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Mirador
¿Quién es el Montesinos?
Carlos A. Lozano Guillén / Miércoles 4 de marzo de 2009
 

Alberto Fujimori, ex presidente del Perú, sólo tuvo a su lado un Montesinos, personaje siniestro que no se podía considerar bufón del mesías, porque su función era espiar a todo el mundo, «propios y extraños», a través de un organismo de inteligencia del Estado (policía política del régimen). Montesinos acopiaba cantidad de información. Miles de grabaciones telefónicas para conocer la actividad de los opositores y críticos, pero también de sus amigos oficialistas, sin excluir ministros y altos funcionarios. En los últimos casos, para tener información privilegiada de uno u otro pecado de sus colaboradores a fin de garantizar la lealtad en momentos de dificultades.

En Colombia varios analistas y voceros de la oposición comparan al presidente Uribe Vélez con Fujimori, expulsado del Gobierno por el pueblo, después de que conoció las mieles del poder, la reelección y una aparente aceptación en todas las encuestas durante bastante tiempo. Por supuesto que existen coincidencias que el uribismo se niega a reconocer, incluyendo el mesianismo, el autoritarismo y la tendencia a descalificar a sus críticos de la forma más grosera y alevosa. También los une la concepción militarista, unida al concepto de «seguridad» a toda costa, no importa si es necesario vulnerar la democracia, la Constitución y las leyes.

En Colombia no es difícil identificar al Fujimori en la Casa de Nariño o «Casa de Nari», como la nombran con tanta confianza los ocasionales visitantes paramilitares que participan en reuniones secretas y no muy santas con altos funcionarios, cercanos a la oficina presidencial. Aunque no se puede decir que exista un solo Montesinos, porque la sospecha es que no es uno: son varios, a diferencia de Perú. Por lo menos tres funcionarios de la «Casa de Nari», no sólo José Obdulio Gaviria, salieron a dar explicaciones y a negar su intervención en las escuchas y chuzadas telefónicas del DAS, policía política del régimen.

Sin duda que son varios los Montesinos como también los bufones de la casa presidencial, algunos ya en campaña presidencial, pero llama poderosamente la atención la reciente «denuncia» de José Obdulio del almuerzo que la semana pasada sostuvieron el director de Semana, Alejandro Santos y el fiscal Mario Iguarán, según dijo para conspirar contra el Gobierno. El almuerzo ocurrió porque la Corte Suprema de Justicia le solicitó a Iguarán conversar con Santos sobre la revelación que sacudió al país la semana pasada por las chuzadas del DAS, aunque Gaviria le puso el picante del trago y de la conspiración. Lo que salta de bulto es que el asesor presidencial sólo pudo enterarse de esta reunión-almuerzo por las chuzadas y los seguimientos a ambos personajes. Poco a poco se van desenmascarando los Montesinos de la «Casa de Nari».