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Algunas de las contradicciones sobre paz en el gobierno Santos
Marcha Patriótica Magdalena Medio / Miércoles 2 de marzo de 2016
 

Por estos días se viene vociferando la situación por la cual están pasando los niños de la comunidad indígena Wayuu, más exactamente en el territorio de La Guajira, por los fallecimientos por desnutrición que se han presentado, es decir por el abandono estatal.

Cabe anotar que es inaudito que esto ocurra en un país del que se dice tiene la democracia más participativa y más avanzada de Latinoamérica, esto según los medios de comunicación de los padres de la Patria. Entre otras cosas ante tal situación la culpa ahora es del fenómeno del niño, desgarradora presentación que se hace ante el mundo y penosa a la vez ya que esto no ocurre ni en el Estado Venezolano en donde, según los medios, hasta el papel higiénico escasea.

No pudieron seguir tapando tal irresponsabilidad de las políticas del gobierno emanadas de los ilustres representantes del pueblo en el Congreso de la República, es de tal magnitud esta atrocidad que desbordó las estadísticas de niños muertos por falta de comida, clara violación a los derechos de los infantiles indígenas.

Se hace necesario analizar algunos datos, publicados en medios, para que cada quien conceptúe sobre esta situación:

El Espectador publicó el 26 de marzo de 2014:
Cerca de 3000 niños han muerto en la Guajira en 6 años
La mayor parte de los niños muertos son indígenas, esto obligó al Director de Planeación de La Guajira, Cesar Arismendi, a tutelar al Estado para que proteja a la niñez del departamento. De acuerdo con Arismendi entre 2008 y 2013 han muerto 2969 niños menores de 5 años en La Guajira, quienes en su mayoría pertenecían a comunidades indígenas como los Wayuu, Wiwa, Kogui, Arahuaco y Kankuamo, con la acción de tutela el funcionario le solicita al Estado garantizar la vida y la salud de los niños del departamento. Anteriormente el Director de Planeación había instaurado una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación por la muerte de 278 niños a causa de desnutrición por lo que pidió una investigación para esclarecer la responsabilidad del Estado por el fallecimiento de los menores.

La Otra Versión publicó el 8 de febrero de 2016:
La crisis social en La Guajira se traduce en 15 mil niños en situación de desnutrición
Por su parte activistas y voceros de las organizaciones indígenas siguen denunciando que el desabastecimiento de agua y la escasez de alimentos causaron el fallecimiento de 4770 pequeños, de origen Wayuu, durante los pasados 8 años. Las alarmantes cifras de niños muertos en La Guajira se mantienen en un promedio muy cercano al de Ruanda, en África, en donde la tasa de mortalidad de menores de 5 años por cada 1000 nacimientos es de 55, de acuerdo con una tabla que publicó el Banco Mundial, La Guajira está en 45 por cada 1000 nacimientos. La médica pediatra estadunidense, Alicia Genisca, quien ha viajado por el mundo combatiendo la desnutrición afirma que la experiencia de desnutrición en Colombia es igual que en Etiopía, la diferencia es que Etiopía por décadas ha sido el país que todo el mundo conoce por desnutrición y el mundo no sabe que también hay una crisis de desnutrición en La Guajira.

A todas estas nos preguntamos ¿Qué han hecho nuestros gobernantes?
Por ejemplo en la administración de José María Ballesteros Valdivieso, el “Chema” de Opción Ciudadana desde 2012 a 2015, su campaña estaba basada supuestamente en la solución al problema de agua potable y la reorganización de los programas de alimentación nutricional para controlar la desnutrición y la mortalidad infantil. El Chema remplazó a Juan Francisco “Kiko” Gómez, quien fue destituido e inhabilitado por 12 años para ejercer cargos públicos por parte de la Procuraduría y recluído en cácerl La Picota sindicado de varios crímenes. Todo esto indica que el Estado colombiano y sus instituciones conocían de tan aberrante situación de muertes infantiles; es bastante sospechoso que hasta ahora se comience a divulgar por los medios esta situación, ¿Qué habrá de tras de toda esta realidad ignorada por las instituciones del Estado?

Todos estos sucesos aportan más que suficientes razones para comenzar a mirar otras posibilidades para cambiar las inoperancias políticas económicas y sociales, ya que se deben realizar cambios estructurales y no reformas con pañitos de aguas tibias. Es menester preguntarnos:

  • ¿Qué vamos a hacer con el sistema de atención en salud que ya colapsó?
  • ¿Qué vamos a hacer con el futuro de la empresa más rentable de los colombianos Ecopetrol?
  • ¿Qué vamos a hacer con las nuevas políticas creadas en el tema agrario, en el tema de tierras?
  • ¿Qué vamos a hacer con la creación de las ZIDRES?
  • ¿Qué vamos a hacer con las políticas de minas y energías decretadas por el Gobierno?
  • ¿Qué vamos a hacer con las medidas represivas,de persecución y estigmatización a la libre expresión, contra el Estado Social de Derecho?
  • ¿Qué vamos a hacer contra las medidas carcelarias de hacinamiento y de violaciones a los derechos de los internos?
  • ¿Qué vamos a hacer ante la falta de investigación, de veracidad, de objetividad, de independencia y frente a la tergiversación de los medios de comunicación privados?
  • ¿Qué vamos a hacer ante las medidas tributarias que están cursando?

Estas preguntas, entre muchas otras, claman por transformaciones profundas que tiene que llevarse a cabo con la presencia y participación directa de la población colombiana y no por los pensares de unas pocas personas. El espacio más propicio para que se puedan comenzar a avizorar esos cambios es mediante una Asamblea Nacional Constituyente ya que ésta es participativa e incluyente ¡Hay que realizarla ya!

Porque nuestro pueblo merece mejor trato:
¡Asamblea Nacional Constituyente ya!