogares a nuestros familiares, amigos y compañeros.
En Colombia la desigualdad social, la represión institucional, la falta de garantías para el ejercicio de los derechos fundamentales, la fragilidad de la democracia y la captura del Estado por parte de élites políticas corruptas y excluyentes, así como el despojo de tierras a campesinos, indígenas y afro-descendientes y la explotación de los recursos estratégicos de la nación por parte de las multinacionales con el apoyo de las fuerzas paramilitares; son las causas estructurales que han dado origen al conflicto social, político y armado que lleva más de 50 años en el país. En Colombia la población continúa padeciendo la violencia socio-política de un Estado que implementa varias formas para perseguir, reprimir y eliminar a la oposición, así como para criminalizar la protesta social y popular.
Por lo tanto el estatus del delito político, que históricamente ha incluido en sus bases jurídicas y filosóficas el reconocimiento y el respeto hacia el oponente político y a su legítimo derecho a disentir, se encuentra hoy en día desnaturalizado en Colombia. Mediante la estrategia de “guerra contra el terrorismo” quien incurra en el delito político ya no es considerado como un rebelde que busca trasformar la sociedad y que emplea la violencia como último recurso necesario para instaurar un orden social justo, sino como un “terrorista” que amenaza la seguridad nacional y mundial del modelo económico capitalista. Esta situación ha desvirtuado la naturaleza política del conflicto armado colombiano y ha intensificado la persecución a los procesos de resistencia popular, reflejada en el incremento de la represión y criminalización de la pobreza, sustentadas por una política criminal cuya regla general es la privación permanente de la libertad.
Es así como, en este contexto de represión militar y de exclusión política y económica, hoy en Colombia existen más de 9500 prisioneros políticos entre los cuales, no sólo se encuentran aquellas personas que se han levantado en armas contra la opresión dando surgimiento al movimiento insurgente en diferentes sectores sociales empobrecidos; sino también contra todo enemigo considerado potencial como líderes estudiantiles, sindicalistas, líderes sociales, intelectuales, defensores de los derechos humanos, líderes campesinos, indígenas, afro-descendientes, opositores políticos, etc..
La degradación social, económica y política ha conllevado también una profunda crisis carcelaria que no sólo se refleja en el alto índice de hacinamiento (más del 53%), sino en el incremento exacerbado de violaciones a los derechos de las personas privadas de la libertad y de sus familiares. Hoy en día el sistema carcelario atraviesa por una grave crisis humanitaria profundizada por la Nueva Cultura Carcelaria que fue impuesta en el país con la firma del Plan Colombia y por medio del cual se han venido militarizando y privatizando las cárceles, afectando los derechos del conjunto de la población reclusa, con graves consecuencias para los presos y detenidos políticos. Esta crisis, ignorada conscientemente por el Estado colombiano, es el resultado del conflicto político, social y armado y sirve de muro de contención para silenciar las miles de voces de protesta que denuncian las arbitrariedades de quienes históricamente le han robado al pueblo su derecho a vivir dignamente.
Igualmente la política de ignorar la existencia de los prisioneros políticos ha conllevado a la violación permanente de los derechos fundamentales, entre los que se encuentran:
- Falta de garantías procesales, imperando los montajes judiciales y la fabricación de mentiras con testigos falsos, que en la mayoría de los casos son pagados con dineros del Estado.
- Represión de la que son víctimas los prisioneros de manera constante por parte de la guardia del INPEC, que se manifiesta en los aislamientos en celdas de castigo, golpizas, torturas y requisas abusivas, que por lo general quedan en la impunidad y el silencio de los muros. La constante es el uso de la fuerza de manera desmedida y desproporcionada. Es tanta la degradación humana al que son sometidos los prisioneros políticos, que más que cárceles parecen campos de concentración.
- Con propósito deliberado el servicio de salud para los prisioneros políticos es casi nulo, llevándolos a adquirir enfermedades en los centros de reclusión que en muchos casos se convierten en terminales por la falta de asistencia oportuna y eficaz. En algunas ocasiones puede llegar al caso extremo de la muerte de los compañeros y compañeras, como el denunciado por la Fundación Lazos de Dignidad sobre la muerte del prisionero político Jesús Miguel Velandia León ocurrida en la noche del 11 de febrero de 2015 en la penitenciaria de Palo Gordo, departamento de Santander y que fue producto de la negligencia médica derivaba de un cáncer de páncreas mal tratado.
- La alimentación es deficiente, de baja calidad y se entrega en las cantidades mínimas necesarias, su control es hecho por empresas privadas.
- Las construcciones de las nuevas cárceles presentan grandes deficiencias. Todas tienen problemas de agua potable, situación que agrava las condiciones de vida en climas calientes como en la ciudad de Valledupar o en La Dorada. En la cárcel de la Tramacua (en Valledupar) por ejemplo, presenta temperaturas de hasta de 40 grados y hay racionamiento de agua y sólo se les suministra el líquido dos veces al día por tiempo muy reducido y en cantidades mínimas. En climas fríos como en la cárcel de Cómbita o en Bogotá, o en otras ciudades de clima templado como Medellín o Ibagué, donde las lluvias son constantes, se presentan inundaciones, humedades y la oscuridad de las cárceles hace la estancia más deprimente.
Es por estas razones que múltiples corporaciones jurídicas y organizaciones defensoras de presos políticos, movimientos sociales y partidos políticos se han dado a la tarea de denunciar nacional e internacionalmente, con campañas como: Yo te Nombro Libertad, Traspasando Muros, Larga vida a las Mariposas, entre otras, buscando evidenciar no sólo la existencia de más de 9500 presos políticos diseminados en las cárceles colombianas; sino además sus difíciles condiciones de subsistencia.
Extendemos la invitación a todas las personas solidarias, parlamentarios, partidos políticos, organizaciones sindicales, de derechos humanos, etc., para que participen en el II Encuentro Nacional “Larga Vida a Las Mariposas” por el trato digno y la libertad de los prisioneros políticos a realizarse del 20 al 22 de marzo en Bogotá. Donde se debatirá alrededor de las problemáticas derivadas del conflicto social, político y armado y de la persecución y represión política en el país, así como sobre la necesidad de consolidar un espacio organizativo para la unidad y acción en torno a la solidaridad con los prisioneros políticos y de participación y reconocimiento en la Mesa de Conversaciones de la Habana, con el objetivo de que se reconozca y amplié la histórica noción de delito político y esto permita avanzar hacia la solución política del conflicto. Que se respete el pensamiento crítico, el derecho a la protesta y a las diferentes formas organizativas del pueblo colombiano y la inclusión en la agenda de paz, de la solución a la crisis carcelaria, la ratificación del Protocolo Facultativo contra la Tortura y la transformación de la actual política criminal, así como la inclusión de garantías de participación para la población recluida.
Libertad ya para:
El dirigente sindical Huber Ballesteros
El defensor de Derechos Humanos David Ravelo
Los estudiantes Carlos Lugos, Jorge E. Gaitan y Omar Marín
y los más de 9500 prisioneros políticos en Colombia
Campaña “Yo te nombro Libertad”
Marcha Patriótica Bélgica.