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Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá
Destruidos jardines y huertas en UN Bogotá
Administración de la Universidad interfiere en proyectos estudiantiles
 

Hechos lamentables vienen ocurriendo en la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá: Pedro Luis Jiménez Poveda, Director de Ordenamiento y Desarrollo Físico de la Universidad, dio la orden arbitraria de destruir huertas y jardines que venían siendo trabajadas por estudiantes de diferentes carreras de la Universidad como parte de proyectos estudiantiles, muchos de ellos avalados y financiados por la Dirección de Bienestar Universitario de sede y de diferentes Facultades. Estos proyectos eran espacios de encuentro para estudiantes de diferentes disciplinas, profundizando en temas académicos y prácticos de acuerdo con la recuperación de espacios que se encontraban en completo abandono institucional, el trabajo de la tierra, la agroecología, la soberanía y la autonomía alimentarias, la reflexión sobre agricultura urbana, entre otras temáticas que se abordaban con estos ejercicios de aprendizaje.

Foto. Jardines productivos Universidad Nacional de Colombia. (2009).

Cabe resaltar que este tipo de medidas no son nuevas sino que por el contrario se presentan como hechos recurrentes que lastimosamente no han sido solucionados. Ejemplo de ello fue lo ocurrido en el año 2011 cuando una decisión administrativa (proferida desde la misma dirección de Ordenamiento y Desarrollo Físico, antes llamada División de Planeación), envió a trabajadores con tractores que aplastaron el trabajo de mantener el jardín productivo, denominado Huerta El Sol, que se venía desarrollando en inmediaciones de la Facultad de Agronomía; este proyecto empezó con una gran inversión de la Universidad y el aval de la misma, pero que posteriormente fue destruido por orden de la Universidad.

Foto. Jardines productivos Universidad Nacional de Colombia. (2009).

El pasado jueves 15 de octubre de 2015 miembros -que se negaron a identificarse- de la División de Vigilancia y Seguridad de la Universidad Nacional (DVS) se acercaron de manera violenta al Jardín “Vida y Reciclaje UN” ubicado entre la Facultad de Artes y el Auditorio León de Greiff argumentando que éste debía ser retirado por orden de la oficina de planeación. Los estudiantes allí presentes acordaron una cita con el director de la oficina de Ordenamiento y Desarrollo Físico de la Sede Bogotá para presentar la documentación del proyecto y la autorización por parte de Bienestar y Planeación. Esta cita (como se observa en el vídeo) quedó para el siguiente lunes 19 de octubre. En el vídeo también se observa a Pedro Luis Jiménez Poveda -quien en ese momento no quiso identificarse como tal- pactando la mencionada cita a los estudiantes presentes, además de comprometerse a no levantar el jardín hasta tanto no se realizara dicha reunión.

No obstante al día siguiente, viernes 16 de octubre, el jardín fue destruido violentamente con tractores y excavadoras (video) Es de resaltar que este proyecto, iniciativa del Colectivo Sembrando Arte, fue avalado y financiado por la dirección de Bienestar Universitario de la Facultad de Artes y venía desarrollándose desde el primer semestre del año en curso contando con los debidos permisos y se continuaba con la segunda fase, que también fue aprobada y financiada para este segundo semestre.

El domingo 25 de octubre, del mismo modo violento y sin notificación alguna, fueron destruidas otras huertas y jardines, parte de proyectos estudiantiles, de los cuales muchos llevaban años en marcha y contaban con aval institucional y respondían a inquietudes académicas, ambientales, sociales y culturales de distintos grupos de estudiantes. Entre ellos: la Huerta Semillas de Memoria (Departamento de Antropología), Huerta Lola Cendales (Facultad de Derecho y Ciencia Política), los Jardines de Sociología, la Huerta de Zootecnia y el Jardín Central ubicado en la Plaza Central entre el Edificio de Enfermería y la cafetería central.

Algunos de estos espacios, antes de la intervención por parte de los estudiantes, estaban descuidados y subutilizados por la administración; tal era el caso del Jardín Central donde el abandono y descuido no permitía ni siquiera el crecimiento de pasto, pero con el trabajo de los estudiantes el espacio fue recuperado, convirtiéndose en un lugar diverso donde se conservaban especies de plantas aromáticas, ornamentales y alimenticias, además de emplear elementos de diseño para contribuir al embellecimiento y revitalización del campus.

Jardín Central UN. Foto tomada en diciembre de 2014
Jardín Central UN. Foto tomada en semana de inducción del primer semestre de 2015
Jardín Central UN. Foto tomada en julio de 2015

Videos tomados el pasado lunes 26 de octubre tras la destrucción del Jardín central:

Durante la siguiente semana se realizaron distintas jornadas de concientización y sensibilización a la comunidad universitaria al tiempo que se reconstruyeron las huertas y jardines destruidos por la administración de la Universidad.

