Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
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Campesinos se reconcilian con el medio ambiente
“La conservación ambiental desarrollada en la Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra, que ahora es respaldada institucionalmente bajo el programa Bosques de Paz, es un aporte del campesinado a la humanidad”.
Juan Sebastián Barragán Castellanos / Miércoles 20 de septiembre de 2017
 
Acto público Bosque de Paz y Monumento Vivo en Puerto Matilde

En el valle del río Cimitarra, región del Magdalena Medio, los campesinos lideran un proceso de conservación ambiental que ha permitido proteger más de sesenta mil hectáreas de bosque.

Organizados en la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC), los campesinos le han planteado al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible un proyecto en el marco del programa Bosques de Paz, creado bajo la resolución 470 de 2017. Este programa busca, apoyado en los acuerdos de La Habana, la reconciliación con el medio ambiente y, además, rendir un homenaje a las más de ocho millones de víctimas del conflicto armado.

Para el caso del valle del río Cimitarra, en el proyecto también están involucradas, junto a la ACVC y el Ministerio de Ambiente, el Fondo Acción, organización sin animo de lucro que apoya iniciativas de protección y conservación ambiental y de fortalecimiento organizativo de las comunidades, y la Agencia Presidencial de Cooperación.

En desarrollo del proyecto Bosques de Paz que lidera la ACVC, el jueves 14 de septiembre se realizó en la aldea comunitaria de Puerto Matilde, “capital de la Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra”, un evento público en el que fue presentado formalmente el proyecto y donde los representantes de las distintas instituciones involucradas, así como organizaciones sociales que históricamente han acompañado a las comunidades, conocieron las distintas iniciativas productivas y de conservación ambiental que han desarrollado los pobladores rurales como estrategia para enfrentar la guerra y defender su territorio.

En el marco de la visita a Puerto Matilde también se realizó un homenaje a las víctimas que dejó la guerra en ese territorio. Mediante la siembra de arboles, que llevaban una placa con el nombre de algunos lideres asesinados, fue instalado el monumento vivo a la memoria, con el que los campesinos buscan no olvidar a los mártires del conflicto armado.

Conservación en el valle del río Cimitarra

“A finales de 2016 y principios de 2017 se realizó en el valle del río Cimitarra una caracterización biológica con especialistas que reveló una alta biodiversidad, en términos de mamíferos grandes y pequeños, herpetos y aves. Estas características de biodiversidad y riqueza han sido posibles gracias a los acuerdos comunitarios que las comunidades han sabido realizar para mantener el equilibrio entre la presencia de humanos y la conservación del ambiente”, sostuvo Franco Gómez, coordinador del equipo técnico de la ACVC, en entrevista con un medio local de la región del Magdalena Medio días antes de la visita a Puerto Matilde.

Esos acuerdos comunitarios a los que se refiere Gómez son producto de la consciencia de los campesinos que desde su llegada a la región del valle del río Cimitarra (en la década del 70 del siglo pasado), tras múltiples desplazamientos, definieron no continuar con la apertura de la frontera agrícola, como sucedió en muchas otras regiones a causa de la violencia que amenazaba la vida y supervivencia de las comunidades.

El olvido del Estado que se traduce en la falta de infraestructura, la no electrificación y construcción de acueductos, la falta de inversión en salud y educación, y la nula posibilidad de comercialización de la producción agrícola, llevaron a los campesinos a cultivar coca, convirtiéndose en blanco de la persecución de las fuerzas de seguridad, situación que se sumó a la estigmatización por habitar zonas en las que había presencia de la insurgencia.

Pese a dicha situación, las comunidades campesinas organizadas en la ACVC decidieron poner un limite al aprovechamiento de los recursos naturales y mediante una iniciativa denominada la Línea Amarilla prohibieron la tala del bosque, así como la realización de minería y demás actividades productivas.

Hoy, dentro de esa área conservada, que fue delimitada con arboles que los campesinos pintaron de amarillo, se cuentan 60 mil hectáreas de selva virgen en las que fueron descubiertas varias especies en peligro de extinción, como son: la danta, el oso de anteojos, el mono tití, la rana cristal, el paujil, el tigrillo, el puma y el jaguar.

La conservación ambiental desarrollada en la Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra, que ahora es respaldada institucionalmente bajo el programa Bosques de Paz, es un aporte del campesinado a la humanidad, sostuvo Andrés Gil, reconocido líder social, quien proviene de la ACVC.

“Es importante que se reconozca la institucionalidad comunitaria, pues esta fue la vía por la que los campesinos lograron realizar la Línea Amarilla y la conservación del ambiente en este territorio para beneficio de la humanidad”, afirmó Gil en el acto público realizado en la vereda Puerto Matilde.

Cabe anotar que hoy se encuentra en curso ante la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia la definición de un área protegida en la Serranía de San Lucas. La zona de Línea Amarilla y a otras 300 mil hectáreas hacen parte del área que busca ser protegida. Teniendo en cuenta esta situación, se denota la importancia del Bosque de Paz, pues va en la vía de blindar jurídicamente el territorio de las amenazas del extractivismo.

Irene Ramírez, presidenta de la ACVC, dialoga con funcionarios públicos y miembros de organizaciones sociales

Bosque de Paz

Recuperar y conservar ecosistemas, fortalecer la participación y la capacidad productiva de las comunidades, la educación ambiental y la construcción de un monumento vivo de paz para rendir homenaje a las víctimas del conflicto y la memoria, son los objetivos del programa Bosques de Paz.

Creado bajo la resolución 470 del 28 de febrero de 2017, este programa busca aportar en la construcción de una paz estable y duradera, a partir del apoyo a las iniciativas de las comunidades que fueron golpeadas por el conflicto.

Pese a que este programa busca la creación de proyectos productivos, en el caso del valle del río Cimitarra esta situación ya está bastante avanzada, pues en dicha región los campesinos han adelantado proyectos teniendo siempre presente no afectar la naturaleza de manera negativa.

En dicho territorio, de la mano de la ACVC, los campesinos cuentan con proyectos ganaderos, de cría y recría de búfalos, una planta de lácteos, un biodigestor, trilladoras y empacadoras de arroz y un trapiche. Esta situación implica que allí de lo que se trata, a través del programa Bosques de Paz, es de fortalecer esos proyectos y darles un enfoque de sostenibilidad.

Según cifras del Ministerio de Ambiente, en Colombia existen cinco proyectos de Bosques de Paz que ocupan 3,079 hectáreas en los departamentos de Quindío, Bolívar, Antioquia y Cesar. Dichos proyectos cuentan con la financiación publica y privada, como está establecido en la resolución.

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