Resumen de noticias sobre conflictos, tensiones y construcción de paz
Latinoamérica quincenal
"Mientras que las cadenas noticiosas CNN y BBC presentaban la noticia como si se tratara de la captura y deportación de un delincuente, la cadena latinoamericana Telesur los presentó como lo que era: un golpe de Estado"
/ Jueves 9 de julio de 2009
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Sorpresivamente un comando de fuerzas especiales del Ejército de Honduras asaltó la residencia del presidente Manuel Zelaya, quien fue detenido y desterrado en suelo costarricense. La acción fue ordenada por el Comando General de las Fuerzas Armadas de Honduras que se hizo al poder en la totalidad del territorio y mientras se producían numerosas detenciones de otros miembros del Gobierno y la toma del control de puertos, aeropuertos, como también de las principales emisoras de radio, canales de televisión y medios de prensa escrita, las que fueron forzadas a guardar silencio sobre lo que estaba ocurriendo y a transmitir programaciones intrascendentes. Medios independientes y cadenas internacionales que estaban presentes en el país para cubrir el proceso eleccionario que debía realizarse ese día, y en el que el Gobierno pretendía consultar al electorado sobre la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, pudieron transmitir hacia el exterior lo que estaba aconteciendo pero de diferente manera, pues mientras que las cadenas noticiosas CNN y BBC presentaban las noticia como si se tratara de la captura y deportación de un delincuente, la cadena latinoamericana Telesur lo presentó como lo que eran: un golpe de Estado.
El mismo día del golpe militar el parlamento sesionó extraordinariamente para designar un nuevo presidente, alegando que se presentaba un vacío de poder que debía ser llenado de inmediato. El secretario del Congreso presentó una supuesta carta de renuncia del presidente Zelaya con una firma falsa y fechada tres días antes de que se produjera el golpe de Estado. A pesar de las irregularidades y de la ilegalidad de los procedimientos el parlamento designó al presidente del Congreso, Roberto Micheletti, como Presidente de la República, quien tomó posesión del cargo en presencia de los titulares del poder judicial y del legislativo. Al día siguiente el señor Micheletti obtuvo el reconocimiento de los comandantes de las fuerzas armadas golpistas.
Entretanto, el presidente legítimo Manuel Zelaya recibía el respaldo de los presidentes y jefes de Estado de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), quienes rechazaron unánimemente la ruptura del orden constitucional e instaron a las Fuerzas Armadas hondureñas a subordinarse a su único jefe por mandato constitucional, el presidente Zelaya. Igualmente el Grupo de Río que agrupa a los países de Latinoamérica y del Caribe, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), como también la Comunidad del Caribe (CARICOM), el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), la Unión de Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y el Foro de Sao Paulo que agrupa a los partidos de izquierda y democráticos de América Latina, condenaron el golpe militar y exigieron la restitución del poder al presidente legítimo Manuel Zelaya e instaron a los opositores a tratar en democracia y con los instrumentos constitucionales las discrepancias internas. De manera similar la presidencia de la Unión Europea (UE), la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la presidencia de Los No Alineados (NOAL), repudiaron el golpe de facto, reclamaron la restitución del poder al gobierno legítimo y dieron todo su respaldo al presidente Manuel Zelaya. Es de anotar los términos categóricos con que el Gobierno de España ha rechazado el golpe militar y ofrecido su reconocimiento al presidente Zelaya para quien pide la restitución en el poder sin condiciones, al tiempo que ha pedido a los países de la UE llamar a consultas a sus embajadores destacados en Honduras. Por su lado el gobierno de EEUU ha rechazado el golpe militar aunque asume con calculada tibieza el respaldo al presidente Zelaya, levantando voces de sospecha de estar detrás del golpe en algunos mandatarios latinoamericanos y analistas políticos del continente.
Mientras esto ocurre, en las calles de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Ceiba, Puerto Cortés y Choluteca, se producen multitudinarias manifestaciones pacíficas de gentes de los sectores populares y campesinas que reclaman el regreso del presidente Zelaya y el retorno de los militares a los cuarteles, encontrando por respuesta la acción represiva de los golpistas y la distorsión de los medios de comunicación, que en abierta adhesión al régimen de facto minimizan la protesta popular y exaltan las manifestaciones que en Tegucigalpa apoyan a los golpistas. Los resultados de la represión dejan un saldo de mas de 800 personas detenidas, centenares de heridos y dos personas muertas, a más de centenares de dirigentes populares y adherentes al presidente Zelaya que han tenido que esconderse o huir al exilio.
