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Paramilitares tienen asediado a San José de Apartadó
 

Desde el día 1 de enero del presente año se viene presentando una serie de eventualidades que sin duda ponen en situación de riesgo a las comunidades que habitan el territorio de San José de Apartadó.

El primero de enero un grupo aproximadamente 10 hombres que se presentaron como Autodefensas Gaitanistas de Colombia arribaron a la vereda Mulato Medio en donde se reunieron con la población civil manifestando su intención de quedarse en el territorio. En esta ocasión alertaron a la comunidad con la construcción de subprograma social de trabajo con dineros de dudosa procedencia.

El 17 de enero, a las 10 am arribaron 12 hombres fuertemente armados a la vereda La Esperanza en donde casa por casa hablaron con la comunidad exigiéndoles un silencio cómplice para que pudieran desarrollar su trabajo.

El 22 de enero nuevamente en la vereda La Esperanza arribaron a la casa de un campesino que no se encontraba en el momento, razón por la cual le dejaron un mensaje que aterrorizó a su familia ya la comunidad en general: “Venimos en son de paz, pero no permitiremos que los sapos dañen nuestro trabajo”. Ese mismo día se desplazaron hasta la vereda Mulato Medio en donde nuevamente amedrantan a la comunidad amenazando de muerte a quienes denuncien su paso y estadía en el territorio. Allí informaron de una reunión aún sin fecha con comandantes paramilitares de las AGC en La Esperanza para darles a conocer su plan de trabajo y tratos con la fuerza pública, específicamente con el ejército.

El 23 de enero se hizo pública una denuncia en la cual se manifiesta una violación sexual a una menor de edad en la vereda La Hoz. Esta violación fue perpetrada por un reconocido paramilitar que además ha amenazado la niña y a su familia en caso de que sean denunciados estos hechos. Es de preocupar la falta de garantías que tienen las víctimas para denunciar a sus victimarios. Son las mismas autoridades de investigación las que probablemente dan a conocer datos de los denunciantes, generando así todo un escenario de complicidad y de impunidad.

El 27 de enero a las 6 de la tarde arribaron a Mulato Medio con una lista de campesinos y campesinas que debían salir el territorio o esperar a ser asesinados.