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En Tolima
Cartel del cilantro tiene en jaque a campesinos
Nelson Lombana Silva / Miércoles 21 de enero de 2009
 

Paramilitares, al parecer "Águilas Negras", tienen en jaque a los campesinos cultivadores de cilantro y a los comercializadores de este producto en el departamento del Tolima. Han creado un "cartel" para centralizar su compra y comercialización, señalaron los campesinos angustiados del municipio de Cajamarca. "Nadie puede vender un manojo, de lo contrario pueden sucederle graves consecuencias", dicen las continuas amenazas.

La denuncia pública fue hecha por los labriegos el 14 de enero, en las instalaciones de la alcaldía municipal de este municipio, ubicado a 45 minutos de Ibagué y en territorio del volcán Machín. En la reunión participaron numerosos campesinos y comerciantes, lo mismo que el alcalde, el personero y miembros del concejo municipal de esta comunidad.

"Los abonos, los transportes y la alimentación bien caros y ese cartel nos obliga a tener que regalarle el manojo de cilantro bueno a $1.200, mientras sus miembros lo revenden a $3.500", dijo un campesino productor de la zona.

Otro campesino señaló atemorizado que hasta su puesto, en la plaza de la 21 de Ibagué, "los tipos llegaron y enfierrados (armados) lo obligaron a entregar su cilantro por el precio que ellos decidieron. A una señora se lo picaron y se lo tiraron en los pies porque no accedió a regalárselo".

El alcalde popular, Guillermo Rodríguez, se comprometió a actuar ante esta infamia de los malhechores que pululan por la región sin control alguno y que de igual manera, vienen imponiendo su criterio en la plaza de mercado de Armenia, capital del departamento de Quindío. Formuló un llamado a la unidad y a la organización de los campesinos para hacer resistencia. "El miedo no nos debe inmovilizar", dijo el burgomaestre.

"Ese cartel", dijo, "lo vamos a poner en cintura para lo cual es fundamental el trabajo organizado de los campesinos, vamos a plantear la problemática donde hay que plantearla", observó el mandatario municipal.

Por su parte, el cultivador de este producto, Luis Antonio Ávila, dijo que "la problemática de las amenazas comenzó el 7 de diciembre del año anterior. A mí me llamaron el 30 de diciembre y de "buena" manera me dijo el interlocutor que no volviera a vender el cilantro ni en la plaza de la 21, ni en el Jardín, ni en el Quindío. Evítese problemas mayores", dijo sin identificarse.

Lo preocupante es que los miembros de este "cartel" se mueven sin contratiempos y se dan el lujo de llegar hasta las plazas armados a plena luz del día a intimidar, con sus armas de largo alcance, a los campesinos que deciden directamente vender su producto, en la nariz de las autoridades, pues en el caso de la plaza de la 21, se encuentra el comando departamental de Policía a cuadra y media aproximadamente, destacan los campesinos.