El gobierno golpista haciendo caso omiso a la condena internacional persistiendo en mantenerse en el poder, rechazó la acción diplomática realizada por el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, quien mandatado por la Asamblea General de ese organismo se desplazó hasta Tegucigalpa, para transmitir oficialmente las decisiones de la OEA y conminar al gobierno írrito a abandonar las vías de hecho y retornar la institucionalidad a los cauces constitucionales. Igualmente el Gobierno ilegal y la cúpula militar impidieron la llegada del presidente constitucional Manuel Zelaya a Tegucigalpa y sobre quien pesa una orden de captura por veinte presuntos delitos que habría cometido antes de ser defenestrado del poder, según lo ha afirmado el nombrado presidente Micheletti. Así las cosas, Honduras se encuentra aislada internacionalmente al punto que todos los países miembros del ALBA ya retiraron a sus embajadores, al igual que lo hicieron algunos países europeos y se aprobara por unanimidad en la Asamblea General de la OEA la suspensión de la participación de Honduras como miembro de pleno derecho. De otra parte, importantes empresarios hondureños han expresado públicamente que no apoyan al “nuevo Gobierno” y piden la restitución del presidente Zelaya. También se conoció que los sistemas de integración ALBA y PETROCARIBE suspendieron los desembolsos de ayuda y congelaron los compromisos de suministro de petróleo, al igual que lo hiciera el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de congelar fondos por cerca de 400 millones de Dólares.
Finalmente, en las ciudades empiezan a escasear los productos de primera necesidad, están cortados los servicios de agua, luz y suministro de gas de uso doméstico, los aeropuertos permanecen cerrados y el comercio funciona irregularmente, los trabajadores sindicalizados, el movimiento agrario la Vía Campesina y otros movimientos sociales convocaron y sostienen una huelga general; el presidente Zelaya es recibido por la secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, en tanto que ninguna agencia de gobierno de EEUU se reunirá con una delegación que el Gobierno de facto envió a ese país. La señora Clinton propuso al presidente Zelaya la apertura de un diálogo con Micheletti, el cual contaría con la mediación del presidente de Costa Rica y Nóbel de Paz, Oscar Arias. Propuesta que fue aceptada pero con la condición del presidente Zelaya de que éste diálogo sea sólo para establecer los procedimientos de salida del gobierno golpista. Por su parte el presidente Oscar Arias dijo que el diálogo entre Zelaya y Micheletti no será entre iguales, porque solo uno es el presidente legítimo reconocido por la comunidad internacional: el presidente Manuel Zelaya. Por su lado el Parlamento de Honduras expresó estar dispuesto a amnistiar al presidente Zelaya para que pueda regresar al país, planteamiento que fue rechazado de inmediato por el mandatario legítimo, al tiempo que insistió en su regreso al país sin condiciones. Además, el presidente Zelaya dijo estar dispuesto a estudiar el anticipo de las elecciones, que están programadas para noviembre, sobre la base que sea el gobierno constitucional que él preside quien haga la convocatoria. Entretanto desde Moscú el presidente Barack Obama y frente al jefe de Gobierno ruso reiteró públicamente que EEUU sólo reconoce como gobernante legítimo al presidente Zelaya y llamó a los golpistas a restituirlo en el poder.
CRONOLOGÍA:
28 de junio: Militares asaltan la casa presidencial, detienen al presidente Zelaya y lo destierran en Costa Rica. Horas más tarde el Congreso acepta una carta falsa de renuncia del presidente Zelaya. El parlamento destituye al presidente Zelaya y nombra a Roberto Micheletti como nuevo presidente del país, quien de inmediato impone un toque de queda por 48 horas.
