Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó
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Violencia en El Bagre (Bajo Cauca antioqueño)
Actos violentos en zona rural y urbana de El Bagre obligan a los habitantes a instalar un campamento de refugio humanitario desde el 28 de junio y por término indefinido en Puerto López
Bibiana Ramírez / Sábado 2 de julio de 2016
 
Calle de Puerto López. Foto Bibiana Ramírez.

Puerto López parece un desierto, dicen algunos que lo han visitado en los últimos días. Y es que los enfrentamientos entre los grupos armados en este corregimiento de El Bagre, en el Bajo Cauca antioqueño, han generado temor y angustia en los habitantes una vez más. Durante unos quince años la violencia ha rondado por sus calles y veredas. Y en los últimos tiempos se han incrementado las muertes, retenciones, extorsiones y amenazas por medio de panfletos.

El Bagre comprende una extensión de 1.563 Km², donde habitan cerca de 50 mil personas. La mayoría se dedican a la minería y al cultivo de hoja de coca, aunque la agricultura y el comercio son parte importante de la economía en el Bajo Cauca. Por las riquezas que se esconden en esta zona, sus pobladores se han visto amenazados de despojo y han estado en medio del fuego cruzado entre paramilitares, Ejército, FARC y ELN.

Las cifras de los últimos censos nacionales e informes de derechos humanos oficiales dicen que la violencia deja en El Bagre en promedio 26 asesinatos al año y alrededor de 18 mil desplazados.

Dadas las amenazas por parte de grupos armados ilegales frente a las denuncias, las organizaciones sociales que allí trabajan dicen que la cifra podría ser tres veces mayor. Muchas muertes o desapariciones no son denunciadas y se quedan en la impunidad por el miedo que está instalado y porque verdaderamente son amenazados.

Región estratégica

Puerto López está ubicado en la Serranía de San Lucas y tiene conexión con el nordeste antioqueño y el sur de Bolívar. Cuenta con tierras productivas para la agricultura, el oro y el agua abundan, lo que convierte al corregimiento en un lugar codiciado. El río Nechí es la arteria fluvial más importante de la zona.

Los cultivos de coca y la minería han logrado que esa disputa sea violenta y distintos grupos armados quieran el control del territorio. Allí, por ejemplo, fue donde a finales de los 90 se ubicó el principal centro de operaciones de un grupo de paramilitares a cargo de Carlos Mario Jiménez, alias Macaco. Más tarde, pasaría a ser el Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia, llamado después Autodefensas Gaitanistas o Clan Úsuga.

Desde principios del 2000 paramilitares del Bloque Mineros, a cargo de Ramiro “Cuco” Vanoy, generaron el desplazamiento de cientos de campesinos que, atemorizados, huyeron de la violencia. Desde hace cuatro años empezaron a retornar a sus fincas, pero lo que se encontraron es que nada ha cambiado. Por el contrario, se agudiza la crisis humanitaria.

Las extorsiones a negociantes son la constante. El río Nechí ha sido el gran escenario para todo tipo de actos delincuenciales y se ha convertido en un peligroso corredor. Los mismos habitantes cuentan que hombres encapuchados y armados navegan por el río y al menor descuido despojan a sus víctimas de sus pertenencias o, en el peor de los casos, los asesinan.

A finales de abril remataron al ex concejal Wilson Hoyos Olano cuando lo llevaban en una lancha a El Bagre para intentar salvarlo, después de haber sido herido en el corregimiento Puerto Claver por no pagar la vacuna. Este año, en Puerto Claver y Puerto López van siete asesinatos, muchos de ellos por no pagar las vacunas. También es persistente la persecución y asesinato a líderes sociales.

El interés principal en El Bagre y en todo el Bajo Cauca es exprimir todas las tierras, sacarles su esencia, su materia madre hasta dejarlas inútiles. Muchas multinacionales mineras tienen el ojo puesto allí pero no han podido entrar a estas veredas porque saben que hay presencia guerrillera y que ésta no ha permitido el paso a la explotación.

Comunidades intentan frenar la violencia

En agosto del año pasado más de cinco mil personas salieron a manifestarse contra los actos violentos que se estaban presentado por esos días en Puerto López. La misma comunidad creó diez acuerdos o pactos para la sana convivencia, que fueron firmados por los grupos armados y los líderes sociales.

Sin embargo, firmado el pacto, a finales de septiembre, en medio de un evento público, hubo enfrentamientos entre el ELN y los paramilitares, que dejaron un muerto y varios heridos, lo que hizo que toda esperanza se esfumara y aumentara la violencia. Los acuerdos se rompieron.

A principios de abril de este año se vuelven a presentar enfrentamientos que dejaron dos muertos y tres heridos. Desde tempranas horas los disparos generaron tanta angustia que la gente no pudo salir de sus casas en varios días. Después empiezan a circular panfletos, una lista con los nombres de 70 personas que podrían ser asesinadas y por temor los estudiantes han dejado de ir a clases. Se habla también de un bloqueo económico en el corregimiento. Esto ha hecho que la gente se desplace lentamente y abandone sus casas.

A finales de mayo los habitantes de Puerto López realizaron una vigilia por la paz. En un acto simbólico, en el parque, pidieron respetar la vida y finalizar la violencia que los ha mantenido paralizados.

Refugio humanitario

Con el fin de visibilizar esta situación y para asegurar la permanencia en los territorios, la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó (Aheramigua) viene preparando, desde hace meses, un refugio humanitario en Puerto López.

La concentración comenzó el lunes 27 de junio con una movilización de unas 1.500 personas en las principales calles de El Bagre para reivindicar la vida y hacer un homenaje al líder de Aheramigua William Castillo, asesinado el 7 de marzo de este año. Y desde el martes 28 de junio es declarado el refugio humanitario en el corregimiento Puerto López. 200 personas están permanentemente allí.

Un campamento de refugio humanitario es un espacio donde se asientan las comunidades a partir de la urgente necesidad de proteger la vida e integridad en una situación crítica de violación de derechos humanos. Está protegido por el Derecho Internacional Humanitario. Allí se atienden las necesidades de las comunidades, se investigan los hechos y se exige al Estado garantías de permanencia en el territorio. El refugio no tiene plazo definido: dura hasta que se llegue a un acuerdo con el Gobierno. En Puerto López, el refugio busca generar un espacio de formación en derechos humanos, veeduría ciudadana, recoger denuncias y actividades culturales, lúdicas, deportivas y pedagógicas.