Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó
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Municipio de El Bagre, Antioquia
Informe de la comisión de verificación de derechos humanos en el corregimiento de Puerto Claver
24 al 28 de enero de 2016
Aheramigua / Miércoles 3 de febrero de 2016
 

Organización convocante:

Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó –AHERAMIGUA-

Organizaciones acompañantes:

Comisión Nacional de DDHH de Marcha Patriótica

Agencia Prensa Rural

Coordinación Agrominera del Noroccidente y el Magdalena Medio Colombiano

Corporación Acción Humanitaria por la Paz y Convivencia del Nordeste Antioqueño –CAHUCOPANA-

Oficina de Prensa de Marcha Patriótica Antioquia

Red Universitaria por la Paz –REDUNIPAZ-

Asociación Nacional de Victimas de Crímenes de Estado –ASORVIMM-

Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra –ACVC-

INTRODUCCIÓN

La Comisión de Verificación en el corregimiento de Puerto Claver, municipio de El Bagre, Antioquia; está conformada por diversas organizaciones y plataformas de la sociedad civil, las cuales, preocupadas por la crisis humanitaria que se vive en el corregimiento, a causa del escalamiento de la violencia armada durante las últimas semanas, deciden intervenir a través de una acción conjunta directa sobre el territorio afectado.
El objetivo de la comisión fue el de reconocer la magnitud de las violaciones a los DDHH y las infracciones al DIH a través del acompañamiento durante cuatro días a las comunidades que fueron desplazadas forzosamente y la observación en terreno a las veredas amenazadas por los grupos paramilitares y los combates de estos con las FARC.

El presente documento sintetiza la información recolectada por la comisión y pretende socializar ante la opinión pública la grave situación que afrontan las comunidades acompañadas y el inminente riesgo en el que estas se encuentran, a manos de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas, como se conoce al grupo paramilitar que hace presencia en la región.

Primero se hace una mención metodológica que expresa las actividades realizadas por la comisión a través de las cuales se logró obtener la información durante su visita al territorio. Luego se presentará una recapitulación contextual de los hechos acaecidos en Puerto Claver. Adelante se hará una descripción de las condiciones en las que se encuentra la comunidad desplazada en su refugio a la llegada de la comisión y durante su estadía en ella. Posteriormente se explicará el estado en el que se observan las veredas afectadas y de donde proviene la población desplazada.

Al final del documento, y a manera de conclusión, se exponen diversas preocupaciones que la comisión hace visibles, en lo que a la seguridad de las comunidades y la efectividad de sus derechos respecta.

METODOLOGÍA DE LA COMISIÓN

La comisión fue convocada públicamente por la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó –AHERAMIGUA- el 21 de enero de 2015, para ser realizada del 23 al 27 de enero; a esta respondieron las siguientes organizaciones:

Comisión Nacional de DDHH de Marcha Patriótica

Agencia Prensa Rural

Coordinación Agrominera del Noroccidente y el Magdalena Medio Colombiano

Corporación Acción Humanitaria por la Paz y Convivencia del Nordeste Antioqueño –CAHUCOPANA-

Oficina de Prensa de Marcha Patriótica Antioquia

Red Universitaria por la Paz –REDUNIPAZ-

Asociación Nacional de Victimas de Crímenes de Estado –ASORVIMM-

Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra –ACVC-

Se contó además con el acompañamiento internacional de Peace Brigades International –PBI- y la International Action for Peace –IAP-.
Se establecieron tres actividades a realizar durante los cuatro días de estadía en terreno. La primera fue la recepción de denuncias por parte de un equipo permanente en el refugio con el fin de obtener información de fuente directa acerca de los hechos que rodearon la crisis humanitaria. El instrumento de recolección de denuncias fue diseñado por el equipo jurídico de la AHERAMIGUA y se adjunta como anexo al informe.

La segunda actividad se realizó los días 26 y 27, estuvo a cargo de un equipo móvil y tuvo como fin la verificación de las condiciones físicas y de seguridad en las que se encuentran las veredas afectadas mediante el acopio de material multimedia que corroborara lo sucedido. El primer día le correspondió a La Llana, El Castillo y Muquí; el segundo se desarrolló en El Coral y Primavera.

