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Miguel Ángel Beltrán
Como un roble
Uldarico Flórez Peña / Viernes 14 de agosto de 2015
 

Le hemos visitados dos veces y este profe parece un roble, firme, lleno de moral, valiente, con la constancia de siempre, solidario, fraternal. Es un revolucionario, un académico, un intelectual privilegiado y orgulloso de ser un preso político en el patio 14 del Eron Picota.

Ese es el profe Miguel Ángel Beltrán Villegas, una persona revolucionaria, es claro, preciso en su concepción ideológica y política del pensamiento crítico. Es un intelectual orgánico, de masas, inseparable de su pueblo, de sus compañeros de prisión, sin privilegios.

Tiene una fe infinita en los intelectuales comprometidos con su pueblo, sabe que la cárcel es cárcel, pero él como preso político es especial por enfrentar al establecimiento con sus ideas, con la libertad de cátedra, con la autonomía universitaria, que le censurara el procurador ilegítimo e inquisidor Ordoñez.

A los presos políticos no los podemos abandonar a su suerte, son un tesoro del pueblo, de la lucha revolucionaria, debemos utilizar todas las formas de solidaridad y lucha por su libertad.

El profesor Miguel Ángel, tras las rejas, aún guarda en su corazón el gesto de amigo, compañero, su mano se extiende y el brazo se siente de lo que es un verdadero intelectual, un hombre comprometido hasta los tuétanos por la suerte de sus compañeros de prisión y la libertad de todos ellos.

Estos días que hemos visitado al profe Miguel Ángel, hemos entendido que la cárcel es la continuación de la lucha revolucionaria bajo otras circunstancias. El preso político no debe jamás aferrarse al dolor de la cárcel ni puede permitirse perecer en ella. Hay que resistir y lo vimos preparado para ello, en la cárcel nos dijo hay mucho por observar y emprender.

Nos comprometimos como siempre a hacer del ERON la Picota un nuevo frente de lucha a realizar nuevas tareas y a mantener un sólido espíritu revolucionario.