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Termina el juicio por injuria y calumnia contra Alfredo Molano
Coincidencia, fortuita o no, hoy, 9 de febrero de 2010 día del periodista, el reconocido sociólogo y periodista Alfredo Molano Bravo fue absuelto de toda responsabilidad penal en el proceso por injuria y calumnia agravado instaurado en su contra por algunos miembros de la familia Araujo, tras la publicación de una columna de opinión. (Araujo et al, publicada en el diario El Espectador el 25 de febrero de 2007)
Ricardo Castro / Martes 9 de febrero de 2010
 

A las 3.30 p.m. se dio inicio a la audiencia. En la sala no cabían los asistentes, entre quienes estaban el poeta Juan Manuel Roca -testigo durante el proceso- y el exprocurador Jaime Bernal Cuéllar. Los jóvenes Araujo no se hallaban en la sala. El juez Cuarto Penal Municipal de Bogotá, José Eduardo Saavedra, luego de las presentaciones de rigor de los implicados, procedió a resumir las etapas del proceso, así como los argumentos centrales de la fiscalía, del apoderado de las víctimas, de la defensa de Molano Bravo y, por último, el pedido por parte del delegado del Ministerio Público, Sabino Pulgarín, de un fallo de carácter absolutorio. El Ministerio Público consideró entonces que la columna de opinión de Molano no cumplía con los requisitos establecidos por la ley, para poder llegar a constituir un delito de injuria y calumnia, por cuanto no era posible identificar una persona determinada sobre quien recaería una imputación deshonrosa. La fiscalía por su parte solicitaba un fallo condenatorio, argumentando que las víctimas vieron afectados su buen nombre e incluso repercutió en posibilidades laborales truncadas. El representante de las víctimas pidió al juez “no dejarse confundir” por figuras literarias que llevaban a la confusión.

En su conclusión, la defensa señaló que los querellantes “tuvieron que esforzarse para probar que la columna fue redactada con contenido ofensivo”. Y consideró que no había delito, sino expresión libre. “La Fiscalía no probó ni siquiera un indicio de que hubiera agravio constitutivo del delito de injuria y calumnia”, citó el juez antes de anunciar el fallo.

“En tratándose de una sentencia absolutoria, bastará la presencia de dudas sobre la materialidad y existencia del delito investigado o sobre la responsabilidad del acusado”, dijo el juez minutos antes de declarar que el sentido del fallo debía ser absolutorio. Aplausos y júbilo en la sala. Los jóvenes Araujo aún no habían llegado al recinto.

Molano salió de la sala en medio de expresiones de felicitación, abrazos y aplausos. Más tarde, en el corredor, irrumpió el sonido de una guitarra y voces que cantaban “todas las voces todas” y un hombre entusiasmado gritaba vivas a la libertad de la expresión.

Alfredo Molano agradeció los gestos de apoyo que recibió constantemente desde el inicio del proceso. El periodista fue excluido del Premio Nacional Simón Bolívar de Periodismo por cuenta de este proceso. Molano seguirá escribiendo. Un triunfo para el periodismo y para los lectores ávidos de conocer distintos ángulos de la realidad colombiana, tan necesarios en estos tiempos en que el periodismo serio – como lo evidencia el misterioso cierre de la revista Cambio-, sólo se publica si es rentable, o lo que es peor, si no molesta: es decir, si no es serio.