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La “paz” uribista
La gran propuesta de “paz” del documento uribista es aplicar el modelo Ralito: meter en corralejas a los guerrilleros para que se desmovilicen, entreguen las armas y se vayan a la cárcel. Tan ingeniosos los pupilos de la parapolítica.
Carlos A. Lozano Guillén / Viernes 10 de abril de 2015
 

El Centro Democrático, partido uribista de la extrema derecha, divulgó la semana pasada el tan anunciado informe sobre el proceso de paz de La Habana, “Diálogos de paz sin afectar la institucionalidad democrática”. Es un lacónico documento, no tan profundo como habían dicho los voceros uribistas, porque elude hacer el balance objetivo de la Mesa de La Habana con sus evidentes avances y dificultades. Realmente es superficial.

Tiene 11.372 caracteres, 2.215 palabras y 6 cuartillas, con planteamientos nada novedosos, con la misma cháchara anti FARC, contra los diálogos de paz y la construcción de un acuerdo de paz estable y duradera, que el senador Uribe y sus amanuenses repiten y repiten en el Congreso y en los medios de comunicación. Es un círculo vicioso.

El documento, mal escrito y con errores de ortografía, en su fundamento parte de inexactitudes como que los diálogos de paz desmoralizan a la Fuerza Pública y afectan la seguridad y la tranquilidad de los colombianos. Todo lo contrario de lo que aseguran las fuentes gubernamentales y de centros de investigación, que certifican que el cese unilateral de fuego de la insurgencia (decretado en cinco ocasiones y el último desde el 20 de diciembre en tiempo indefinido) y el ambiente propicio a la salida política dialogada del conflicto han significado la disminución de las acciones militares, de los enfrentamientos bélicos y de los actos de sabotaje de la guerrilla.

En la mayoría de las encuestas, el 60% de los colombianos está de acuerdo con los diálogos, así como el apoyo en el exterior desmiente la campaña del funesto procurador Ordóñez y del Centro Democrático, que han fracasado en sus giras por Estados Unidos y Europa.

La conclusión más importante para los delirantes de la guerra es que “los diálogos de paz y el debilitamiento de la lucha contra el terrorismo han ocasionado un serio deterioro de la seguridad”. El informe desconoce la existencia del conflicto y por ende no le da importancia a la discusión de los temas políticos y sociales de la Agenda. La discusión sobre las reformas para los uribistas, en el espíritu del Acuerdo, es contraproducente, porque afecta la confianza inversionista y el interés económico del capital transnacional en Colombia. Sienten amenazados los huevitos de la explotación minero-energética, de los TLC y de la entrega de los recursos naturales a las transnacionales al precio del deterioro del medio ambiente.

La gran propuesta de “paz” del documento uribista es aplicar el modelo Ralito: meter en corralejas a los guerrilleros para que se desmovilicen, entreguen las armas y se vayan a la cárcel. Tan ingeniosos los pupilos de la parapolítica.