La tercera actividad fue un taller de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario realizado el día 27 de enero en el refugio, dirigido a los líderes de las comunidades presentes con el fin de que estos lo replicaran a ellas.

CONTEXTUALIZACIÓN FÁCTICA

Antecedentes

El corregimiento de Puerto Claver en el municipio de El Bagre, Antioquia, es, al igual que la mayor parte del territorio rural en Colombia, una zona en la que el conflicto armado afecta de manera directa a la población civil. El suelo apto para el cultivo de plantas ilícitas y el subsuelo, rico en oro, lo constituyen en un territorio codiciado por quienes quieren hacerse de su potencial económico.

Si bien en septiembre de 2015 la comunidad de Puerto López, también corregimiento de El Bagre, instó a guerrilla (FARC-EP y ELN), paramilitares (Autodefensas Gaitanistas) y ejército nacional a suscribir un pacto de no agresión para que se respetaran sus derechos fundamentales, tal pacto no incluyó a Puerto Claver, en donde se han venido vulnerando los derechos de la población continuamente.

El 21 de septiembre de 2015, Ángel Zuleta, sobrino del hoy alcalde Ángel Mesa, fue asesinado cuando acompañaba a su tío en las actividades electorales que este realizaba en Puerto Claver, en el sitio conocido como “la ye”, en donde frecuentemente se ubican los grupos armados.

Una semana después el sacerdote Edgar Monsalve Tamayo fue abordado por paramilitares en el recinto de la iglesia católica, dichos sujetos le dijeron que tenía que desocupar el pueblo y que le daban 24 horas para que se fuera. Por tal motivo la parroquia estuvo cuatro semanas sola y abandonada.

A principios de noviembre de 2015, en la cabecera corregimental de Puerto Claver, los paramilitares sustrajeron a dos niñas de la institución educativa, les colgaron letreros en el pecho que decían “por sapas y chismosas” y las obligaron a barrer el parque principal, razón por la que las familias de estas se vieron obligadas a sacarlas del corregimiento. A finales del mismo mes se presentaron dos hechos violentos; el primero, un combate entre paramilitares y FARC que se dio el día 28, dejando como saldo a cuatro paramilitares muertos; el segundo, otro combate entre los mismos actores, el cual se presentó el día 30 y dejó como saldo un insurgente asesinado, a quien los paramilitares cortaron la cabeza y la dejaron clavada al lado de la carretera.

Desde el 23 de diciembre, se presentaron combates entre los paramilitares e insurgentes de las FARC en las veredas La Llana y Muquí, también en la carretera que conduce a La Primavera y a Santa Rosa. Los paramilitares iniciaron los señalamientos a la comunidad como auxiliadores de la guerrilla, por tanto amenazaron con quemar sus viviendas y asesinarlos. También, el 26 del mismo mes, en la vereda Santa Rosa se presentaron enfrentamientos entre paramilitares y guerrilla seguidos de combates entre los primeros y el ejército. A partir de estas situaciones, inicia paulatinamente un desplazamiento forzado de las comunidades hacia la cabecera urbana de Puerto Claver. Como resultado de los anteriores hechos, la comunidad presume que ha habido varios desaparecidos.

El Desplazamiento

El 7 de enero en la vereda La Llana, los grupos paramilitares y las FARC se enfrentan día y noche; los primeros realizan señalamientos a la comunidad de auxiliadores de la guerrilla y amenazan con quemar los caseríos, esto lleva a la comunidad a resguardarse y desde allí, las personas se sienten inminentemente forzadas a abandonar sus hogares, lo cual hacen a primera hora del día 8. El mismo día 7 entre las 10am y las 11am, en el cerro de la Guaca de la vereda El Coral, los mismos actores se prenden en combate.
El 8 de enero de 2016 aproximadamente desde las 9am hasta las 4pm y el 9 de enero durante un lapso similar, en las veredas del Coral y La Primavera se presentan combates entre las FARC y los paramilitares “gaitanistas”, los cuales generan terror en la comunidad y obliga a las personas a resguardarse temerosamente a la espera de una oportunidad para desplazarse hacia la cabecera urbana. Francisco Moreno, hombre de la tercera edad querido y reconocido por la comunidad y su hijo Iván Moreno, fueron secuestrados por los paramilitares el día 8 en el Coral, el padre aún no ha sido liberado o hallado.