29 de junio: Los países del ALBA, SICA y Grupo de Río, acuerdan en Managua aislar política, diplomática y comercialmente al Gobierno golpista. Micheletti integra un nuevo gabinete y la Policía desaloja violentamente a los seguidores del presidente Zelaya de los alrededores de la casa presidencial.
30 de junio: La Asamblea General de la ONU aprueba una resolución pidiendo la “inmediata e incondicional” restitución del presidente Zelaya. Micheletti amplía a 72 horas el toque de queda. El presidente Zelaya anuncia su regreso a Tegucigalpa para el 2 de julio. Micheletti amenaza con detenerlo y juzgarlo por abuso de autoridad y traición a la patria, y 18 delitos más.
1 de julio: La OEA da un plazo de 72 horas a los golpistas para que restituyan al presidente Zelaya, tras lo cual éste aplaza su regreso a Honduras hasta que se cumpla el ultimátum. Micheletti acusa a Venezuela de intervenir en los asuntos internos de Honduras. El parlamento restringe las garantías constitucionales de libertad personal, de asociación, de circulación y de tiempo de detención.
2 de julio: Micheletti advierte que si Zelaya regresa habrá un baño de sangre y asegura estar dispuesto a adelantar las elecciones de noviembre, como una salida a la crisis. El Secretario General de la OEA anuncia que viajará al día siguiente a Tegucigalpa para hablar con el Gobierno de facto y advierte que Honduras podrá ser sancionada si Micheletti no acepta el ultimátum.
3 de julio: José Miguel Insulza admite tras su visita a Tegucigalpa que los golpistas no tienen ninguna intención de revertir la situación de ilegalidad e ilegitimidad del golpe de Estado. El Gobierno de facto denuncia la Carta de la OEA con “eficacia inmediata”, lo que implica que Honduras no reconoce la aplicación de las normas ni la jurisdicción de ese organismo.
4 de julio: La Iglesia católica hondureña respalda el golpe de Estado y pide al presidente Zelaya no regresar al país, para evitar un baño de sangre. Decenas de miles de seguidores del presidente Zelaya marchan hacia el aeropuerto para recibirlo a su llegada. La Asamblea General de la OEA suspende por unanimidad la participación de Honduras en el organismo tras el vencimiento del ultimátum.
5 de julio: El presidente Zelaya parte de Washington hacia Honduras en un avión del ALBA, pero no puede aterrizar debido a los obstáculos colocados en la pista por los militares que tienen tomado el aeropuerto de Toncontín. Los militares reprimen a los hondureños y disparan contra la multitud que se movilizó a recibir al presidente Zelaya, el resultado arroja una cifra de 2 muertos y un número indeterminado de heridos. Micheletti ordena un nuevo toque de queda y propone a la OEA un “diálogo de buena fe” para resolver la crisis. Los presidentes de Ecuador, Argentina, Paraguay y el Secretario General de la OEA se reúnen con el Presidente Zelaya en San Salvador.
6 de julio: Más de 600 personas fueron detenidas y numerosos heridos fueron atendidos en los hospitales por disparos de los militares. El aeropuerto de Toncontín ha sido cerrado por 48 horas. El presidente Zelaya viaja a Washington para reunirse con la Secretaria de Estado Hillary Clinton.
7 de julio: El presidente de EEUU Barack Obama, desde Moscú, reconoce públicamente al Gobierno legítimo del presidente Manuel Zelaya. La Secretaria de Estado Hillary Clinton propone diálogo entre el presidente Zelaya y el gobierno golpista con la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias. La propuesta fue aceptada por el presidente Zelaya con la condición de que sirva para procurar la salida del régimen de facto y el retorno a la normalidad democrática e institucional.
Fuentes; Telesur – Tv, CNN, El Nuevo Herald, BBC, El País – España, El Mundo – España, La Tribuna – Honduras, El Heraldo – Honduras, La Prensa – Honduras, La Prensa – Nicaragua, El Diario de Hoy – El Salvador, El Mundo – El Salvador, El Tiempo – Colombia, El Espectador – Colombia, El Nuevo Siglo – Colombia, El Mercurio – Chile, El Clarín – Argentina, El Universo – Ecuador, Argenpress, Aporrea, Rebelión, Mi Punto, ABN, ABI, ABP, 27/06/09 – 08/07/09