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El hecho del año 2015: Un histórico apretón de manos
Raúl Castro mostró su capacidad política e invitó al jefe de las FARC-EP y al presidente Santos a acercase para la tan anhelada foto. El inequívoco sonido de las cámaras disparando sus luces hace pensar que este es el momento esperado en tres años de conversaciones y que puede ser la foto del año.
Semanario Voz / Miércoles 16 de diciembre de 2015
 
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el presidente cubano Raúl Castro y el comandante de las FARC-EP Timoleón Jiménez, en el Palacio de las Convenciones de La Habana.

Al menos una veintena de periodistas se agolparon en la puerta del Palacio de Convenciones en la ciudad de La Habana, el pasado 23 de septiembre. La expectativa era total para los comunicadores. El objetivo, cubrir la firma de un acuerdo de justicia entre las partes. No era habitual la parafernalia que se estaba preparando para comunicarle al país un acuerdo entre las FARC-EP y el Gobierno nacional.

A tempranas horas de ese 23, VOZ pudo confirmar con fuentes de la insurgencia que el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez, había aterrizado en la mayor de las Antillas para asistir a la firma del acuerdo de justicia, del que poco se conocía. A su vez, la prensa colombiana en acuartelamiento de primer grado cerca al Palacio de Convenciones, reafirmaba que el presidente Santos había abordado el FAC-1 con rumbo a La Habana, aunque públicamente su viaje era a Estados Unidos, con ocasión de la 70 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Todo tipo de especulaciones se generaron. La Delegación de las FARC-EP era hermética y no entregaba información detallada sobre la llegada a la isla del jefe insurgente. Solamente se conocieron por redes sociales unas imágenes que daban cuenta del aterrizaje en suelo habanero de Timoleón Jiménez, con botas, sudadera roja y toalla al hombro. Por su parte, medios de comunicación colombianos publicaban imágenes del interior del avión presidencial con una comitiva de representantes políticos y juristas colombianos que fueron invitados por el Gobierno colombiano para asistir al acto.

El acto

Se acercaba el mediodía y los periodistas, armados de mucha paciencia, esperaban la apertura de puertas del salón protocolar. Ya todo estaba claro. La firma del acuerdo de justicia denominado una Jurisdicción para la Paz, era un hecho. Aunque vale señalar que el documento solo había quedado en firme hasta las primeras horas de la madrugada de ese 23 de septiembre, según conoció VOZ.

La prensa especulaba sobre los días de cárcel y las sanciones pecuniarias a cargo de la guerrilla; se insistía que el acuerdo debía girar sobre la imposibilidad de que los jefes guerrilleros hicieran política. Todas hipótesis sin fundamento. Lo único cierto es que las puertas del Palacio de Convenciones solo se abrieron cinco horas después de la convocatoria hecha por las partes a la prensa.

El escenario

Ya en el salón y después de un riguroso chequeo a cargo del grupo de protocolo y el servicio de seguridad del presidente Raúl Castro, los periodistas se acomodaron en un salón adornado por flores y con la solemnidad propia de los cubanos. Al frente de la barrera donde fue ubicada la prensa local e internacional, estaban la mesa principal con tres sillas. A lado y lado estarían sentadas las delegaciones en pleno de cada una de las partes que allí dialogan desde hace tres años.

El protocolo cubano le manifestó a los periodistas el itinerario de la jornada. Hacen su entrada las delegaciones de las FARC-EP vestidos de blanco. Son por lo menos 25 guerrilleros y guerrilleras que fueron protagonistas del acuerdo. Segundos después, hacen su presencia los plenipotenciarios del Gobierno en cabeza del jefe de la delegación Humberto de La Calle. El único ausente de esa delegación fue el ex general Mora Rangel. Los juristas asesores de cada una de las delegaciones quienes son calificados como los arquitectos del acuerdo, también ocupaban sus respectivos asientos en cada orilla. Y completaron el marco, los delegados de los países garantes: Cuba, Noruega, y los acompañantes Chile y Venezuela.

La maestra de ceremonias indica que la televisión pública de Cuba transmite en vivo para su pueblo los pormenores del acto, y que gracias a esa señal los canales colombianos hacen lo propio. Los corresponsales de radio preparan sus grabadoras y se conectan a internet para enviar la transmisión. El acontecimiento lo amerita.

Las palabras

Todo estaba listo. Las miradas se centran sobre la mesa principal aún sin ocupar. Se anuncia la entrada de los principales invitados, Llegó la hora. Al recinto entran al tiempo Raúl Castro, Timoleón Jiménez y Juan Manuel Santos. De blanco los tres y con una carpeta de color café donde reposan las casi veinte hojas del acuerdo.

A renglón seguido hablan los países garantes y leen un comunicado conjunto. Seguidamente el protocolo anuncia la intervención del presidente Juan Manuel Santos: “Estamos en orillas diferentes pero hoy vamos en la misma dirección para alcanzar la paz”. El comandante de las FARC señala: “La Jurisdicción de Paz es aplicable para todas las partes y no solo para la guerrilla” y por último intervino el presidente de Cuba, Raúl Castro: “La paz en Colombia no solo es posible, es indispensable”.

Raúl Castro mostró su capacidad política e invitó al jefe de las FARC-EP y al presidente Santos a acercase para la tan anhelada foto. El inequívoco sonido de las cámaras disparando sus luces hace pensar que este es el momento esperado en tres años de conversaciones y que puede ser la foto del año.

Complicidad de Raúl

Unas breves palabras se cruzan Timoleón con Raúl Castro. Sonríen tímidamente los dos. Tres segundos después el presidente cubano le extiende la mano a su homólogo colombiano, mientras Timoleón Jiménez con audacia y olfato político le envía un mensaje al pueblo colombiano al estrecharle la mano al presidente Santos. Eso no estaba en el protocolo que se seguía rigurosamente.

El presidente Santos se ve sorprendido y duda en extenderle la mano. Sabe que un apretón de manos puede costarle caro políticamente ante los enemigos del proceso de paz, pero también entiende que ese apretón es uno de los actos más importantes para alcanzar los acuerdos. Se miran a los ojos y Raúl Castro, nuevamente es cómplice de la paz de Colombia y sobre el apretón de manos pone las suyas como sellando el acto. Esa era la foto que no esperaba la prensa pero que se convirtió en el hecho del año 2015 para el semanario VOZ.