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Nuevos grupos paramilitares provocan desplazamiento en Alto Sinú (Córdoba)
Codhes / Viernes 23 de octubre de 2009
 

“Fue espantoso. Eran las 12 del día, todos estábamos en nuestros oficios cuando comenzó la balacera. Nos tocó acostarnos en el suelo para que las balas no nos mataran. Teníamos mucho miedo de que algún niño muriera por el fuego cruzado o por una bala perdida”, recuerda el dirigente campesino Felipe Velásquez, presidente de la junta de acción comunal de la vereda La Bonita, del municipio de Tierralta (Córdoba), quien desde el miércoles 21 de octubre se desplazó con 258 personas al casco urbano de esa población.

El día anterior, nuevos grupos paramilitares de los Paisas y las Águilas Negras libraron un cruento enfrentamiento armado por el dominio territorial de esa zona que baña la quebrada La Bonita y está ubicado a cuatro horas, por caminos polvorientos, de Tierralta, una zona estratégica para el narcotráfico y el tráfico de armas.

Al terminar los combates, que duraron 24 horas, en los campos sembrados de maíz, ñame, arroz y yuca quedaron, según los testigos, tirados los cadáveres de 18 miembros de esas bandas criminales, entre ellos el de una adolescente de la zona, de apenas 16 años, que fue decapitada.Los desplazados se encuentran refugiados en las instalaciones del Colegio El Junín, que estaba abandonado de tiempo atrás. Las autoridades locales adecuaron baños y cocinas comunales.

De acuerdo con Albeiro Degambre, enlace de la alcaldía local para la Atención del Desplazamiento, para la atención de la emergencia humanitaria se han hecho presentes el Gobierno Nacional, a través de Acción Social y el ICBF, la alcaldía local, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Defensoría del Pueblo.

Según los campesinos, La Bonita nunca ha tenido presencia de la Fuerza Pública. En una reunión extraordinaria del Comité de Atención al Desplazamiento, en la que estuvieron las instituciones mencionadas y delegados de la Mesa para el Fortalecimiento de la Población Desplazada y de los propios campesinos desarraigados, además de la Policía y el Ejército, se decidió que una comisión voluntaria inspeccionará las condiciones de seguridad de la vereda el próximo lunes, para explorar si hay garantías para el retorno.

“Hemos vivido durante 30 años en La Bonita y estamos muy amañados en esa zona porque la tierra es muy agradecida. Todo se nos da sin necesidad de abonos. Queremos regresar, pero con el apoyo de Acción Social y del Gobierno Nacional. No queremos perder en unos días lo que hemos trabajado durante tantos años. Esas balaceras no nos las merecemos”, dijo Velásquez, quien en medio de la tragedia estaba contento porque apareció vivo un campesino que estaba desaparecido y pensaban que estaba muerto.

Velásquez reconoció que los desplazados nunca habían sido amenazados y vivían en paz. “Esa es una comunidad virgen: nunca habíamos sido desplazados”, dijo en medio de una reunión con el secretario de Educación de Tierralta, quien estaba en el colegio Junín para anunciarles que el lunes habilitarían dos salones para que los niños y las niñas adelanten clases.El dirigente campesino agradeció la solidaridad de los habitantes de Tierralta, pero expresó el deseo de la comunidad de regresar pronto a La Bonita. “El Ejército nos prometió toda la ayuda para volver, pero nosotros sabemos que no es bueno volver tan pronto, hay que esperar a que se calmen las cosas y a que el Gobierno haga un recorrido por la zona”, dijo mientras llamaba a gritos a su hija. “Es que aquí todos estamos revueltos”, agregó.