El 9 de enero Jair de Jesús Suárez (hermano de Levinson Suárez, miembro de AHERAMIGUA y de la Juventud Rebelde), de 20 años de edad, fue raptado por los paramilitares en El Coral cuando se dirigía con un menor a la casa de un vecino de la tercera edad al que llevaba comida y acompañaba continuamente a dar caminatas. En la tarde, su esposa, creyendo que este se encontraba cerca, lo llamó con gritos que fueron respondidos por voces desconocidas que de manera soez la instaban a callar. Al poco tiempo, la mujer se encontró al menor con el que Jair se encontraba, este le informó que al joven lo tenían los paramilitares amarrado y que lo habían torturado hiriéndolo en todo el cuerpo. Al finalizar la tarde, escondida, vio cómo hombres armados trasladaban a su esposo por el campo; al sentir temor de llamarlo optó por huir hacia el casco urbano. Jair estuvo retenido un tiempo junto a otros dos hombres que posteriormente fueron liberados.

EL REFUGIO

El 24 de enero, arribó la comisión a la Casa del Adulto Mayor de Puerto Claver y encontró en el refugio más de 500 personas desplazadas, las cuales provienen de las veredas El Coral, Muqui Arriba y Muqui Abajo, El Oso, La Primavera, el Castillo y La Llana. En ese momento, en medio del campamento se desarrollaba con la comunidad una reunión presidida por el alcalde Ángel Meza, en la cual había presencia de efectivos de la policía y el ejército, quienes portaban siempre sus armas largas y cortas; en este espacio se hizo persistente la necesidad por parte de la policía, de tener presencia permanente en el territorio, de la misma forma que la situación humanitaria se resolvía con más militarización al interior de todo el corregimiento. Los miembros de la comisión se presentaron e hicieron públicas sus preocupaciones respecto a las amenazas, los desaparecimientos y la forma como se ha tramitado el asunto desde las instituciones estatales.

Al ser abandonado el recinto por la administración municipal y la fuerza pública, la comisión procedió a establecer diálogo con los líderes comunitarios, quienes entregan un informe de la situación actual y lo sucedido desde el 7 de enero de 2016 con combates entre el grupo guerrillero FARC-EP y los paramilitares, tal como se manifiesta en la contextualización presentada en este documento. Además se entrega el censo que los líderes tienen de los desplazados presentes en el refugio de la siguiente manera (este censo no incluye a las familias que huyeron del corregimiento con rumbo indeterminado):

El Coral: 84 personas desplazadas.

Muqui Arriba: 15 personas.

Muqui Abajo: 71 personas.

El Oso: 50 personas.

La Primavera: 90 personas.

El Castillo: 92 personas.

La Llana: 109 personas.

Posteriormente un equipo de la comisión fue designado para la recolección de denuncias los días 25, 26 y 27; éste, logró aplicar solo 20 instrumentos a causa, fundamentalmente, del temor constante que las víctimas tienen a sufrir retaliaciones por parte de los violentos, los cuale,s según los mismos desplazados han incursionado en el corregimiento y en el refugio varias veces sin impedimento alguno.

El 26 de enero, con un despliegue de tropas se presenta en las instalaciones del campamento el Coronel Murillo del ejército para hablarle a la comunidad informando que se han tomado las partes altas de las veredas afectadas y que es seguro volver (lo cual contrasta con las informaciones de los pobladores, quienes sostienen que los paramilitares aún se encuentran escondidos en las partes bajas). Por otro lado, de manera insensible asegura que los cuerpos encontrados en la vereda El Coral pertenecen a los tres desaparecidos, esto genera un fuerte impacto en las familias de los mismos que se encuentran en el refugio.

