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Denuncia pública
Para vivir en paz, nos van a matar a todos
Asorvimm / Sábado 23 de mayo de 2009
 

La Asociación Regional de Víctimas de Crímenes de Estado en el Magdalena Medio (Asorvimm), es una organización que hace parte del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, y busca la verdad, la justicia, la reparación integral, así como la no repetición de los crímenes de lesa humanidad que se han presentado en un modelo estatal de “seguridad democrática” o terrorismo de Estado. Asorvim busca fortalecer la organización de las víctimas y dignificar sus nombres, recuperar la memoria y sobre todo rechazar la impunidad.

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“Barrancabermeja, ciudad remanso de paz”. “¡Paz!“, suenan las armas utilizadas por las manos asesinas. Cada vez que terminan con la vida de los habitantes de Barrancabermeja y el Magdalena Medio, el sonar de las armas hace “¡paz!“.

La Asociación Regional de Víctimas de la Violencia de Crímenes de Estado en el Magdalena Medio (Asorvimm), denunciamos públicamente y rechazamos el continuo derramamiento de sangre de líderes y ciudadanos y ciudadanas de Barrancabermeja y el Magdalena Medio.

Denunciamos ante la opinión pública y autoridades competentes los continuos asesinatos cometidos en la ciudad. En lo que va corrido del año 2009 han asesinado a tres líderes de organizaciones sociales, los asesinados en los meses de febrero, abril y mayo, sin que hasta el momento se ponga control y se realice un claro seguimiento a los mismos hechos de sangre.

El 12 de febrero a las dos de la tarde fue asesinado el líder de los pescadores del corregimiento del Llanito, Luis Alberto Arango.

El día 22 de abril a las diez de la mañana, fue asesinado el señor Édgar Martínez, líder de la Zona de Desarrollo Integral, en el sur de Bolívar.

El 15 de mayo fue asesinado a las tres de la tarde el señor Herbert Sony Cárdenas, de 42 años de edad, en el barrio Buenos Aires de Barrancabermeja.

A estos se le suman los otros cinco asesinatos ocurridos a la fecha en el mes de mayo en Barrancabermeja y la región.

El día 5 de mayo de 2009, fue asesinado el señor Francisco Giovanni Medina Arias, de 30 años de edad, en el barrio Colombia de Barrancabermeja.

El día 10 de mayo de 2009, fue asesinado el joven Jorge Salazar Hernández, de 17 años de edad, en el corregimiento de La Fortuna, vía a Bucaramanga.

El día 14 de mayo de 2009 fue asesinado el señor Miguel Restrepo Mejía, de 33 años de edad, en el barrio El Palmar de Barrancabermeja.

Andrés Felipe Hincapié, de 26 años de edad, asesinado en el corregimiento el centro de Ecopetrol.

El día 15 de mayo de 2009 fue asesinado el señor Mario Carvajal Upequi, de 19 años de edad, en el barrio Villa Nueva.

A todo esto se suman las amenazas escritas de las llamadas Águilas Negras, dirigidas a los jóvenes y comunidad en general con el argumento de la llamada limpieza social, como si fueran los dueños de la vida; los enfrentamientos que registran los habitantes de las veredas Alto y Bajo Sicué, jurisdicción de San Pablo (Bolívar), luego de los combates entre las tropas del Batallón Antiaéreo Nueva Granada, del Ejército Nacional, y la columna Héroes y Mártires de Santa Rosa del ELN. Éstos se presentaron durante tres días, con apoyo aéreo de las tropas del Ejército. La población civil se ha visto afectada en medio del tiroteo.

Según denunciaron las familias que llegaron a las once de la noche del viernes hasta el casco urbano de San Pablo, el pánico se generó cuando el intercambio de las balas era constante por encima de las viviendas ubicadas en las zonas rurales. 70 personas llegaron desplazadas por estos combates. La mitad son niños que no superan los ocho años de edad. Es una situación crítica para la población civil. Tener a un militar disparando al lado de las personas, causa mucho pánico.

Tener a los militares atrincherados dentro de la población civil es una violación al derecho internacional humanitario de las comunidades.

Es preocupante cuando seguimos diciendo que Barrancabermeja es remanso de paz y las desapariciones forzadas continúan, las amenazas son constantes en los diferentes barrios y comunas de la ciudad y la presencia de personas armadas que dicen ser paramilitares continúa en nuestras comunidades acechándonos día a día. Ya no hay libertad ni para respirar porque hasta eso nos la cobran. El sonar de las balas asesinas es el despertador y el dolor la tristeza, angustia y agonía de hermanos, padres e hijos, víctimas de las manos criminales, quienes nos arrebatan a nuestros familiares y seres queridos.

¿Será que así se aporta a la paz o se construye la paz? Si esto es paz, entonces, para vivir en paz, nos van a matar a todos. Por esta razón, hacemos un llamado a la opinión pública, organismos internacionales de derechos humanos, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, derecho internacional humanitario y derechos humanos de la nación, a que realicen un claro y eficaz seguimiento a esta ola de violación a los derechos sociales, políticos, económicos y culturales de los habitantes en Barrancabermeja y el Magdalena Medio.

¿Será que existe democracia en Colombia, cuando continúan las violaciones a los derechos humanos internacional y humanitarios, repetición de hechos que atentan contra la vida y la dignidad humana y los crímenes de estado son cada día más numerosos en nuestro territorio y sociedad en general?