Asociación Campesina del Catatumbo
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Nuevo desplante al campesinado de Catatumbo: Gobierno prefiere dialogar con intermediarios
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Domingo 31 de julio de 2016
 

Después del desplante que el Gobierno Nacional le hizo al campesinado del Catatumbo en la última sesión de la Mesa de Interlocución y Acuerdo (MIA-Catatumbo) el pasado 28 de julio [1] y a pesar de la crisis a la que el ejecutivo ha conducido la mesa de manera dolosa, los hechos sucedidos el viernes 29 no cambiaron el rumbo de lo dispuesto por el gobierno, al contrario confirmaron que la administración Santos no está pensando en la paz como el concurso amplio de la pluralidad de sectores sociales y populares en las regiones. Al parecer este gobierno quiere hacer la paz sin abrir espacios de participación política a sectores con capacidad para disentir con propuestas, pareciera que el ejecutivo quisiera hacer la paz sin sus verdaderos protagonistas.

Los ministros del interior y agricultura convocaron en el municipio de Tibú a un reducido grupo de personas con escasa representatividad, quienes junto con algunas autoridades locales como el gobernador (William Villamizar) o los alcaldes del Tarra (José de Dios Toro) y de Tibú (Alberto Escalante) se prestaron para reproducir un espectáculo lamentable para la democracia, aquello, lejos de ser un ejercicio ciudadano de debate y construcción participativa de la paz territorial, parecía más un séquito de aduladores que bajo la promesa de un acaudalado presupuesto para la paz se congraciaban con un gobierno cuyo interés está centrado en neutralizar la organización social y sus ejercicios de movilización.

Cabe anotar que de manera reiterada el campesinado ha exigido de los gobernantes locales una presencia activa en la MIA, sin embargo su ausencia negligente ha sido lo único que los ha distinguido del Gobierno Nacional. En contraste con ello más de 500 campesinos advertidos del montaje que orquestaba el ejecutivo, decidieron hacer presencia en dicho evento exigiendo un espacio para disentir construyendo paz y reconciliación; lamentablemente el gobierno le cerró nuevamente la puerta del diálogo directo con la gente y prefirió las lisonjas de intermediarios oportunistas que quieren “enmermelarse” con la paz, para la gente del común no hubo espacio, para el diálogo directo no hubo voluntad.

La represión, la intimidación y el uso potencial de la maquinaria de muerte fue lo único que se encontró en aquel reciento: el Esmad hizo gala de su ya acostumbrada brutalidad, los francotiradores que asesinaron a los cuatro mártires del Catatumbo volvieron a apostarse sobre la movilización con la amenaza constante de disparar, la provocación de los agentes de la SIJIN persistió sin éxito en tornar violento aquel ejercicio de movilización ciudadana.

Mientras las masas coreaban verdades al tenor del grito indignado del campesinado, los parlantes del gobierno reproducían desvergonzados elogios y fútiles promesas de mansedumbre ante el ejecutivo. Ante lo bochornoso del hecho los ministros salieron con paso apresurado por la puerta de atrás, dándole la espalda a la gente y a sus problemas, esperando tal vez que la claridad de las demandas se disipara con el sol y la fatiga, para así ellos poder llevarse a Bogotá el recuerdo de la complacencia servil con la que les atendió su escasa clientela.

Basta leer la más reciente estrategia militar de la supuesta “lucha contra el narcotráfico” para entender porqué el gobierno está asumiendo una táctica de clonación de organizaciones sociales con el ánimo de cerrarle las puertas a la gente que opina con criterios propios [2]. Viendo lo ocurrido en aquella jornada, se podría pensar que el ministro Cristo cree que la paz es la reconciliación de las clientelistas políticas del departamento bajo su tutela. La paz le pertenece a todos y si en algún momento deja de ser así, aquello ya no será paz.

La conciencia del campesinado lo llevó a movilizarse con contundencia en menos en 12 horas, el valor y la disposición para construir la paz siguen siendo el mayor aporte del campesinado Catatumbero. La guardia campesina demostró nuevamente ser un colectivo capacitado para defender los derechos humanos frente a las provocaciones e intimidaciones de la fuerza pública.

Se le exige al Presidente Santos y a los Ministros Cristo e Iragorrí que ya es tiempo de acceder al diálogo directo con las comunidades. Probablemente van a escuchar cosas que no siempre serán de su agrado, pero sin embargo pueden estar seguros de que el debate y la divergencia fundamentada se construyen más que con los confortables mínimos de las clientelistas políticas sedientas de mermelada. Se solicita nuevamente una reunión tripartita entre garantes, gobierno y campesinado, y no más retrasos sobre esta petición.

Presidente Santos: cúmplale al Catatumbo. La paz se construye con las comunidades.

[2Ver: Resolución 3080 de 2016. Título IV, numeral 4.2. Este documento orienta a los agentes militares y de acción integral la creación de organizaciones campesinas.