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Campesinas caqueteñas celebraron el Día de la Mujer en Unión Peneya
En la inspección de Montañitas (Caquetá), tuvo lugar un acto en homenaje a la mujer luchadora campesina. Rechazan la militarización de las regiones agrarias y reclaman más atención al campesinado
Héctor José Valencia Beltrán / Lunes 16 de marzo de 2009
 

Después de más de 10 años, se conmemoró en la inspección de la Unión Peneya (Caquetá), el Día Internacional de la Mujer, por iniciativa de las concejalas del Polo Democrático Alternativo y del Partido Comunista Colombiano, Nelly Luna y Nalvis Cuestas.

El homenaje a la lucha, a la vida, al aporte, al sacrificio, a la tenacidad y la solidaridad de las mujeres de la Unión Peneya, reviste singular significado político, por cuanto la población de esta localidad fue sometida a un desplazamiento masivo que duró cerca de tres años, por causa del conflicto interno que se vive en Colombia, y como consecuencia lógica la desarticulación del tejido social organizativo y del arraigo cultural construido con el esfuerzo de muchos años. Organizaciones femeninas, sindicales, juveniles y populares desaparecieron en este tortuoso proceso, sumándose la macartización y la estigmatización tendenciosa que altos funcionarios del Estado, incluido el presidente de la República, hacen a los pobladores de estas regiones.

El acto conmemorativo contó con la presencia de la compañera María Paulina Ruiz, integrante de la Asociación de Mujeres por la Paz y la Defensa de los Derechos Humanos (Asodemuc) y del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), quien en su brillante intervención destacó el origen histórico del Día Internacional de la Mujer, mencionando una serie de héroes y mártires, entre ellas a Policarpa Salavarrieta, Yira Castro, Leonilde Orjuela y Manuelita Saénz, la libertadora del libertador, entre otras, e hizo un detenido análisis de la situación nacional, caracterizada por la imposición del modelo neoliberal, con todas sus secuelas negativas en salud, educación, empleo, producción nacional y la proliferación de los falsos positivos, las ejecuciones extrajudiciales, la inseguridad y la intensificación del conflicto armado.

La región de la Unión Peneya es epicentro y teatro de operaciones del Plan Patriota. Evidenciamos el estado lamentable del otrora colegio Simón Bolívar, casi en estado de desuso. Según información de varios habitantes, la mayoría de los docentes son por contrato con un oferente privado y se carece de profesionales de la educación en física, química, matemática e inglés. El carreteable es una trocha de herradura. En el viaje de regreso, el conductor que nos prestó el servicio añoraba las administraciones de Eduardo Viuche y Arlex Góméz López, ex alcaldes de la Unión Patriótica, quienes mantuvieron estas vías en óptimas condiciones.

La alegría de las más de 150 participantes era evidente, recordaban las combativas conmemoraciones del 8 de marzo, lideradas por la Unión de Mujeres Demócratas (UMD) con movilizaciones, actos político-culturales y, por consiguiente, rumba caqueteña.

La legendaria dirigente femenina Rosalba Gutiérrez, tras una lúcida intervención, nos deleitó con sus canciones, donde evocó el recuerdo de Lenin, Carlos Marx y la contribución del Partido Comunista a la liberación de los pueblos. La compañera Fidelina instó a las participantes a la organización popular para enfrentar con estoicismo los embates del fascismo en Colombia.

En el fluido diálogo que sostuvimos de regreso a Florencia, concluimos que la tradición organizativa y política de los habitantes de la Unión Peneya se vio reflejado en este entusiasta acto conmemorativo. Nuestro compromiso es coadyuvar en un serio proceso de reconstrucción de las organizaciones políticas, sindicales y populares de la región.