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Opinión
El Uribismo es perjudicial para la salud
Julián Orjuela Benavides / Miércoles 8 de noviembre de 2017
 

La responsabilidad en la crisis del sistema de salud en Colombia hay que buscarla no solamente en las políticas neoliberales implementadas en el sector, que convirtieron este derecho fundamental en un lucrativo negocio para el capital privado a costas del sufrimiento y muerte de los ciudadanos del común, sino también entre quienes, desde el poder del Estado, agenciaron el modelo, como, por ejemplo, el senador Álvaro Uribe, y que hoy insisten en preservarlo y profundizarlo, a pesar de sus nefastas consecuencias.

Fuente: https://goo.gl/images/z5XWe8

Los sondeos de medios de comunicación evidencian que la salud es uno de los aspectos que más genera malestar y preocupación entre los colombianos: desempleo 21.5%, calidad y cubrimiento de la salud 20.9% y corrupción 20.7% [1]. En la Gran Encuesta Yanhaas Advanced Research, los 1250 participantes respondieron de la siguiente manera a la pregunta ¿Cuáles son los asuntos del país que más les preocupan a usted y a su familia?: 47% la seguridad, 46 % la salud y 35% el desempleo [2]. Sin embargo, sorprende que la sociedad civil poco se manifiesta sobre la garantía del derecho fundamental a la salud y, más aún, que gran parte de los electores apoye a los sectores políticos que han hecho de ella un negocio que cobra vidas todos los días.

En un informe realizado por el Observatorio Nacional de Salud, una dependencia del Instituto Nacional de Salud (INS), se indica que entre 1998 y 2011, lapso en el que se encuentran los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe, se reportaron en Colombia 2.677.170 muertes, de las cuales el 53% se debió a causas que fueron clasificadas como evitables [3]. Se trata, entonces, de 1.427.535 colombianos que no debieron haber muerto, teniendo en cuenta los conocimientos de la medicina y la tecnología existente en el país.

Si las anteriores cifras del INS se comparan con las muertes directas del conflicto armado, que, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, se elevan entre 1958 y 2012 a 218.094, se puede evidenciar que hay una guerra en la que todavía no se ha pactado nada para terminarla, y esta es la que adelantan los sectores privados que dominan el sistema de salud colombiano, en compañía de sectores políticos como el del expresidente Álvaro Uribe, contra el conjunto de la población a la que se le niega el derecho a la atención en salud oportuna y de buena calidad. Aunque las cifras del CNMH y las del INS no serían comparables porque un estudio abarca un periodo de 53 y el otro uno de 13 años, se puede concluir que por cada colombiano que murió en el conflicto armado de manera directa, fallecieron aproximadamente 7 por enfermedades prevenibles por el sistema de salud. Ello sin contar los 40 años restantes que no son abordados por las investigaciones mencionadas, en los que la cifra podría ascender a 29 muertes por enfermedades prevenibles por cada muerte a causa del conflicto, si se tomaran los mismos 53 años del estudio del CNMH.

Para comprender las causas profundas de la actual crisis del sistema de salud hay que remitirse al proyecto capitalista en su fase neoliberal, el cual ha saqueado todo el patrimonio común de los colombianos, como la red hospitalaria pública; ha flexibilizado las condiciones laborales para que el sector público o privado explote los trabajadores y termine enfermándolos, y ha permitido el saqueo de los recursos naturales por trasnacionales contaminando los ríos y suelos que luego enferman a las comunidades, entre otras aspectos. Aunque el centro del análisis de este texto no es el neoliberalismo como una de las causas estructurales del deterioro de la salud de los colombianos, es pertinente situarlo para el análisis y dejar en evidencia a los partidos políticos que representan las ideas de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos y German Vargas Lleras, tres consagrados neoliberales que han hecho todo lo posibles para que las EPS, ahora Empresas Administradoras de Planes de Beneficio (EAPB), se queden con los recursos públicos, mientras la gente del común se muere en las puertas de los hospitales o a la espera de una autorización médica para una cirugía.

Aunque los diferentes partidos y sectores políticos que han gobernado el país durante los últimos 24 años, esto es, desde la promulgación de la Ley 100 de 1993, que creó el Sistema General de Seguridad Social en Salud, tienen responsabilidad directa en la crisis y en las muertes que este ha causado, hay actores determinantes y responsables de la actual crisis que merecen ser resaltados para ponerlos en la palestra pública. Tal es el caso del sector político que representa el senador Álvaro Uribe Vélez, más conocido en la sociedad colombiana como el uribismo, organizado políticamente en el Centro Democrático, que presenta unos rasgos particulares, pues más parece una secta religiosa con dogmas aferrados a la fe de la extrema derecha que un partido de centro y democrático.

En la génesis de los actuales problemas del sistema de salud, se encuentra el expresidente y ahora senador de la república Álvaro Uribe Vélez, quien fuera ponente de la Ley 100 de 1993, que convertiría la salud de los colombianos en otra mercancía, guiada por las políticas de ajuste del BM y del FMI, particularmente a partir del estudio realizado a mediados de los ochenta por el Departamento de Población, Salud y Nutrición del Banco Mundial, que planteaba una apertura de la salud al mercado [4].

El segundo aspecto es la financiación de campañas políticas con los recursos que los colombianos aportamos al sistema de salud a través de los impuestos, que luego son privatizados en manos de los dueños de las IPS o EAPB a donde llega la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que es lo que se da en promedio por cada afiliado que tiene una EAPB. Un caso ilustrativo del desvío de estos recursos es el del ponente de la reforma de la salud presentada por el Gobierno, el senador Jorge Eliécer Ballesteros, del antiguo partido del expresidente Uribe [5].

