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Exclusión e injusticia marcan celebración del Día del Campesino en Colombia
Codhes / Viernes 29 de mayo de 2009
 

En Colombia hay más de un millón de familias campesinas sin tierra y cerca de dos millones de trabajadores del campo que a diario tratan de subsistir en áreas en las que cada vez hay más laderas, más fronteras y más zonas de colonización. Así, en medio de este panorama sombrío, llegará el próximo 5 de junio, el Día del Campesino.

En este país el desplazamiento de personas está asociado con el tema rural; al tema de la tierra, tal como explica el director de Codhes, Jorge Rojas: “Antes del desplazamiento en Colombia, hubo un conflicto armado y antes de ese conflicto armado, hubo un conflicto por las tierras…”.

Y fue precisamente a raíz de ese mismo conflicto que muchos campesinos dejaron sus hogares y se desplazaron hacia las montañas y hacia las fronteras a sembrar cultivos ilícitos: coca y amapola. “Si uno analiza el tema de la tierra, ve que cruza el conflicto, el narcotráfico, el empobrecimiento, la crisis rural e incluso aspectos medioambientales”, señala Jorge Rojas.

Algunos representantes de los trabajadores del campo, como Eberto Díaz Montes, presidente de Fensuagro en Colombia, opinan que en junio no hay nada que celebrar con motivo del Día del Campesino, ya que según él: “Actualmente los trabajadores del campo se encuentran bajo una situación de exclusión social, ocasionada por las políticas anticampesinas promovidas por los últimos gobiernos y sobre todo por éste, que no ha adquirido la cantidad de tierras suficientes para entregárselas a los campesinos”.

Históricamente las organizaciones sociales colombianas han criticado la falta de una reforma agraria democrática, integral y efectiva. Por ello insisten en la necesidad de repensar el tema agrario e incluso algunos hablan de una antirreforma para contrarrestar la progresiva concentración de la tierra en pocas manos y el trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado al servicio de las propiedades de los grandes terratenientes.

Para el director de Codhes, “Colombia es un país profundamente inequitativo en cuanto a la tenencia de la tierra y profundamente injusto en cuanto al uso de la tierra. Inequitativo, porque más o menos el 0,4% de los propietarios – ni siquiera el 1% - poseen y usufructúan alrededor del 65% de las mejores tierras”.

A esto se suma la falta de apoyo gubernamental que reclaman los campesinos del país para proteger su economía, ya que inevitablemente, muchos se han visto desplazados por la protección estatal a los llamados cultivos de agroexportación o agrocomerciales de los grandes empresarios de la tierra.

Fensuagro estima que en Colombia hay cerca de 12 millones de pobladores rurales, de los cuales buena parte se ha convertido en víctima del desplazamiento forzado. El último informe de Codhes da cuenta de 4’629.190 personas desplazadas entre 1985 y 2008.