Desde tu existencia

tu género han desaprobado.

Desde la entraña materna

la culpa te han endilgado.

Aunque arcoíris siempre has sido,

el rosa te han adjudicado.

Poseedora de tanto,

de todo te han despojado.

Aun así, eres la vida en la muerte

por pensar te decapitaron,

por luchar te quemaron,

por liberar te fusilaron.

Aun así, eres mástil que resiste

por decir no, te violaron,

por tu no sumisión, te golpearon,

por tu sexo, el sueldo te bajaron.

Aun así, eres río que resuena

con el azadón en tus manos,

con el fusil en tu hombro,

con el lápiz en tus dedos.

Aun así, eres semilla que germina

en tus manos la tierra,

en tu útero la vida,

en tu clítoris la pasión.

Aun así, eres fuego que arde

que estrógenos exhala,

que cada luna roja fluye,

que néctar blanco emana.

Aun así, te señalan pero no callas

eres una balsa anónima

en esa búsqueda incesante

que en la rebeldía encalla.

Empoderada.

Autónoma.

Sorora.

Habitada.