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Entrevista con Paco Simón, codirector del documental "Volver a nacer" sobre el genocidio de la UP
“Si no se resuelve el caso de la Unión Patriótica no será posible un acuerdo con las FARC”
Lucas Marco / Jueves 22 de enero de 2009
 

El documental Volver a nacer reconstruye la trágica historia de la Unión Patriótica en Colombia que aglutinó a las principales fuerzas de la izquierda y a guerrilleros de las FARC tras firmar la tregua de 1984. Los buenos resultados electorales desencadenaron el comienzo del genocidio político de la UP: en menos de una década fueron asesinados unos 4.000 simpatizantes, militantes y dirigentes, la mayoría a manos de paramilitares, militares y policías. El objetivo del documental: es difundir la historia de una matanza sin la cual no es posible entender la historia reciente de Colombia.

Codirigido por Paco Simón y Óscar Bernàcer, Volver a nacer “se ha centrado en reconstruir la historia de la UP desde el exilio”. Simón pasó un año en Colombia trabajando con la ONG Reiniciar recogiendo “testimonios de la gente desplazada, recorriendo el país, en la semiclandestinidad muchas veces”. El objetivo es “difundir las consecuencias de este genocidio que, pese a su magnitud, es casi desconocido, y recoger los testimonios de los exiliados de la UP para que se presenten ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”. Para la realización del documental, producido por la Fundación CEPS y patrocinado por la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament, “logramos localizar a 34 exiliados, de los cuales 22 se prestaron a dar testimonio para esta investigación”, explica Simón. “La persecución continúa. En Colombia es más grave pero hasta España pueden llegar las redes del paramilitarismo”, relata el periodista.

DIAGONAL: ¿Cómo surge la Unión Patriótica en Colombia?

PACO SIMÓN: El origen de la UP se sitúa en el acuerdo de tregua que firma Belisario Betancourt con las FARC. Las FARC no pretendían un desarme y volver a la vida civil sin más, sino que pretendían transformar la lucha guerrillera en una lucha política. Ese proyecto es apoyado por todas las fuerzas de la izquierda, especialmente el Partido Comunista, pero también otras, así como liberales y conservadores independientes. En cuanto empiezan a tener éxito electoral en el año 1986 (el candidato presidencial, Jaime Pardo Leal, obtiene el mayor triunfo que había logrado hasta ese momento la izquierda en Colombia) se desencadena el genocidio. Éste es una articulación entre los poderes oligárquicos colombianos de toda la vida confabulados con las Fuerzas Armadas y su anticomunismo visceral, sobre todo motivado porque se pensaba que la UP era una opción real de poder. Desde entonces hasta la fecha, se calcula que han asesinado o desaparecido a 4.000 personas. Las cifras no son exactas porque precisamente muchas de las pruebas y testimonios están en los cementerios. Durante el Gobierno de Uribe, se habla de 140 asesinatos, 38 desaparecidos y 28 tentativas de homicidio. Lo más gordo del genocidio pasó, pero continúan matando a la gente por su pasado político. Esto ha llevado a mucha gente al exilio.

D.: ¿Qué supuso la UP en la reciente historia de la izquierda colombiana?

P.S.: Lo que dicen los colombianos, y yo estoy de acuerdo, es que la UP fue una esperanza de paz ahogada en sangre. En aquel momento había una ilusión y una alegría que desbordaba las plazas públicas donde se concentraban y acudía la gente que hasta entonces no había confiado en la política, mucha gente que nunca había votado. Fue la primera oportunidad que tuvo la gente de expresar libremente lo que habían pensado y sus reivindicaciones sociales y políticas que hasta entonces habían sido calladas por la fuerza, y de romper el bipartidismo, en tanto que liberales y conservadores ocupaban todos los cargos públicos y la gente de la izquierda estaba al margen o tenía que hacer coaliciones con ellos para poder obtener algún tipo de representación pública. De hecho la UP, en su programa, ya planteaba algunas cosas que llegaron a fructificar, a pesar de los asesinatos, como la elección popular de alcaldes (hasta entonces eran nombrados por los gobernadores a dedo) y la Asamblea Constituyente, una reivindicación de la UP que en el ‘91 finalmente, cuando la UP ya estaba diezmada, se convocó.

D.: ¿Qué consecuencias tuvo la brutal represión contra la UP en relación a la estrategia de las FARC?

P.S.: Esto influyó decisivamente en las FARC. Todavía se plantean cómo van a confiar en un gobierno que, cuando prometieron que se iban a reintegrar en la vida civil haciendo política, acabaron con todos ellos. Poco después del asesinato de Jaime Pardo Leal (11 de octubre de 1987), las FARC se replegaron al monte y anunciaron públicamente que ya no participaban. La UP se quedó sólo con la gente civil y siguieron exterminándolos. Mientras no se resuelva el caso de la UP y no se acabe con la impunidad que rodea al caso no habrá una posibilidad real de llegar a un acuerdo con las FARC porque tienen miedo de que vuelva a pasar lo mismo.

Los crímenes contra la UP, ante la OEA

"En 1992 se presenta la demanda, se estudia durante cinco años y en 1997, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos decide que se admite a trámite. Eso significa que se le va a pedir explicaciones al gobierno colombiano y se le va a pedir que repare y proteja a los supervivientes del genocidio. La Comisión no dice que se trate de un genocidio político porque la Convención Internacional sobre genocidio no admite las causas políticas, pero sí que dice que guarda todas las semejanzas con lo que comúnmente se denomina genocidio. En 1997 se admite a trámite y se pide, siguiendo el procedimiento del sistema interamericano de derechos humanos, que los supervivientes y sus representantes se junten con el Estado para tratar de llegar a una solución amistosa. En ese proceso se está hasta el año 2006, cuando los familiares deciden romper el proceso de solución amistosa con el gobierno por una serie de motivos, por todos los muertos que sigue habiendo y por un spot publicitario presentado por el equipo presidencial de Uribe en la campaña electoral en el que un tipo dice "Yo fui de la Unión Patriótica y nos fuimos torciendo y empezamos a matar gente. Gracias señor presidente por habernos salvado". Eso provocó la reacción de los familiares y supervivientes y decidieron romper. Ahora el caso pasará a la Corte Interamericana, que sí que dicta sentencias".

PROYECCIONES DEL DOCUMENTAL EN ENERO:

MADRID: JUEVES 29, 19h TRAFICANTES DE SUEÑOS, Embajadores 35, METRO LAVAPIES. Con la participación de militantes exilados de la Unión Patriótica.

VALENCIA: VIERNES 30 , 20:30h GRACENTRO (Plz de la santa cruz 9). Con la presencia del co-director Paco Simón.