Los días 25, 26 y 27, el ejército nacional, dentro del campamento en donde se alojan los desplazados, realiza la entrega de las ayudas que los gobiernos regionales y municipales envían a las víctimas, esta presencia constante se constituye en un escalador del riesgo en la población víctima en cuanto a que esta podría ser vista como objetivo militar por los demás actores armados. Por otro lado, la presencia de agentes de inteligencia tomando registros multimedia junto con los efectivos, también amedrenta a los líderes a la hora de confrontar argumentativamente a la fuerza pública.
En el taller de DDHH realizado el día 27, fue indiscutible el desconocimiento de los derechos y de los mecanismos de protección de los mismos, lo cual se constituye en un obstáculo en la construcción de paz en la región.

LAS VEREDAS AFECTADAS

La Llana, El Castillo y Muquí Abajo y Muquí Arriba

Estas veredas se visitaron el 26 de enero. Si bien, no sufrieron directamente los rigores del combate, fueron abandonadas por los pobladores fundamentalmente a causa del temor que generaron tanto los enfrentamientos cercanos como las amenazas paramilitares de hacer arder sus casas.

Se evidencia una ausencia total del Estado en estos territorios, las escuelas se encuentran en un estado de deterioro absoluto y la única presencia de éste ha sido a través de sus FFMM que en muchas ocasiones lo que genera es más victimización al interior de las comunidades.

Así, durante el recorrido hecho por equipo de la acción humanitaria, éste se encontró con miembros del Ejército Nacional muy cerca del casco urbano, en la vereda el Castillo, quienes no portaban reglamentariamente el uniforme (en cuanto a identificación e insignias) y se hallaban acantonados en las viviendas y en las fincas, durmiendo en las hamacas y vistiendo de civiles.

Así mismo, existen denuncias que manifiestan que el ejército entró a las fincas y en una de ellas aprovechándose de su autoridad y el abandono del predio, sustrajeron cachamas, gallinas y varios terneros.

La primera vereda en visitar fue Muqui Arriba, en la que la comisión tuvo un encuentro con el presidente de la junta de acción comunal, quien manifestó tener poco conocimiento de la gente que se había desplazado porque hacía días que no se encontraba en la vereda por cuestiones de salud. En esta vereda no han habido saqueos ni enfrentamientos, sin embargo hay mucho temor. Allí se visitó una casa en donde estaba toda la ropa extendida en los alambres en donde se pone a secar esta luego de lavarse, acreditando que cuando se desplazaron los habitantes no habían tenido tiempo de recoger nada; se encontró también un perro abandonado y algunas gallinas dispersas en los alrededores.

Algunas personas ya han retornado a la vereda, no obstante y casi un mes después de haber iniciado el calendario escolar, no ha llegado profesor para la escuela, aunque si llegara, no habría certeza de que las familias se atrevan a mandar los niños a estudiar a causa del temor por la distancia a la que se encuentra la institución de los hogares.

Luego se visitó Muquí Abajo. Allí habían 16 casas desocupadas y muy pocos habitantes.

En la vereda La Llana se encontraron 13 viviendas solas, y las personas que permanecen lo hacen conscientes de que corre peligro su vida, están resignadas.

La Primavera y El Coral

El día 27 la comisión visitó las veredas Coral y primavera. En estas dos veredas fue en donde se presentaron los enfrentamientos más fuertes y de donde han desaparecido a tres personas sin que a la fecha se sepa su paradero.

En el caserío de El Coral se encontró un gato y algunas gallinas. Todas las casas estaban cerradas y solas. Se evidenciaba que por medio de una estufa improvisada algún actor armado había consumido varias gallinas. En otras casas había bolsas vacías de los empaques en donde Ejército carga sus provisiones. En una casa fuera del caserío se halló a un perro abandonado, una nevera destruida y ollas en el suelo.

En otra casa más alejada el ganado y las gallinas estaban abandonados y mal alimentados además había un gato muerto. En una casa un a mayor distancia se halló a un gato muriendo de hambre y unas plataneras cortadas. Una de las camas estaba desordenada y untada de barro.

