Las familias de los comunicadores llevarán el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante la prescripción de la acción penal en el país. (Vea acá audiogalería del tema).

"En la investigación hubo irregularidades y no fue exhaustiva, por lo que recurriremos a instancias internacionales con el fin de encontrar la verdad", aseguró el historiador Daniel Chaparro, uno de los hijos de Julio Daniel. El periodista Chaparro y el reportero gráfico Torres fueron baleados el 24 de abril de 1991 en Segovia, a donde habían viajado para investigar una matanza de campesinos a manos de paramilitares, en noviembre de 1988. Ambos trabajaban para El Espectador.

El hijo de Chaparro criticó el hecho de que el fiscal de la Unidad de Derechos Humanos que realizó la investigación no haya declarado el crimen como de lesa humanidad, para que no prescribiera.

También lamentó que "el caso haya quedado impune", pues el fiscal concluyó que el periodista y el fotógrafo "no fueron asesinados por razones de su oficio".

En su opinión, "eso mancilla la memoria de los periodistas asesinados y hiere profundamente a los familiares".

Chaparro cuestionó que los investigadores no se hayan preocupado por indagar sobre los antecedentes periodísticos de las dos víctimas, sobre su objetivo de ir hasta Segovia y sobre sus contactos previos al viaje.

Estos son algunos de los interrogantes que el hijo de Chaparro y la esposa de Torres, Ruby Mora, se proponen, como voceros de sus familias, que sean esclarecidos en la Comisión Interamericana.