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Donde impera el glifosato
Sandra Chaher / Lunes 12 de julio de 2010
 

La contaminación de recursos y los efectos sobre la salud de las personas por los agrotóxicos que se usan en las plantaciones de soja, son algunos de los problemas que enfrentan las comunidades indígenas y campesinas del Noreste argentino.

Deo Carrizo es integrante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE- Via campesina). El tema en el que están comprometidas las comunidades de la región es la contaminación provocada por las plantaciones sojeras.

“Para el crecimiento del grano modificado, se suele utilizar una mezcla de varios agrotóxicos muy letales, para la eliminación de ‘plagas’. La forma que se usa para esparcir el agrotóxico es con mosquito, una fumigadora terrestre, y con avionetas, fumigación aérea. Pero normalmente estas prácticas incumplen las reglas establecidas a nivel provincial por la ley 6.312 de agroquímicos. Se acercan más de lo que pueden a las poblaciones y los municipios no llevan el registro de todas las empresas de fumigación que existen” explica Carrizo.

Las consecuencias que vienen observado en la gente después de la fumigación de agrotóxicos son problemas reproductivos, en mujeres y varones; y en el aparato digestivo y la piel (manchas, llagas y alergias). “Tenemos registro de un niño nacido con hidrocefalia y que falleció al año, y de otros casos de hidrocefalia provocados por el glifosato. En el caso del nene que murió, la familia esta rodeada de soja”.

La fumigación también afecta la producción de agricultura y ganado. “Cuando fumigan la soja, lo hacen también por sobre el rancho, el sembradío de las familias, y esto hace que a veces se pierdan completos algunos cultivos, puesto que el glifosato es un herbicida que mata a todas las plantas excepto a la soja transgénica -explica Carrizo-. También las cabras mal paren, abortan y nacen cabritos malformados; y se contaminan el agua de los pozos o aljibes, ya que los aviones fumigan los techos donde se junta el agua de lluvia”.

Si bien hicieron denuncias ante el Ministerio de Producción provincial, no tuvieron respuesta. Otro problema que enfrentan es que el sistema médico provincial niega la problemática cuando llegan a la consulta. “Y es importante tener en cuenta –concluye Carrizo- que si bien el efecto agudo sobre las personas suele superarse, los agrotóxicos se caracterizan por ser acumulativos en el organismo, produciendo problemas crónicos, y cada vez que se recibe una nueva exposición, el cuadro agudo cada vez es mas grave”.

Los efectos del glifosato sobre la salud están en discusión, en gran medida por la presión de las empresas multinacionales vinculadas al sector. Un año atrás, el Comité Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnología recomendó al ministro Lino Barañao la creación de una comisión interdisciplinaria de especialistas para que se expida sobre sus posibles riesgos, como consecuencia de las declaraciones del investigador Andrés Carrasco al diario Página/12, en las que se refirió al efecto devastador del glifosato en embriones en dosis mucho más reducidas que las utilizadas en las fumigaciones.