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Tergiversación por aplicación de sentencia que ordena igualdad en los colegios
Agencia Prensa Rural / Jueves 11 de agosto de 2016
 

Cada vez chocan más las posturas de la sociedad colombiana en cuestiones de inclusión e igualdad de género.

En estos días se ha desatado una polémica por unas supuestas cartillas que según sectores conservadores han atribuido al ministerio de educación nacional (MEN). En ellas se encuentran imágenes de padres del mismo género con hijos. Hay más material que está circulando en la red. Lo cierto es que la Ministra de Educación ha desmentido la distribución de este material en colegios.

Según Parody, las cartillas son material para adultos que se puso a circular a nombre del MEN por parte de unos sectores que no están de acuerdo con la sentencia de la Corte Constitucional que habla sobre la no discrimación hacia los estudiantes por el desarrollo libre de su orientación sexual, generando así una campaña de terror y desinformación.

La Ministra dejó claro que respeta el manual de convivencia construido por cada institución educativa. Sin embargo, el trabajo con cada secretaría de educación e instituciones es el de garantizar que no se discrimine de ninguna forma a los estudiantes.

Con este tipo de campañas se hace daño a la democracia y se informa de una manera tramposa las normas de inclusión por los que muchos han dado sus vidas.

Doble moral es la que se mantiene con estos temas, cuando no se reconoce la Constitución del 91, que dice en el artículo 13:

“Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.

El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados”.

Lo que causa preocupación es que algunos sectores de la sociedad colombiana se aterren con la inclusión e igualdad de derechos pero no cuando los niños se mueren de hambre en la Guajira, mientras muestran su descontento por la adopción igualitaria. Estas posturas no contemplan que dos personas del mismo género compartan derechos económicos o se puedan casar y en su cabeza no cabe la utilización de baños mixtos.

Y que decir sobre la visión de la mujer que mantienen estos sectores, que debe ser sumisa y además es un ser frágil que hay que tutelar porque su cuerpo no les pertenece y mucho menos su voluntad reproductiva, cercenando así su libre pensamiento y desarrollo, involucrando al estado, la moral y hasta la iglesia en una decisión que solo les compete a ellas.

“Del dicho al hecho hay mucho trecho”, entonces la sociedad colombiana para la construcción de paz y democracia debe entender que todos somos iguales y para ello una parte fundamental la jugará la educación.