El jueves 29 de octubre se intentó radicar un Derecho de Petición en la oficina de Ordenamiento y Desarrollo Físico, luego de haber sido radicado en la oficina de correspondencia, siguiendo el conducto regular, pero el trámite fue impedido por los funcionarios de seguridad del edificio Uriel Gutiérrez, negándose con ello la posibilidad de poner en conocimiento este oficio en dicha oficina. Por esta razón se tuvo que dejar este derecho constitucional con una profesora integrante del Consejo Académico de la Sede Bogotá.

El sábado 31 de octubre las huertas y jardines reconstruidos fueron una vez más arrasados violentamente.

Respuesta Institucional

La administración de la Universidad ha argumentado que este tipo de iniciativas deben pasar por la Oficina de Ordenamiento y Desarrollo Físico y se ampara en una supuesta norma existente para justificar su actuación, sin llegar a aclarar cuál es esa norma, ni tampoco pronunciarse oficialmente con una explicación clara sobre los atropellos cometidos.

Así mismo Pedro Luis Jiménez Poveda planteó que en el campus existen delimitados los espacios para la siembra de huertas, por lo que la siembra de alimentos en espacios no autorizados expone a la Universidad a sanciones por parte de la Autoridad Competente. Sin embargo distintos espacios destruidos por orden del señor Jiménez tenían múltiples especies de plantas ornamentales y aromáticas que no implican las sanciones sobre las que se escuda su orden. Además el señor Jiménez habla del abandono en que quedan estos proyectos estudiantiles pasado un tiempo, frente a lo cual surge la pregunta de si es pertinente que el señor Jiménez ordene desde su escritorio la destrucción de proyectos estudiantiles sin conocer el estado en el que se encontraban estos espacios, que semana a semana eran trabajados por los estudiantes.

Se apela al sentido común para preguntar si es lógico que la administración pase por encima de iniciativas académicas y prácticas de los estudiantes, que en ningún momento van en contra de los fines misionales de la universidad ni deterioran de ninguna manera la estructura física del campus universitario; si la agroecología, el cuidado del medio ambiente y la salud humana no son temas importantes para la Nación y deben ser abordados en su principal centro de pensamiento: la Universidad Nacional de Colombia; si la administración de la Universidad debe velar por sus estudiantes o ir en detrimento de sus intereses.

Además se puede afirmar que se viola el derecho fundamental a la educación en tanto estos ejercicios han sido fundamentales para la formación como profesionales de diferentes disciplinas. Esto se puede verificar ya que muchas de las personas que han participado de estos proyectos como estudiantes empezaron sus prácticas en huertas al interior de la Universidad y ahora trabajan en temas relacionados en importantes proyectos a nivel distrital y nacional, experiencia que hoy retroalimenta el aprendizaje.

Se invita a abrir el debate para que los fines misionales de la Universidad Nacional respondan a las necesidades del país y que por consiguiente su administración actúe en razón a ello. A reconstruir las huertas y jardines ahora y cada vez que las destruyan; a unir fuerzas y resistencias contra quienes no les cabe en la cabeza otro paisaje que el del cemento y el autoritarismo, que sin conocer el ejercicio pedagógico que se hace se ocultan en normas así estas sean incongruentes con las exigencias de la realidad; a recolectar semillas y voluntades para ampliar los ejercicios académicos y prácticos que buscan abordar la gran diversidad de necesidades que tiene el país; a reír y a volver a sembrar; y a difundir esta denuncia entre amigos y conocidos para que se manifieste la opinión y la voluntad popular.

Adicionalmente se invita a toda la comunidad a participar en la exigencia y construcción de un nuevo Plan de Regularización y Manejo del predio de la Ciudad Universitaria de la Sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia, ya que el que se encuentra vigente fue aprobado hace 10 años por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital mediante Resolución 0279 del 23 de mayo de 2005, por lo cual no se contemplan múltiples debates y realidades que se han desenvuelto en la Universidad, la ciudad, el país y el mundo; así como a participar en la formulación de un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá y de políticas de orden nacional que contemplen la agricultura dentro del perímetro urbano, toda vez que la Agricultura Urbana es una estrategia importante para la soberanía alimentaria y el cuidado del ambiente que se implementa en varios países del mundo y es necesaria para lograr ciudades sostenibles.

Es importante que el debate que se está dando en la Universidad se traslade al Distrito Capital para evitar que los argumentos con que se cometen este tipo de atrocidades sigan siendo legales pese a la inconsistencia e ilegitimidad evidentes. Además el debate debe ser puesto de manera pública ante la sociedad colombiana.