Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Debate
El falso positivo agrario del Gobierno Santos
Las falsas recuperaciones del parque Tayrona y de las presuntas tierras de las FARC
César Jerez / Viernes 24 de julio de 2015
 

Fundador y redactor de la Agencia Prensa Rural. Geólogo de la Academia Estatal Azerbaijana de Petróleos (exURSS). En Bakú obtuvo una maestría en geología industrial de petróleo y gas. Es profesor y traductor de idioma ruso. Realizó estudios de gestión y planificacion del desarrollo urbano y regional en la Escuela Superior de Administración Pública -ESAP de Bogotá. Desde 1998 es miembro de la ACVC. Actualmente coordina el equipo nacional dinamizador de Anzorc. Investiga y escribe para diversos medios de comunicación alternativa.

El gobierno de Juan Manuel Santos, caracterizado por anuncios e incumplimientos, ahora acude al recurso de elaborar noticias sensacionalistas, irresponsables e irrespetuosas con los ciudadanos colombianos y en particular con los campesinos.

Son varias las reacciones improvisadas que este Gobierno ha anunciado en respuesta a las demandas y movilización de víctimas, campesinos y productores agropecuarios:

La restitución de tierras, como ya se ha señalado en múltiples ocasiones, está obstruida por el filtro de la microfocalización impuesta por las Fuerzas Militares; vale recordar que éstas son una parte armada del conflicto, que en ocasiones estuvieron involucradas en complicidad con paramilitares y despojadores de tierras en muchos territorios, en franco conflicto de interés.

La respuesta al paro agrario, a través de un decreto improvisado para la rifa de proyectos de inversión local en el denominado Pacto Agrario, fue un fracaso, al colapsar las entidades territoriales y al mismo ministerio de agricultura con esta media asistencial y demagógica. Paralelo a ello, los acuerdos incumplidos en el marco de la Cumbre Agraria, que el gobierno anuncia como avances, las organizaciones los denuncian como incumplimientos y dilaciones.

Cinismo de las contradicciones en política agraria

El Gobierno, en el marco del proceso de paz, propone la Reforma Rural Integral, pactando entre otros asuntos la creación del banco de tierras para garantizar la democratización de la propiedad y el acceso progresivo de los campesinos a la tierra, pero a su vez por sexta ocasión impulsa la iniciativa legislativa de creación de las Zonas de Interés para el Desarrollo Rural y Económico- ZIDRES, a través de las cuales se pretende legalizar las acumulaciones ilegales, expulsar a los campesinos poseedores históricos de baldíos y subyugarlos a los proyectos agroindustriales, amenazando y subestimando las iniciativas de economía campesina que el movimiento agrario viene exigiendo promover.

El descaro gubernamental fue alcanzado con el llamado de urgencia y de prioridad que Santos dio a este proyecto el pasado 20 de julio en la instalación de la nueva legislatura, en un supuesto marco preparatorio del post-conflicto.

Los falsos positivos de la ley de tierras y la impostura política: sensacionalismo y espectáculo.

Advertimos con inmensa preocupación el cinismo con el que el gobierno viene impulsando esta demagogia. A través del Superintendente de Notariado y Registro, Jorge Enrique Vélez, este funcionario delegado por la Presidencia y quien viene extralimitando sus funciones, dadas las inhabilidades del Ministro de Agricultura, y por el desconocimiento del Ministro del Interior (y al parecer de todo el gobierno) nombrado como ponente del proyecto de ley ZIDRES. Este exsenador viene acudiendo a una estrategia peligrosa basada en imposturas políticas y mediáticas, más parecidas a la ya implementada en otras partes del mundo, conocida como la política espectáculo.

Vélez, conocido por recitar al dedillo la tipificación de las modalidades del despojo, y quien reculó de la tipología en casos de concentraciones ilegales de tierras, que para él ahora son totalmente legítimas y necesarias para la "productividad", cedió, como el gobierno entero, a la presión ejercida por los sectores agroindustriales e inversionistas para frenar los procesos de recuperación de tierras iniciados por el Incoder en el 2012.

