Asociación Campesina del Catatumbo
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Primera mesa de integración del pueblo fronterizo
Catatumbo en marcha
Agencia Prensa Rural / Jueves 2 de julio de 2009
 
Foto: Pablo Serrano

En el municipio José María Semprum, Comunidad Ana María Campo del estado de Zulia, país hermano de la República Bolivariana de Venezuela, el sábado 27 de junio se dio inicio a la primera mesa de integración del pueblo fronterizo.

Se contó con la presencia de representantes de los Concejos Comunales de las Palmas, Los Robles, Simón Bolívar, Caño Grande, Caño Lindo y comunidades indígenas del Calvario en representación de Venezuela y por Colombia las comunidades de las veredas Caño Tomás, Caño Martillo, El Suspiro, Caño Mariela, La Unión, Caño Escondido y la comunidad Motilón Bari los cuales se encuentran desde el 29 de abril en el campamento del refugio humanitario en defensa de los derechos humanos.

El principal objetivo de este encuentro fue analizar la situación pasada, presente y futura, por la que pasan los habitantes de las dos fronteras para buscar soluciones integrales, con la idea de tocar instancias superiores de los estados colombiano y venezolano, para que contribuyan en la solución de dicha problemática. Se hizo un análisis significativo en tres mesas de trabajo en cuanto a derechos humanos y crisis humanitaria, seguridad y medio ambiente.

Conflicto y fumigaciones, principales problemas de la frontera

Foto: Pablo Serrano

Con la incursión de los paramilitares a la región del Catatumbo se consolidó el desplazamiento y la muerte de los habitantes de esta zona por parte del Ejército Nacional con el pretexto de acabar con la insurgencia y terminar con los cultivos ilícitos. Se han presentado detenciones arbitrarias, operaciones militares por aire y tierra, bombardeos y ejecuciones extrajudiciales. La carencia de inversión social por parte del estado y el interés de las multinacionales han creado un plan de presión que genera un éxodo permanente hacia Venezuela.

En el año 2002, con la agudización del terror paramilitar, un grupo de colombianos cruzaron el río de Oro, frontera con Venezuela, en busca de refugio donde habitaban indígenas de la comunidad Barí, quienes dieron permiso a su permanencia. Desafortunadamente no todos lograron pasar, quedando una huella de sangre en su camino. Desde el año 1999 hasta el 2005 en la región del Catatumbo se causaron 11.200 asesinatos, 600 desaparecidos y cien mil desplazados.

Algunas de las conclusiones de esta jornada son: buscar la posibilidad de emprender soluciones a la desmedida irrupción de paramilitares en territorio venezolano, quienes difunden amenazas a la población en municipios fronterizos, realizan secuestros, crímenes y hasta definen medidas especiales de control. Para ello será necesario mantener la continuidad del proceso para lograr los objetivos. De igual manera exigir al estado colombiano el respeto a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, mantener la denuncia y el proceso de concientización.

Foto: Pablo Serrano

En el tema de medio ambiente, se hace un recuento de las riquezas con las que cuenta la región del Catatumbo, como petróleo, hierro y carbón, entre otras. Se propone la búsqueda de salidas para crear un modelo de desarrollo sostenible para que los recursos no puedan ser negociados. La problemática que aqueja a las dos naciones es la de las aspersiones con glifosato, las cuales van a los ríos que son afluentes al Lago Maracaibo, contaminando sus aguas.

El documento con lo planteado en esta mesa de integración se entregará el viernes 3 de julio a la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela para su respectivo procedimiento, acto que tendrá lugar en el municipio José María Semprum del estado fronterizo con la presencia de cinco diputados, la Comisión de Política Interior y Derechos Humanos, un representante del Ministerio del Poder Popular y Justicia, el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) del estado de Zulia y medios de comunicación como Telesur. De igual forma, estarán presentes habitantes de los dos países en representación de la comunidad binacional.

Foto: Pablo Serrano