Ya en camino a la vereda El Coral se ingresó a la casa del señor Francisco Moreno, de 82 años, quien es una de las personas desaparecidas, presuntamente encontrado en una fosa al lado de su casa, dicha fosa estaba rodeada con cinta de la Fiscalía, también se hallaron los uniformes de miembros del CTI - Fiscalía General de la Nación usados para las exhumaciones tirados de manera bastante cuestionable. Aún se desprendía un olor nauseabundo. Cerca estaba el árbol en donde según algunos testimonios, los paramilitares amarraron a varios campesinos, ahí mismo quedaron un martillo y unas ollas. La casa del señor Francisco estaba totalmente revolcada, las camas, las sillas y las mesas quebradas; la cosecha de arroz regada y destruida totalmente; la basura también tirada y las ollas de la cocina votadas por todas partes junto con los platos.
Luego, en el camino está la finca de Francisco Barbutín, en donde estaba instalado el ejército con sus uniformes portados de manera irregular, al parecer descansando. Uno de los soldados se acercó a informar que el comandante quería hablar con el equipo, así que se pidió al acompañamiento internacional de IAP que interlocutara con él; finalmente el comandante llegó media hora después del requerimiento hecho por el soldado.

El comandante informa con tono agresivo que ya la zona está tranquila y que la comisión debe ayudar para que los campesinos regresen, ya que “se fueron porque quisieron”, que “no se debieron de ir”, porque “allá no está pasando nada”, “a la vereda llegan unos bandidos, hacen de las suyas, se visten de civil y se van”, “ya la vereda está poblada otra vez”, “se ven luces prendidas en la noche y escuchan música a alto volumen”. Ultimadamente el comandante le dice alega al acompañamiento internacional que ellos no hacen nada por los campesinos y que “no traen ayuda de sus países”, que el ejército en cambio sí está ayudando, dándoles comida.

Posteriormente quedó en evidencia que el ejército tenía un par de gallinas amarradas como abastecimiento, evidentemente la única manera para que estas estén ahí es que las hayan tomado de alguna de las casas de los campesinos que se han desplazado. También la casa del señor Barbutín está saqueada, perdiendo entre otras cosas ollas, platos y vasos.

La última casa visitada fue la finca donde vivía Jair Suárez, uno de los desaparecidos. Es la casa que más destruyeron los paramilitares, dejando mensajes en las paredes y los árboles, que dicen: “muerte a colaboradores” “muerte a Guerrilleros” “vencer o morir” “el paisa” “AGC” “El manco”.
El gallinero fue completamente saqueado, así como los peces de los lagos. Los colchones fueron destrozados de la misma forma que la ropa y las demás pertenencias de Jair y su esposa, quienes vivían en aquélla casa hace 4 meses y trabajaban allí.

CONCLUSIONES

1. Las dificultades para el retorno son evidentes ya que, como se estableció en el informe, las unidades del ejército, en actitud pasiva, se encuentran en las partes altas de los territorios mientras los paramilitares están en las partes bajas escondidos.

2. Hechos como el acantonamiento de tropas al interior de viviendas y centros poblados, el porte irregular de insignias e identificaciones en los uniformes de los efectivos y el saqueo o uso abusivo de los enseres de los desplazados, constituyen infracciones al Derecho Internacional Humanitario.

3. La presencia de uniformados en el campamento humanitario puede poner en riesgo a la población desplazada al volverla objetivo militar, además puede revictimizarla en cuanto a que esta se desplaza forzosamente huyendo de actores violentos y viene a encontrarse en el refugio con nuevos actores, que al estar armados, simbólicamente reflejan violencia.

4. Las víctimas reconocen la presencia constante de paramilitares o colaboradores de estos tanto en la cabecera de Puerto Claver como en el refugio, esto ha sido la talanquera para que hayan denuncias efectivas de los hechos ocurridos.

5. El accionar paramilitar se reconfirma en los hechos sucedidos en Puerto Claver, teniendo en cuenta que una de las víctimas, Jair Suárez, es hermano de Levinson Suárez, miembro de AHERAMIGUA, y participó activamente en el Paro Agrario de 2013, con lo que se configura la connotación política del accionar del grupo armado.

6. El retorno de las comunidades a sus hogares está lejos de ser garantizada por la simple presencia de las fuerzas armadas, se requiere de una presencia estatal que realmente garantice la salud, educación, vivienda digna, trabajo en el campo y demás derechos fundamentales que han sido negados históricamente en esta región.

7. La educación en derechos es una necesidad perentoria para la construcción de paz en la región y la garantía de los derechos de la comunidad.