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Colombia: Entre sangre y mentiras militaristas (Parte I)
Gloria Cuartas, ex alcaldesa, luchadora y líder de Colombianos por las Paz rechaza las acusaciones de Uribe de pertenecer a un “bloque intelectual de las FARC”.
Dick Emanuelsson / Miércoles 11 de febrero de 2009
 
Gloria Cuartas, una acompañante solidaria y permanente de la Comunidad de Paz. / Autor: CSJA

Gloria Cuartas, una líder popular y ex alcaldesa de Apartadó, la capital de la región bananera de Urabá, ha recibido un reconocimiento mundial de la Unesco por su trabajo en pro de la paz en esa región del departamento de Antioquia.

Pero su labor por la paz y la justicia social no es muy bien vista por el presidente Álvaro Uribe, quien el 7 de febrero del 2009, después de que la organización Colombianos por la Paz logró un acuerdo con la guerrilla de las FARC para que esa organización insurgente liberara unilateralmente cuatro uniformados y dos políticos, catalogó a personas como Gloria Cuartas, Piedad Córdoba y varios colegas periodistas como integrantes de un “bloque intelectual de las FARC”.

En una larga entrevista, Gloria Cuartas habla a este reportero sobre el valor político de la entrega por parte de las FARC-EP de los seis colombianos retenidos por la guerrilla. La luchadora colombiana también subraya que Colombianos por la Paz no quieren entrar en una polémica con Uribe y la usual acusación de que la oposición colombiana cualquiera en Colombia es afín a la guerrilla.

En las otras dos partes de la entrevista, que se publicarán en días siguientes, habla sobre la región bananera de Urabá, un laboratorio militarista en donde el estado colombiano usó el paramilitarismo y una parte de la desmovilizada guerrilla del EPL llamada Esperanza, Paz y Libertad, para imponer con sangre y fuego el modelo que hoy es generalizado en Colombia: “seguridad democrática”.

El centro de esas operaciones sangrientas fue Apartadó, donde Gloria Cuartas era la alcaldesa, elegida en una lista de unidad llamada Consenso por la Paz. Fue testigo de más de 1.200 muertes, entre ellas la del flaco César Augusto, de sólo 12 años, a quien una mañana los paramilitares le quitaron la cabeza con un machetazo y se la tiraron a Gloria ante todos los alumnos de la escuela.

Habla en la tercera parte de la entrevista de 70 minutos sobre la alianza entre las AUC, el general Rito Alejo del Río de la 17 Brigada del Ejército y los reinsertados de Esperanza Paz y Libertad; y cómo esa alianza al servicio al capital colombiano, principalmente del banano y las transnacionales, en primer lugar la Chiquita Brands Co, introdujo un nuevo régimen al estilo neoliberal en Urabá. Para lograr eso, esa alianza tuvo que aniquilar la fuerte federación sindical del banano, Sintrainagro, en donde fueron asesinados los dirigentes bananeros con afiliación comunista o de la Unión Patriótica.

Sintrainagro se convirtió en un servidor del militarismo y el capital nacional y foráneo con lideres de Esperanza Paz y Libertad y su grupo paramilitar, Comandos Populares, en cabeza. No era una casualidad que Guillermo Rivera, presidente de Sintrainagro, enviara un saludo de homenaje al general Rito Alejo en un acto de solidaridad con el general en el hotel del Ejército en Bogotá, después de que el gobierno del presidente Ernesto Samper se viera obligado a despedir al general por las fuertes presiones nacionales e internacionales. El señor Rivera no estaba solo: el gobernador entonces del departamento de Antioquia, al cual pertenece la región de Urabá, Álvaro Uribe Vélez, también habló en el acto en el Hotel Tequendama calificando al general como “el Pacificador de Urabá”.

Es el mismo general que ha sido sindicado por cuatro altos jefes paramilitares, entre ellos dos que operaban en la zona de Urabá, máximo responsable por escuadrones de la muerte como Los Mochacabezas, por ser el enlace y facilitador de los grupos paramilitares de las AUC en Urabá. Gloria Cuartas alerta a la opinión pública que el nuevo Procurador de Uribe exige a la fiscalía colombiana liberar al general Alejo porque dizque no hay pruebas suficientes para mantenerlo preso.

En este momento están dando la telenovela “El cartel de los sapos” en casi toda América Latina y el Caribe, en donde los autores glorifican a Carlos Castaño, el entonces máximo jefe de las AUC, como un personaje “limpio y sano” que no quería “manchar a las AUC con el narcotráfico, violando los ideales por los cuales fueran creadas las AUC”.

Semejante violación de la verdad y realidad colombiana en donde el paramilitarismo no solamente se financiaba y se financia del narcotráfico, sino que tiene toda su hoja de vida manchada de sangre, sangre de los 1.200 inocentes colombianos muertos que Gloria Cuartas presenció en su interminable lucha por justicia, verdad y castigo a asesinos como el general y sus peones en las AUC.