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Recursos hídricos y sequía
Estamos ante la presencia de muchos entes gubernamentales de todo nivel que por burocracia, ineficiencia, falta de planeación estratégica y corrupción en algunos casos, no atinan a dar respuesta de fondo a los problemas de los desastres naturales y del cambio climático.
Iván Posada P. / Viernes 30 de octubre de 2015
 
Aspecto de la película ‘Colombia magia salvaje’, que hace una defensa de la biodiversidad en nuestro país.

El reciente documental “Vida Salvaje” reafirma la riqueza en biodiversidad que posee el país. Dentro de esta, por recursos hídricos, Colombia ocupa el cuarto puesto dentro del resto de naciones. Esta riqueza hídrica está favorecida por la presencia de nevados a lo largo de la cordillera de Los Andes; por la cuencas de la Amazonia y Orinoquia y por los ríos Magdalena y Cauca que recorren el territorio de sur a norte y en el Pacífico tenemos una de las zonas más lluviosas del mundo, el Chocó.

Con las anteriores condiciones tan favorables podría concluirse que la población colombiana tuviera acceso a agua potable y que en el sector rural se dispusiera de agua suficiente para sus labores agrícolas. Lamentablemente la realidad es otra. Sólo las capitales de departamento y las ciudades intermedias cuentan con sistemas de acueducto y alcantarillado aceptables. El resto de municipios y sobre todo el sector rural, o carecen del preciado líquido o no reúnen las condiciones de potabilidad. Para las actividades agropecuarias el riego es insuficiente para los pequeños y medianos campesinos.

Prevención

En lo que tiene que ver con desastres naturales, es cierto que, sobre todo en la región andina, muchas poblaciones fueron levantadas en zonas de alto riesgo y sobre las márgenes de los ríos pero que en otras condiciones de administración y de mecanismos eficientes de prevención serían perfectamente controlables en su gran mayoría.

En la temporada invernal, las autoridades ya tienen conocimiento donde pueden ocurrir los deslizamientos y las inundaciones; en la temporada seca o verano la comunidad queda sometida al racionamiento y en el sector rural las cosechas quedan arruinadas. Los desastres se repiten año tras año en los mismos sitios sin que se adopten medidas definitivas para evitarlos.

La anterior situación se ha agravado con la aparición periódica del fenómeno del niño, consistente en el calentamiento de la superficie de las aguas del Pacífico que afecta principalmente el sureste asiático, Australia y Sudamérica. Los efectos económicos y sociales son muchos: racionamiento de agua en cerca de 250 municipios, sectores productivos como la ganadería, la agricultura, y la avicultura -entre otros- se han visto afectados con la muerte de ganado, pérdida total de cosechas y sacrificio de millones de aves; incendios en zonas de reserva ambiental, aumento en los precios de los alimentos de primera necesidad; las generadoras de energía ya han anunciado alza en las tarifas argumentando que a mayor demanda, mayor precio. Es el resultado de la privatización de las generadoras de energía, caso concreto Isagén.

El Ideam, Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia varios años antes actualizó los mapas de impacto del Niño en las lluvias del país y predijo la seria escasez de agua en gran parte del país durante el segundo semestre del año y en el primer trimestre del 2016, sobre todo en las zonas caribe y andina.

¿Quién responde?

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible es el rector de la gestión del ambiente y de los recursos naturales renovables; a nivel regional las corporaciones autónomas regionales son la primera autoridad ambiental que por sus características conforman un solo ecosistema y los distritos de riego, que son “áreas geográficas donde se proporciona el servicio de riego mediante obras de infraestructura hidroagrícola”, y finalmente el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, que tiene a cargo la prestación de servicios públicos de agua potable y saneamiento básico, entre otras funciones. Vemos así como existen varias entidades de todo orden pero en la práctica no se adoptan medidas de largo plazo para enfrentar el problema. Estamos pues ante la presencia de muchos entes gubernamentales de todo nivel que por burocracia, ineficiencia, falta de planeación estratégica y corrupción en algunos casos, no atinan a dar respuesta de fondo a los problemas de los desastres naturales y del cambio climático. Prueba de lo anterior es que el Ministerio de Vivienda evade el problema imponiendo multas económicas a los hogares que consuman agua por encima de cierto límite, cuando el tema es utilizar eficientemente los abundantes recursos hídricos que tiene el país dotando de agua y alcantarillado a todas las familias colombianas y en el campo, extendiendo los distritos de riego al campesinado.