Este personaje acude hoy al sensacionalismo mediático, a través del uso de cifras que timan a la opinión pública, basadas en el precario sistema de registro inmobiliario, lleno de vacíos e inconsistencias, como la ausencia de registros de terrenos baldíos, omisiones en anotaciones de medidas de protección de tierras abandonadas por el desplazamiento forzado, informalidad, y desorden histórico del registro de propiedad. En resumen, cifras que sirven para cualquier cosa y para nada, sobretodo cuando son utilizadas y acomodadas a las intenciones perversas que se quieran justificar.

El mismo vocero "agrario" del gobierno, últimamente se ha presentado en los debates sobre el proyecto de ley ZIDRES con una impostura que anuncia aperturas a la concertación y que supuestamente recoge las críticas de las organizaciones que se oponen al mismo por ser lesivo a la comunidad, como estrategia para neutralizar los debates. No obstante, las modificaciones a este proyecto cada vez más, recogen de manera perversa las intenciones del gobierno de legalizar las acumulaciones con interpretaciones jurídicas como las de los "abogados sofisticados", entre ellos el exsuperministro, Néstor Humberto Martínez.

Las falsas recuperaciones del parque Tayrona y de las presuntas tierras de las FARC

El Superintendente de notariado y registro presentó a la opinión pública dos hechos sensacionalistas en los últimos días: el primero, la supuesta recuperación del Parque Nacional Tayrona para la Nación y para todos los colombianos. El superintendente engaña a la opinión pública con recuperaciones de tierras en el papel, que para nada han transformado la ocupación material del parque , despojado, apropiado por empresas bananeras y reconocidas familias agroindustriales de la costa, que se valieron de notarios, registradores, funcionarios públicos y violencia paramilitar.

El segundo, es el espectáculo junto al presidente Santos y al Ministro de Defensa, de una recuperación de 280 mil hectáreas, supuestamente de las FARC en la región de La Macarena. Los nueve predios sometidos a una visita de funcionarios del Incoder, la superintendencia y la Fiscalía, fueron identificados a partir de información suministrada por supuestos desmovilizados de las FARC, de la misma manera como antes han señalado a víctimas de falsos positivos judiciales.

El show mediático omite aclarar que esta diligencia por sí misma no es la recuperación jurídica, ni mucho menos material de estos predios, cuya extensión resulta fantasiosa, ya que si son sólo 9 predios que abarcan 280 mil hectáreas, esto sólo podría ser posible en el mundo imaginado de las futuras ZIDRES, que Vélez quiere para los Riopaila Castilla (40 mil hectáreas), los Cargill (60 mil hectáreas), los Mónica Semillas o las Fazendas. Predios de estas grandes extensiones no son propios en la regiones campesinas de los Llanos del Yari. En otras cuentas, en una sola presunta recuperación de tierras a las FARC, tendrían casi la tercera parte de tierras del acuerdo existente sobre el banco de tierras para el posconflicto.

La realidad de estos predios es que los mismos están en áreas protegidas del Distrito de Manejo Integrado de La Macarena y en Zona de Reserva Forestal; allí habitan colonos campesinos desde la época de los 30, tras colonizaciones promovidas por el mismo Estado; con seguridad muchas de estas tierras siguen siendo baldíos de la nación sin adjudicar. Sin embargo, el Presidente Santos anuncia junto al timador de la política agraria el falso positivo de "las tierras de las FARC". Lo que falta es que de este circo surjan procesos penales que criminalicen a estos campesinos como presuntos testaferros de las FARC, para pasar de la farsa mediática al falso positivo judicial.

PDTA: Esta nueva falsa estrategia publicitaria del gobierno, es perversa y no construye hechos de paz.

No se sabe que le hace más daño a La Paz: la especulación sobre cifras imaginarias de hectáreas recuperadas, la eventual criminalización a campesinos poseedores de hecho de estas tierras, como supuestos integrantes de las FARC, o el pésimo mensaje que estas tergiversaciones nos dejan a todos los colombianos que tomamos con seriedad el proceso de paz y las políticas de reforma agraria.