En esta misma vía, una investigación realizada por un docente de la Universidad Nacional de Colombia indica los aportes realizados por parte de EPS y laboratorios farmacéuticos ―por ejemplo, Coomeva $190.000.000, Colsanitas $80.000.000, Farmasanitas $60.000.000, Fresenius medical $30.000.0000 y Pharmaderm S.A. $85.000.000 [6]― a la campaña política del Partido de la U en las elecciones presidenciales de 2010, en las que Juan Manuel Santos ―hasta ahí gran amigo del expresidente Uribe― resultó electo como su sucesor. Lo anterior explica la flexibilidad y complacencia de las instituciones de control estatales con los actores privados del sistema de salud, mientras la gente sigue soportando los vejámenes.

El tercer aspecto, relacionado con los diferentes sectores políticos que llevaron a Uribe a la presidencia, tiene que ver con la desviación de recursos públicos destinados a la salud que llegaron a ser fuente de la financiación de los grupos paramilitares. Un caso emblemático: El jefe paramilitar Salvatore Mancuso puso a Manuel Troncoso, su cuñado, como secretario de Salud del Departamento de Córdoba durante la gobernación de Libardo López Cabrales (2003-2007). Troncoso se acogió a sentencia anticipada porque se comprobó que recursos destinados a la salud fueron fuente de financiación del bloque Córdoba de las AUC [7]. Pero, además, hay que señalar que Libardo López Cabrales ―cuya influencia fuera determinante en este departamento― lideró en Córdoba el equipo Liberales con Uribe [8] en desarrollo de la campaña de 2002-2006, demostrando incondicionalidad con el actual senador del Centro Democrático., .

Un cuarto aspecto, relevante en la gestión en salud del gobierno de Uribe, fue el aumento en el número de las tutelas por negar servicios de salud, lo cual repercutía directamente en la no atención de los pacientes que terminaban muriendo por falta de diagnósticos oportunos o por ausencia de tratamientos. En efecto, en 2002 se presentaron 42.734 acciones de tutela y, en 2008, 142.957, según la Defensoría del Pueblo, como única posibilidad para que el sistema de salud garantizará el derecho a la vida de los ciudadanos. Como si los muertos que ha causado el sistema de salud fueran pocos, el ponente de la Ley 100 y expresidente sigue empecinado en promover el fracaso de los acuerdos entre FARC y el Gobierno Nacional para que no se acabe su fortín político que se basa en estimular miedo, guerra y odio en la sociedad, en cuyo resultado se produce muerte, enfermedad y destrucción, para luego vender seguridad. La propuesta política del uribismo encarna determinantes destructores de la salud. como pobreza, desigualdad social, estrés, ansiedad, guerra, racismo, patriarcalismo, desnutrición y contaminación ambiental, entre otros.

A pesar de todo, algo hay que reconocerle al uribismo: su coherencia frente a sus apuestas en salud y su cinismo, que ―aunque vayan en detrimento de la vida de la población― mantienen esa misma línea: “ganancias para los ricos con las enfermedades de los pobres”. La precandidata presidencial María del Rosario Guerra plantea: “Se necesita crear incentivos tributarios a la oferta privada de salud en regiones de mayor rezago social como: Vaupés, Chocó, Guainía y Amazonas” [9], lo cual deja una vez más en evidencia la coherencia de este sector político en mantener el sistema de salud tal y como está para seguir lucrándose a costa de la muerte y la enfermedad de la pobrería.

Las elecciones de 2018 pueden ser trascendentales para la historia de Colombia porque podrían dar inicio a la debacle política de aquellos que han gobernado a favor de la guerra y en contra de la salud de los colombianos, para que florezca una sociedad en paz, saludable y con justicia social. Por eso los sectores sociales, los partidos políticos, los intelectuales y la ciudadanía en general, que apoyamos la paz, debemos estar unidos por la reconciliación y la lucha por el buen vivir.

[1El Espectador. (21 de mayo de 2017). Desempleo, salud y corrupción, los temas que más preocupan al país. El Espectador, p. 1.

[2La República. (20 de septiembre de 2017). Inseguridad, salud y desempleo, los temas que más preocupan. La República , p. 1.

[3Beltrán, U. (28 de Junio de 2014). Muertes evitables. El Heraldo, p.. 1.

[4Vega, R., & Jara, M. I. (2002). Década de los noventa: discurso de la focalización de subsidios en salud. Revista Gerencia y Políticas de Salud, 89-112.

[5Revista Semana. (5 de junio de 2013). El senador que admitió recibir dineros de la salud, p. 1.

[6Torres, M. (2011). El triángulo de poder de la salud en Colombia. Obtenido de Viva Org: http://viva.org.co/cajavirtual/svc0378/articulo08.html

[7El Tiempo. (30 de julio de 2015). ¿Por qué Santos dijo que los ’paras’ saquearon la salud? Obtenido de El Tiempo: http://m.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16172000

[8Valero, D. (17 de octubre de 2013). Las caídas y el destino de la saga familiar de los López. Obtenido de El Tiempo: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS- 13129675

[9Centro Democrático. (19 de julio de 2017). Centro Democratico. Obtenido de Propuesta/ Ya es hora de tener un sistema de salud con calidad para todos los colombianos: María del Rosario Guerra: http://www.centrodemocratico.com/?q=articulo/propuesta-ya- es-hora- de-tener- un- sistema-de- salud-con- calidad-para- todos-los- colombianos